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Guerras de reconquista


Enviado por   •  7 de Septiembre de 2015  •  Ensayos  •  7.376 Palabras (30 Páginas)  •  128 Visitas

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Introducción

Las guerras de resistencia en el antiguo Perú se encontraron conformadas por dos momentos, el primero de estos se da desde la llegada de los españoles a Tumbes, en donde se enfrentaron una dura resistencia por parte de los tumbesinos quienes les acusaban de ser  “…codiciosos y avarientos de oro, plata… fornicarios y adúlteros”(Vega 1980)[1],  por la manera en la que se habían comportado para con los nativos, hasta las ultimas campañas Inca dirigida por Apo Quisquis general de Atahualpa que se encontraba a cargo del ejercito inca en la región subcentral y Rumiñaqui quien se encargaría de la defensa de Quito.

La llegada de los españoles no pudo darse en el peor momento, el imperio se encontraba sumido en una guerra de panacas la cual tenia como representantes a Huáscar y Atahualpa (quienes representaban asimismo la lucha de poder por parte de dos sectores de la élite cuzqueña Hanan y Hurin), la cual había azotado a gran parte del imperio por más de 5 años, ante esto se encontraba un tercer sector de la elite cuzqueña y varios curacas que se habían mantenido al margen de estos acontecimientos, por lo que vieron a los españoles como potenciales aliados capaces de restablecer el orden en el imperio y pactar una alianza duradera, dentro de la visión inca, los españoles eran vistos como pertenecientes a algún otro curacazgo con el cual aun no habían tenido contacto aun, y es así como este grupo dirigido por Manco vio su oportunidad de tomar el control del imperio para poder de esta forma reestablecer el orden y la paz perdidos por años de guerras, sin imaginarse siquiera la magnitud de los planes de los españoles y su insaciable sed de riquezas.

Es por esto que Manco recibe a Pizarro al momento de su arribo al Cuzco, donde se convierte en Inca y apoya a los españoles en su lucha contra los rezagos de la resistencia.

Una vez nombrado, Manco Inca solicitó a Pizarro que le dé permiso para organizar un ejército que combatiera a las tropas del general atahualpista Quisquis quien tenía bajo sus órdenes a los dos grandes capitanes Rumiñahui y Challco Chima.

Pizarro, además de darle el permiso a Manco, lo apoyó con caballos y soldados españoles. Este acto lo que logró fue fortalecer la posición española y fue una clara muestra de cómo era que Pizarro utilizaba al inca a su antojo

Los ejércitos de Quisquis tenían como objetivo la eliminación total de las fuerzas españolas, (posteriormente su objetivo seria la reconquista de  la ciudad de Quito). Quisquis se vio obligado a dejar la ciudad del Cuzco al ser derrotado en la batalla de Capi por Manco, y por la dificultad que tenia para mantener a la población del Cuzco de su lado, en su tortuoso camino hacia Quito. En esta su odisea, se tuvieron que refugiar en la puna por los constantes  ataques españoles y el descontento de la población de Tarma, localidad a la que llegaron de paso a Quito, estando refugiados en la puna y sin alimentos, Quisquis toma la decisión de continuar la lucha usando la táctica de guerra de guerrillas, siendo esta vista como inaceptable por un grupo de capitanes bajo su mando encabezados por Guayna Palcón, la crónica de Zarate nos ilustra al respecto “Y como la gente no tenia comida para dar la vuelta fueron a el ciertos capitanes, llevando por cabeza a Guayna Palcón y le dijeron que era mejor morir peleando con los cristianos que volver a morir de hambre en el despoblado…” (Vega 1980)[2], y continuando Quisquis con su idea de organizar el ejercito en guerrillas fue muerto por Guayna Palcón, tras lo cual el  ejercito se desbarató  y el destino funesto del imperio quedo marcado.

. Para esta campaña los conquistadores fueron apoyados por grupos indígenas, como los Cañaris y parte de la élite cuzqueña comandada por Manco.

Preparándose para una incursión española “…Zopezopagua gobernador de Quito y Rumiñaqui, se pusieron en defensa para evitar…” (Guillen Guillen, 1994)[3] que tanto Pedro de Alvarada como Sebastián Benalcázar llegasen a la ciudad de Quito, el primero “…gobernador de Guatemala desembarco con 500 hombres en la bahía ecuatorial  de Caraques para disputar a Pizarro la posesión de la importante región de Quito.” (Guillen Guillen 1994)[4], y el segundo sin esperar ordenes de Pizarro con el afán de evitar las pretensiones de Alvarada salió del pueblo de San Miguel en dirección a Quito ciudad que imaginaba tanto o mas opulenta que Cuzco por guardar esta los tesoros de Athualpa.

        El 1534 Almagro y Benalcázar logran convencer a Alvarado para que dejara su expedición, vendiera sus naves y cediera sus soldados a Pizarro. Este encuentro  y acuerdo circunstancial resultó  fatídico para los capitanes incas, quienes vieron en el acuerdo que su única alternativa era luchar hasta el final y morir con dignidad por las antiguas tradiciones guerreras

        Rumiñaqui siguió prestando férrea resistencia al poder español, pero a fines de 1534 victimas de traición fueron apresados en Sichos; Zopezopagua, Quingalumba, Tucumango y Rasoraso, tiempo después Rumiñaqui, según Andrade Reimiers murieron quemados vivos por Benalcázar.

Inicio de la resistencia de Manco Inca

Para cuando Manco Inca se da cuenta de lo que realmente esta sucediendo al ver como Pizarro es quien se esta haciendo de las alianzas con los demás curacas, (muchos de los cuales tenían un odio contra los incas en muchos casos era producto de la guerra fraticida que azoto al imperio, en otros casos por el hecho de que las alianzas forjadas por el Inca anterior y los curacas eran de manera personal, mas no con el estado, lo que les daba todo el derecho de revelarse y al inca la forma de demostrar su legitimidad) y dominando todos los territorios su posición  era ya bastante precaria y si quería actuar el momento era ya, es por lo que su rebelión dio inicio en 1536 con el cerco a Cuzco y el ataque sobre Lima por parte de Quiso Yupanqui, con la esperanza de lograr echar a los españoles al mar o de eliminarlos por completo.

Manco Inca idearía este en Cuzco, el cual requirió de la ayuda de Vila Oma el mas importante sacerdote del culto solar, con su ayuda inició el contacto con varios curacas de diferentes partes del alicaído imperio a los cuales con una vigorosa arenga logró sublevar diciendo acerca de los españoles “… no tienen temor a Dios ni vergüenza, trátannos como a perros, no nos llaman nuestros nombres; su codicia ha sido tanta que no han dejado templo ni palacio que no hayan robado, mas no le hartaran aunque todas las nieves se vuelvan oro y plata…”(Hampe, 2000)[5], recibiendo respuestas satisfactorias de buena parte de ellos, tras lo cual ordeno que se iniciara la siembra con miras a tener el excedente suficiente para mantener a sus guerreros en pie de lucha el tiempo necesario para la reconquista del imperio y poder mantener el sistema de redistribución esencial para el funcionamiento de las relaciones de poder entre el Inca y los curacas, el Cuzco fue la ciudad elegida para iniciar estas guerras por razones político – militares , ya que “… se encontraba ocupado con un menor contingente de españoles, puesto que Francisco Pizarro solía moverse con su gente entre Lima, Jauja y el Cuzco…”[6] y de esta forma el Inca recuperaría su imagen como señor absoluto a la vez que legitimaría su poder al imponerse ante sus enemigos.  

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