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HISTORIA ANTIGUA – ARQUEOLOGÍA


Enviado por   •  7 de Diciembre de 2015  •  Trabajos  •  1.564 Palabras (7 Páginas)  •  359 Visitas

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HISTORIA ANTIGUA – ARQUEOLOGÍA (2015-2016) PRIMER COMENTARIO DE TEXTO

Texto a comentar: Relato de Wen-Amón (papiro del s. XI a. C., dinastía XIX; trad. M. García Cordero)

En este texto llamado Relato de Wen-Amón de autor anónimo, traducido por M. García Cordero, es un fragmento de un relato ficticio en papiro del siglo XI a. C, durante la dinastía XIX y XX. En este, se relata un acontecimiento que le ocurre al sacerdote Wen-Amón durante una de sus aventuras.

El principal personaje de este texto es Wen-Amón, y se sitúa en el año cinco, probablemente el quinto año de «renacimiento» en la época en que reinó Ramsés XI, décimo y último rey de la dinastía XX.

El Imperio Nuevo, período en el cual pasa esta historia, fue la época más gloriosa del Antiguo Egipto y cuando fue la mayor potencia del Mar Mediterráneo. El dominio de los faraones se extendía desde Siria hasta Nubia (actual Sudán). Consiguieron vencer con sus poderosos ejércitos a sus enemigos más mortales, los hititas y los mitannios. Sin embargo, este Imperio empezó a decaer tras la muerte de Ramsés III, el último gran soberano de este período.

Ramsés XI, faraón de la última dinastía XX, subió al trono en medio de una gran inestabilidad en su país, entre nuevas amenazas exteriores y conflictos internos, en el año 1090 a. C y se le atribuyen veintisiete años de reinado; a su muerte, el Imperio Nuevo desapareció con él, y termina la línea ramésida.

Cada vez que había problemas mayores internos, como cuando la autoridad del faraón desaparecía, los súbditos más poderosos asumían el mando; estos eran los nomarcas, y al final de este Imperio el clero del dios Amón iba a ser más poderosos, y de esto tenemos constancia debido a que el sumo sacerdote de Amón-Re en esa época, llamado Amenhotep, hiciera erigir una escultura de igual tamaño que la de Ramsés XI. Esto provocó que lo destituyeran de su cargo, creando otro conflicto interno en el que el virrey de Nubia, Panehesy, intervino.

La supremacía religiosa pasó a manos de Heri-Hor, en quien Ramsés XI confiaba plenamente, quien era de origen libio y provenía del ejército. Con él, la amenaza que hacía más de cuatrocientos años Akehnatón intentó evitar, se volvió real: el poder del clero de Amón superó al de la Corona. También lo puso a cargo de general en jefe del Alto Egipto y de Nubia, intentando protegerse de una posible rebelión del virrey Panehesy. Esto provocó la ira de este último, que se desvinculó de Egipto y consiguió conservar el mando del ejército de Nubia. Así, las antiguas fronteras volvieron, el Mediterráneo al norte y Asuán al sur.

El poder faraónico pasó a Heri-Hor, iniciando una nueva de era desde cero que él mismo nombró como uhem-mesut, traducido como <>. El gobernador oficial seguía siendo Ramsés XI, pero quien realmente ejercía el mando era Heri-Hor. En todo esto, también entra Esmendes I, quien administraba el Bajo Egipto, también era del clero de Amón y construyó una nueva ciudad llamada Tanis, un lugar importante para el tráfico comercial marítimo y para la defensa básica en la región donde antiguamente los invasores asiáticos entraron.

Egipto estaba dividida en tres partes: en el Bajo Egipto gobernaba Esmendes I, en el Alto Egipto Ramsés XI de imagen pero con Heri-Hor como real gobernador, y Panehesy en Nubia. Heri-Hor pretendía coronarse a la muerte de Ramsés XI, pero murió antes que este, en el año 1074 a. C, habiendo gobernado solo seis años, mientras que Ramsés XI murió en el 1069 a. C en misteriosas circunstancias. Piankhi, el hijo de Heri-Hor, lo sucedió como clero de Amón; con esto, Esmendes I, siendo una de sus dos esposas una hija de Ramsés XI llamada Tentamón, proclamó su puesto como faraón por el parentesco y fundó la dinastía XXI, empezando así el tercer período intermedio de Egipto.

Durante el relato, Wen-Amón hace referencia a varios personajes importantes de la época, y comenta que su señor es Heri-Hor, cuando debería ser Ramsés XI, el faraón de la dinastía XX. Podemos ver que el reconocimiento de poder está invertido y que ya estaba dando lugar la fragmentación política en el Estado Egipcio.

Después de que bajo el mandato de Ramsés XI haya una separación de poderes en el Estado Egipcio, da lugar a la pérdida de todas las tierras que poseían en el Próximo Oriente. Eso provoca un desprestigio de la autoridad egipcia, y en el relato se aprecia que, a pesar de que Wen-Amón pertenece al clero de Amón, la divinidad más importante durante el Imperio Nuevo, él no es respetado y, aunque el príncipe Beder lo reconoce como alguien importante y eminente, lo desprestigia.

Una vez en Byblos, su destino original para ir a conseguir la madera para la embarcación sagrada de Amón, es engañado y maltratado, y el príncipe lo quiere expulsar. Debido a esto, Wen-Amón tiene que apresurarse para encontrar un barco hacia Egipto. Sin embargo, este barco naufraga y llega a Alashiya, actual Chipre, donde también intentan matarlo por su incompetencia. Al final, logra hablar con la princesa del país, Heteb, y consigue salvarse junto a su tripulación.

Anteriormente, cualquier enviado del faraón era tratado con mayores honores y sus peticiones eran atendidas con rapidez y eficacia. Cuando llega a Byblos, además, también se le exige un pago, algo que no sucedía gracias al poderío del Imperio Egipcio. Con esto, se aprecia que el Estado Egipcio ha perdido su prestigio en el Levante Mediterráneo.

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