Historia De Colombia
juancho192711 de Febrero de 2015
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Una generación asombrosa
Es justo expresar nuestra admiración a quienes construyeron un patrimonio cultural.
Édgar Negret, el mayor escultor colombiano, se halla gravemente enfermo. Sumergido en la neblina del alzhéimer, se esfuma poco a poco sin que el país se dé por enterado.
La gratitud nunca ha sido nuestra mayor virtud. Pero asombra y aflige ver cómo desaparecen, a veces sin que se recoja la noticia, los miembros de la más importante generación que haya dado la historia de Colombia en el área de las artes y las letras. Nunca hubo, y difícilmente volverá a haber, una coincidencia tan formidable de talentos como la que nos deparó la década 1920-1930. En esos diez años nacieron varios de los más grandes escritores, pintores, arquitectos, músicos y periodistas colombianos. Si denominarla así no fuera charrera imperdonable, habría que llamarla la Generación Dorada o la Generación Asombrosa, porque resplandece y asombra en casi todos los órdenes de la creación artística.
Es una generación de extraordinarios escritores: Gabriel García Márquez (1927), Álvaro Cepeda (1926-1972), Álvaro Mutis (1923), Héctor Rojas Herazo (1921-2002), Pedro Gómez Valderrama (1923-1992), Rogelio Echavarría (1926), Meira del Mar (1922-2009)... También de grandes periodistas y humanistas: Gloria Valencia (1927-2011), Guillermo Cano (1925-1986), Álvaro Castaño (1920), José Salgar (1921), Hernando Santos (1922-1999), Daniel Arango (1921-2008), Alberto Zalamea (1929-2011), Alberto Aguirre (1926), Mario Laserna (1923), Mauricio Obregón (1921-1998), Hernando Valencia Goelkel (1928-2004), Tito de Zubiría (1923-1995)...
De ella forman parte los padres de la arquitectura colombiana moderna: Guillermo Bermúdez (1924-1995), Germán Samper (1924), Fernando el Chuli Martínez (1925-1991) y Rogelio Salmona (1927-2007).
Nacieron entre 1920 y 1930 varios de los principales exponentes de la historia del arte nacional. Además de Negret (1920), Alejandro Obregón (1920-1992), Eduardo Ramírez Villamizar (1922-2004), Cecilia Porras (1920-1971), Juan Antonio Roda (1921-2003), Jorge Elías Triana (1920-2010), Enrique Grau (1920-2004), Hernando Tejada (1924-1988), Omar Rayo (1928-2010), David Manzur (1929)...
La Generación Asombrosa se interesó en múltiples campos de la cultura. Fotografía, con Nereo López (1920) y Carlos Caicedo (1929); teatro, con Enrique Buenaventura (1925-2003) y Santiago García (1928); etnografía, con Manuel Zapata Olivella (1920-2004); cine, con Francisco Norden (1929). La música popular y el folclor conocieron nuevos rumbos gracias a Rafael Escalona (1927-2009), Leandro Díaz (1928), Jorge Villamil (1929-2010), Jaime R. Echavarría (1923-2010), Delia Zapata (1926-2001) y Sonia Osorio (1924-2010). Nadie se ofenderá si incluyo a Marta Traba (1930-1983) y Fanny Mikey (1929-2008), dos colombo-argentinas que tanto hicieron por el arte y el teatro.
Los límites de 1920 y 1930 son, por supuesto, caprichosos. Por uno o dos años excluyen a figuras como el pintor Fernando Botero, el fundador de la televisión Fernando Gómez Agudelo, el jurista Alfonso Reyes Echandía, el historiador Jaime Jaramillo Uribe, el compositor Alejo Durán, el científico Emilio Yunis... Sospecho que, además, la lista adolece de omisiones e injusticias, por las que presento disculpas. Ella es apenas una idea rápida de algunos nombres que hacen parte de la década incomparable.
En contraste con su sobresaliente aporte a las letras y las artes, la generación del 20 al 30 produjo pocas figuras notables en la política, y esas lo fueron más en el área de la rebeldía que de la democracia. Sus miembros tenían entre 18 y 28 años cuando estalla el 9 de abril, y entre 28 y 38 cuando se inyecta la anestesia del Frente Nacional. Había cosas más interesantes para ocuparse que la política
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