Historia De Jesús De Otoro
Geova7721 de Septiembre de 2012
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MUNICIPIO DE JESÚS DE OTORO.
Fecha de creación: En 1817. Anteriormente se llamo San Juan de Quelala, pertenecía al Departamento de Gracias, al crear el Departamento de La Paz, formó parte de el y en 1883 pasó a Intibuca, como Municipio. El Decreto No.146 le dio categoría de Villa, El Congreso Nacional decreta: Articulo 1. Elevar a la Categoría de Villa al Pueblo de Jesús de Otoro en el Departamento de Intibuca. Artículo 2. El presente decreto empezara a regir desde el día de su sanción. Dado en Tegucigalpa, D.C., en el salón de sesiones a los doce días del mes de marzo de mil novecientos cincuenta y cuatro. Salomón Jiménez, Presidente, Eliseo Pérez Cadalso, Secretario.
Origen de su nombre: Otto-casa, olom-sangre, se formo otolom (Otolo) la casa de nuestro linaje, en 1879, la llegada del Frayle Jesús Zepeda, quien se gano el afecto de los pobladores de Otolo-Otoro, le pusieron Jesús quedando Jesús de Otoro.
Límites: Al Norte, Municipio de San José de Comayagua y San Pedro Zacapa, al Sur, Municipios de Masaguara e Intibuca, al este, Municipio de Siguatepeque y al Oeste, Municipios de San Isidro e Intibuca.
Extensión Superficial: 406.6 Km2
Aldeas: 5
Caseríos: 96.
Jesus de Otoro, pueblo heroico asentado en las faldas de hermosas montañas y el valle que lleva su nombre; territorio de la eterna sonrisa, jardín de hermosas mujeres donde florece el amor y la prosperidad. Jesús de Otoro, la sucursal del cielo. No existe ciudad más hermosa en Centroamérica que Jesús de Otoro, terruño adornado con cielos claros, montañas azules, milpas, cafetales y gente solidaria de descendencia maya y lenca.
Como olvidar los pinos de Otoro, sus robles; sus pájaros madrugadores que nos despiertan con sus alegres cantos; sus casi extintos venados, y sus hermosísimas mujeres, guapas, inteligentes y hacendosas. Como no recordar los riscos atiborrados de flores camino a La Esperanza, su río Grande, la vista de los atardeceres cruzados de pericos, el calor de la ciudad y los fríos de sus montañas; sus 406 kilómetros cuadrados y su original nombre de Jurla (que significa abundancia de atol de maíz).
Como olvidar las sabrosas baleadas, sus tortillas con quesillo; el atol agrio y los elotes cocidos… los mejores del universo; las guayabas de carne roja, los mangos Otoreños, las piñas de Ojo de Agua, los mínimos y las naranjas victoria; el cafecito y las tortillas recién salidas del comal, todo servido a la mesa de los dioses del Olimpo… Además como no recordar los festivales del arroz y las fiestas del centro social, los partidos en el hermoso estadio, Los paseos al río grande, inolvidables… o al balneario. Las festividades navideñas y de fin de año con todo y la quema de monigotes y silbadores, el “cheque y el macizo”; el Atlético Otoreño, el Valiente y las güirras del Otoro Fc femenino, eternas campeonas… y por si fuera poco, como olvidar la Otoro Radio, la Control, Ecos del Valle y los canales diez y veintiuno.
No podemos dejar de lado a sus personajes como Castillo Girón, al profe Girón, los hermanos Perdomo, el famoso “conejo”, el Congo, los padres Celio y Monzón sus historiadores Evelio y Nery, la banda de música, sus cuadros de danzas… y el gigante de Chencho.
Como no recordar al alumnado del Superación y los del Federico; los estudiantes del Pineda Ponce, la John y la Carías y mis amigos, mis grandes amigos, que se resisten, que luchan para convertir el país, dirigidos, por Jesús Fiallos… en un mejor país, y, como no admirar la determinación de los que se ganan la vida dentro y fuera de Otoro; los que emigraron al norte o a la lejana España; cómo podemos olvidar a los que viven y los que se fueron ya… y que moran en el paraíso.
Porque Jesus de Otoro es mucho más que delincuencia, sectas y religiones, partidos políticos e injusticias; porque es una postal hermosa e inmortal.
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