Honduras después de la Federación Centroamericana (1838-1876)
Majolova99Apuntes23 de Julio de 2017
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Honduras después de la Federación Centroamericana
(1838-1876)
Después de la independencia de 1821, Honduras vivió un largo período políticamente obscurantista, por el caos y el desorden en que los gobiernos tenían total control sobre el territorio hondureño. Las cuatro décadas comprendidas entre la disolución de la Federación centroamericana y el inicio del proceso de reforma liberal en 1876, etapa a la que se le conoce tambien como “restauración conservadora”, puede también considerarse como un período de aguda lucha entre las fuerzas favorables a la centralización y el fortalecimiento estatal, y aquellas que resistían propugnando la autonomía regional.
Desintegrada la Federación Centroamericana, los elementos ultraconservadores, encabezados desde Guatemala por Rafael Carrera, se lanzaron al ingrato trabajo de borrar todo el vestigio del ideal morazanista en cada uno de los países, ahora convertidos en minúsculas repúblicas. Para ese empeño contaban con la ayuda del colonialismo inglés, representado por el cónsul Federico Chatfield, lo cual era una continuación de la obra separatista iniciado por los ingleses desde la época de Morazán. El 20 de abril de 1839 Inglaterra ocupó la isla de Roatán, en la costa de Honduras, y Méjico a Soconusco, en la frontera con Guatemala, en 1842.
En Honduras fue electo presidente Francisco Ferrera. Su gobierno se inició el 1 de enero de 1841. Uno de los primeros pasos del mismo fue consolidar la separación de Honduras del Pacto Federal, con cuyo fin procedió a reorganizar el ejército para disponer de una fuerza suficiente que le permitiera resistir cualquier intento unionista por uno o varios países de la región. Estableció un sistema muy oneroso de impuestos al pueblo y a implantar un régimen de dura represión policial en todo el país. Esto produjo la protesta del pueblo. Naturalmente, Ferrera recrudeció más sus métodos represivos y acabó con todo brote de descontento respecto a la política ultraconservadora puesta en práctica por él.
Los primeros años del periodo nacional se caracterizaron por inestabilidad política y luchas interiores observados en los años finales del Gobierno federal. El 1° de enero de 1841, el presidente Francisco Ferrera se refirió en su discurso de toma de posesión a la necesidad de renovar el espíritu público y sostuvo que no dudaba que con el apoyo de la Asamblea Legislativa podría “dar dirección a la máquina social, que habiendo sufrido oscilaciones extraordinarias, ha debido quedar en un completo trastorno.”
En 1842, se restableció el dominio de la aristocracia criolla en todos los países de Centroamérica, lo que significó la reimplantación de numerosas formas de feudalismo.
Francisco Ferrera terminó su período de gobierno en 1842. El 23 de febrero se le declaró electo por un segundo período. En esta nueva etapa, continuo con más ahínco aún su iniciada tarea de barrer la obra morazanista. Ferrera reconoció al Rey Mosco instalado en tierras hondureñas por los ingleses en su afán de apoderarse de las áreas centroamericanas aptas para la construcción de un canal interoceánico. Firmo un convenio con Thomas Lowry en el sentido antes indicado. En 1844, Ferrera rechazo la integración de un gobierno tripartito con El Salvador y Nicaragua, no obstante que el mismo se hacia dentro de una política de escaso contenido liberal.
Ferrera restableció la vigencia de la Novísima Recopilación de las leyes de Indias en la República de Honduras. Con este paso se volvía, al régimen de la colonia española en lo referente a la administración, la justicia, el comercio, las actividades productivas, etc., echando por la borda los acuerdos dela Asamblea Nacional Constituyente de 1823-1824 y, negando toda la obra progresista que al respecto había impulsado el general Morazán. Ferrera, ordenó que se observara en Honduras el Código de las Siete Partidas. Esta era una ley española del siglo XIII, el nombre de dicho código obedece a que consta de siete secciones, relacionadas con las costumbres, el derecho eclesiástico, el derecho procesal, el derecho privado, el derecho penal, etc. Se trata de una codificación típicamente feudal.
Entre 1843 y 1844, el pueblo de Texíguat y otros más se declararon en rebeldía. En 1844 el periódico oficial del gobierno de Honduras dijo que los habitantes de Texíguat se consideraban ciudadanos privilegiados, que no pagaban las contribuciones indirectas para subvencionar las finanzas del Estado, rehusaban el establecimiento de los estancos de aguardiente, tabaco y pólvora, no pagaban el impuesto de alcabalas y tampoco el diezmo, y que además toleraban el contrabando.
Honduras celebro un tratado de alianza con El Salvador el 10 de julio de 1844, a fin de prestarse auxilio recíproco en los problemas que se avecinaban. Con base en este tratado, El Salvador envió tropas de aquel país para ayudarle a Ferrera en la lucha contra los rebeldes de Texiguat, quienes, finalmente fueron derrotados.
Llegó al extremo de hacer aprobar, el 31 de diciembre de 1844, en el Congreso Legislativo “que el gobierno de Guatemala representase al de Honduras en el exterior, nombrando los cónsules y demás agentes diplomáticos para establecer relaciones comerciales”. También acordó el congreso el restablecimiento del pago de los diezmos por parte del pueblo, con esta disposición verdaderamente retrógrada, Ferrera le hacía un reconocimiento a la iglesia.
El 8 de enero de 1845 tomó posesión del Poder Ejecutivo Coronado Chávez, un incondicional de la política de Ferrera, por lo tanto un enemigo jurado de los morazanistas. En los últimos años del periodo presidencial de Ferrera surgieron nuevos brotes de descontento, circunstancia que aprovecho el morazanista Joaquín Rivera para organizar un movimiento revolucionario de mayor envergadura, contando para ello con la solidaridad del gobierno de Nicaragua, donde se encontraba exiliado. En diciembre de dicho año, Rivera ocupó la ciudad de Danlí, pero el 20 del mismo mes fue vencido por una fuerza al mando del general Tiburcio Zelaya. Al tratar de huir hacia Nicaragua, Rivera cayó en manos enemigas junto a sus ayudantes. Fueron sometidos a consejo de guerra por Coronado Chávez y fusilados el 6 de febrero de 1846. Así cayeron 3 morazanistas que en ningún momento dejaron de combatir por el ideal de su jefe.
Después de los gobiernos de Francisco Ferrera y Coronado Chávez, que se dedicaron por entero a desenterrar lo que significara restos de la Federación Centroamericana, viene un período sumamente agitado para la historia hondureña, cuyo signo principal es la lucha entre Inglaterra y Estados Unidos por conquistar una posición dominante en el área con vistas a la construcción del famoso canal interoceánico. Bajo estas circunstancias, los políticos centroamericanos se alinearon con una o con otra potencia y convirtieron a nuestros países en un campo de batalla, donde las intrigas, las conspiraciones, las guerras civiles y los golpes de Estado se hicieron cosa cotidiana.
Cada potencia eligió la fuerza política que podía servir a sus intereses, Estados Unidos estimulando a los liberales, con sus inclinaciones federalistas, y a Inglaterra apoyándose en los conservadores, inclinados en todo caso al separatismo y a la balcanización de Centroamérica. Desde el punto de vista de clase, por parte de Estados Unidos, el respaldo a las posiciones de los grupos nacientes de la burguesía centroamericana y, por parte de Inglaterra, el apoyo a la línea de los latifundistas y hacendados.
El 31 de diciembre de 1846 concluyó el período presidencial de Coronado Chávez. El Congreso Legislativo eligió para sustituirlo a Francisco Ferrera, pero como éste no aceptara el cargo, la Cámara eligió a Juan Lindo, quien tomó posesión el 12 de febrero de 1847. El nuevo gobernante, que era un liberal a su modo, se alineó de inmediato a favor de los Estados Unidos. El 6 de julio de 1847 convocó a una Dieta en Nacaome, a fin de constituir un gobierno federal con la presencia de Honduras, El Salvador y Nicaragua. El 7 de octubre del mismo año se firmó un pacto entre los tres países, el cual establecía un gobierno provisional en Tegucigalpa y convocaba a una Asamblea Nacional Constituyente. Como era de esperarse Guatemala rechazó el proyecto y, con la colaboración de Inglaterra lo hizo fracasar.
El cónsul inglés, Federico Chatfield, reaccionó en forma violenta contra Juan Lindo por su actitud favorable a la política de Estados Unidos en el área e inició contra Honduras una acción colonialista desembozada. El 16 de junio de 1848, Honduras, siempre respondiendo a los intereses de Estados Unidos, desconoció la ocupación inglesa de la zona canalera de San Juan. El cónsul Chatfield, a bordo de la fragata Gorgon, ocupó en 1849 la Isla del Tigre y el capitán del vapor Plumper se apoderó de la fortaleza de Trujillo. Ante esta situación, el presidente Lindo puso la Isla del Tigre bajo la protección de Estados Unidos por 18 meses. El cónsul norteamericano, Geo Squier, envió a Chatfield, un ultimátum para que desocupara la isla en 6 días, y de no hacerlo, considerar tal actitud “como una acto de agresión y hostilidad contra los Estados Unidos” y de este modo se desocupo la isla.
Lindo dispuso enviar a Felipe Jáuregui, con el propósito de firmar un convenio amistoso entre el representante de Guatemala en Costa Rica, así como un arreglo con Chatfield. El comisionado, que tenía inclinaciones conservadoras, cayó bajo la influencia de Chatfield y firmó con él un convenio que comprometía al gobierno hondureño a seguir el “ejemplo” de Guatemala en lo referente a la ruptura de la federación. Lindo desaprobó lo firmado e hizo capturar a Jáuregui. Guardiola se levantó en armas contra Lindo, el cual con la ayuda de El Salvador logro vencerlos.
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