Honoris Causa

DOCTOR HONORIS CAUSA A ELENA PONIATOWSKA

Aún en contra de la voluntad del gobierno de Chiapas, alumnos de la facultad de humanidades nos dirigimos al auditorio de los constituyentes la noche del martes 14 de octubre, para presenciar el recibimiento de Elena Poniatowska del Doctor Honoris Causa que la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) le otorgaba.

El reloj marcaba las 6:32 pm y el recinto se encontraba lleno de personajes con aires de grandeza, estudiantes y profesores. Los micrófonos ayudan a transportar hacia las bocinas las indicaciones de seguridad.

6:55 pm y es anunciado el inicio del evento, acto seguido es la entrada de una mujer con una estatura baja y tez blanca, con un rostro que guardaba vivencias y pensamientos tan propios, arrugas que dejaban ver el pasar de los años por la vida de la tan esperada y aclamada Elena Poniatowska. Detrás de ella, el rector de la universidad, Jaime Valls y el gobernador del estado, Manuel Velasco.

Después de unos discursos llenos de alarde hacia la escritora, entre ellos uno del rector, llega la entrega del Dorctor Honoris Causa, el cual es recibido con fuertes aplausos y merecedor de que el público se ponga de pie.

Por fin llega el momento que todos esperaban, lo más aclamado de la noche; los micrófonos son entregados a la escritora, y Elena comienza su discurso recordando a personas que hicieron mucho por su país, sobre todo, a Chiapanecos que entregaron su corazón a su estado, lista en donde se pudo escuchar a Rosario Castellanos, destacó su admiración por la obra literaria de la poeta y novelista.

Elena habló de la vida y de Rosy Gómez Velasco, una mujer indígena chiapaneca que estudió antropología social y ahora cursa su doctorado en la Universidad Autónoma de México (UNAM).

Poniatowska también mencionó al Dr. Manuel Velasco Suarez, y la sonrisa del gobernador, levantándose el cuello por un título que no le correspondía, se hizo presente.

La escritora no podía dejar de mencionar a los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa y mostrar su consternación por este acto y las represiones que los estudiantes han vivido en el País. “Un país que no garantiza la vida de sus muchachos, está en un grave peligro, un país donde además la guerra contra el narcotráfico cobra una infinidad de víctimas, es una carga de pólvora a punto del estallido, pues no sólo son los balazos los que cercenan la vida, también la rabia puede volverse una carga de dinamita”, aseguró la autora de La noche de Tlatelolco. Para después escuchar entre el público un grito que llevaba consigo el “gobierno asesino”

En la lista siguió Belisario Domínguez, de quien citó un fragmento de este escritor comiteco que consagró su vida a ayudar a los más necesitados, y en donde describía la pobreza de nuestro

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