Hornos De Hitler Primer Capitulo

El libro empieza con la autora diciendo que esta arrepentida de no a ver salvado a sus dos hijos y echándose la culpa de sus muertes.

Corría el año de 1944, cinco años después de que Hitler invadió Polonia. Vivía en Cluj y sabían que estaban gobernados por un hombre que no tenía escrúpulos y diario Vivian con ese miedo de saber cómo era aquel hombre. Tenía su esposo Miklos Lengyel, era director de su propio hospital, el "Sanatorio del Doctor Lengyel", estaba especializado en cirugía general y ginecología. Era un médico muy respetado y muy conocido. Ella también estaba en el ambiente de la medicina había estudiado para ser asistente de su marido. Pero aunque tenía una carrera se sentía aún más orgullosa de su pequeña familia integrada por dos hijos, Thomas y Arved.

Y también con su padrino, el Profesor Elfer Aladar que era un famoso internista, se dedicaba estudio e investigación del cáncer. Los primeros años de la guerra habían sido muy tranquilos para ellos, aunque seguido oían las historias de los triunfos de Reichswehr.

Ya en el invierno de 1939 empezaron a observar lo que estaba ocurriendo en los territorios que estaban ocupados por los nazis y ellos empezaron a brindarle refugia a los que se habían escapado de sus casas, los escuchaban y les daban aliento.

Había un comandante alemán de la Wehrmacht, a quien habían recibido en su casa les hablaba de todas las cosas terroríficas que estaban ocurriendo, pero ella pensaba que solo quería asustarlos, intentaron separase del pero un día les pidió que aceptaran su compañía, y entonces pensaron que lo único que quería era que alguien lo escuchara y con quien hablar, pero mientras más les contaba aumentaba el rencor y la amargura.

Les conto que a las personas que las llevaban a los campos de concentración se quedaban con todas sus cosas.

También les decía que después de la ocupación de los primeros países europeos, los alemanes temían que al saber lo que les había ocurrido a sus vecinos.

Decía que la persecución de los hebreos se hizo abiertamente, pero a los cristianos se les persiguió usando cierta discreción. Esto último se realizaba por secciones especiales del gobierno alemán, una de ellas llamada: "Departamento de Iglesias Cristianas".

Los representantes de estas secciones operaban conjuntamente con el ejército de ocupación como operaban también los representantes de la "Solución Final", en la eliminación de hebreos y elementos políticos indeseables.

Una vez en manos de la Gestapo, nunca se les daba la oportunidad de probar su inocencia. Los prisioneros eran enviados a los campos de concentración, directamente a la muerte.

Les decía que los alemanes nunca usaban las palabras asesinato, o muerte por gas. Simplemente escribían al lado de los nombres de sus prisioneros palabras como: "Tratamiento Especial, Liquidación, Recuperación, Experimentación, Solución Final, etcétera." Estas palabras solo significaban una muerte horrible.

Con esto miles de personas desaparecían. Nadie sabía su destino. Los periódicos tenían prohibido publicar listas de los prisioneros o desaparecidos. No se hacía ninguna publicación respecto de las actividades de la Gestapo.

El alemán les contaba por qué y cómo Hitler mataba alemanes arios. De acuerdo con la ideología Nazi, los alemanes eran Arios, descendientes de una raza Caucásica superior sin mezcla alguna, especialmente con la raza arábiga o judía. En resumen, una raza "pura", sin lazos semíticos. El Nazismo, también excluía el cristianismo.

Hitler usó un antiguo sistema griego. Los antiguos griegos lanzaban al precipicio desde la cima de una montaña a todos aquellos niños que nacían inválidos o de apariencia física débil. El Führer aplicó una versión moderna de este método entre los adultos de los alemanes arios. El mayor decía que todos aquellos incapacitados para el trabajo, o inválidos, o que padecieran serias enfermedades como tuberculosis, cáncer, o los enfermos, mentales, eran declarados incurables y enviados al "Tratamiento de Recuperación" a diferentes hospitales. Ya en el hospital les provocaban la muerte inyectándoles veneno. A esto también lo llamaban TA, una abreviatura

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