Ignacio Pozo

En este libro el autor marca la evolución del conocimiento histórico del niño,

desde los primeros años hasta los doce años, pero nosotros vamos a resaltar algunos de

los conceptos que él muestra y aquel desarrollo que competa a la edad que vamos a

trabajar.

1. Introducción:

La historia es la memoria colectiva de un pueblo, y el niño y el adolescente tienen

su forma propia de entender el mundo que les rodea.

La historia tiene como objeto estudiar el desarrollo de las actividades e instituciones

sociales a través de los tiempos, por ello su carácter es temporal y dinámico.

El autor nos marca en este punto la diferencia entre:

• Tiempo Personal: El que vivimos y medimos con nuestros relojes; está lleno se

señales emotivas dejadas por nuestra propia vida. Éste está individualizado.

• Tiempo Histórico: Usa referencias históricas distantes , hechos a los que no

hemos asistido personalmente. Se ocupa de duraciones, sucesiones y cambios en

hechos sociales de carácter colectivo.

2. Las Nociones Temporales:

Solo gracias al progresivo dominio del sistema cuantitativo de medición del

tiempo, el niño es capaz de concebirlo como un flujo continuo abstracto y

cuantificable.

Para que los niños de 8 años entiendan correctamente el tiempo requiere

abstraerlo de las cosas que suceden en él.

Solo con 7 u 8 años son capaces de usar el reloj y hacer operaciones matemáticas

con él.

El tiempo es una abstracción y, como tal, no puede experimentarse de un modo

directo sino de forma subjetiva y discontinua. Por ello, las estimaciones de los niños

se basan en las acciones o hechos que tienen lugar durante el periodo estimado.

Solo es posible alcanzar una concepción continua y objetiva del tiempo

utilizando

...