Imperialismo colonial

El imperialismo colonial fue el proceso histórico que llevó a los estados europeos a dominar África y Asia en el siglo XIX. Como consecuencia de la Revolución Industrial, los países europeos tenían un problema de sobreproducción o subconsumo. Si esto no se solucionaba se podría caer otra crisis económica como la de 1873 y en conflictos sociales con un movimiento obrero cada vez mejor organizado. Como necesitaban colocar los productos excedentarios (sobrantes) y los avances tecnológicos facilitaban la navegación transoceánica, el capitalismo financiero invirtió en compañías comerciales que buscaron nuevos mercados donde poder vender sus productos. Junto con los comerciantes viajaban misioneros que querían evangelizar como Livingstone y aventureros que querían explorar y realizar grandes descubrimientos, como Stanley. Establecieron pequeñas posesiones costeras para comerciar o abastecerse haciendo escala en las rutas comerciales, los europeos se dieron cuenta del desfase tecnológico, es decir, de las diferencias en el nivel tecnológico a favor de occidente (Europa y EEUU). Por ello, cuando los gobiernos de esos territorios se enfrentaron a las compañías comerciales (itinerarios que hacían los comerciantes con frecuencia).

Los comerciantes animaron a los gobiernos de sus estados a que conquisten esos territorios y se apropien de sus recursos naturales y humanos. Así dio comienzo el imperialismo colonial del siglo XIX. Además en el continente europeo las fronteras habían quedado fijas después de la guerra francoprusiana y las potencias europeas no querían que se rompiera el equilibrio en Europa, por eso únicamente podían extenderse por otros continentes. Cuando Leopoldo II de Bélgica (1865-1909) entró en África, el resto de países también se les unió y hubo una carrera de conquistas con el fin de obtener un imperio mayor y con continuidad territorial. Para evitar conflictos entre estados europeos se reunieron en la Conferencia de Berlín convocados por el canciller alemán Bismarck (1862-90) y el francés Jules Ferry. En esa reunión acordaron repartirse África por zonas de ocupación. A pesar de ello hubo tensiones coloniales entre las potencias imperialistas que acabaron en guerras como la Guerra ruso-japonesa, guerra USA-España. También hubo crisis entre Francia-R.U. (en Fachoda), entre R.U.- Portugal (en el sur de África). 

El Imperio más extenso lo formó el más industrializado: R.U. Fue durante el reinado de Victoria I (1837-1901) con ministros como Disraeli (partido conservador). A sus colonias anteriores en Canadá, Sudáfrica y Australia, unió la India (tras las guerras de los sijs y de los cipayos), la mayor parte de África oriental desde Egipto (donde construyeron el canal de Suez) hasta Kenia (tras la guerra anglo-zulú) y desde Sudáfrica (tras la guerra bóer contra los colonos holandeses) hasta Malawi. Además tenían numerosos enclaves por todo el mundo (Nigeria, Malasia, etc.). Francia se apoderó de la mayor parte de África occidental y de Indochina. EEUU controló las grandes llanuras y las montañas rocosas tras las guerras indias (Norteamérica), le arrebató la mitad de su territorio a México (tras la guerra contra México) a España (Cuba y Filipinas) y a Colombia Panamá (donde construyeron el canal de Panamá). Rusia se extendió hacia el sur tras las guerras con el Imperio Otomano y hacia el este por Siberia y llegando al Océano Pacífico. Ahí fue frenada por Japón que ocupó Formosa y Corea. Alemania se apoderó de Namibia, Tanzania y Camerún. El resto de países industrializados participaron en menor medida: Bélgica (Congo), Portugal (Angola, Mozambique, Guinea portuguesa, Cabo Verde), Holanda (Indonésia) e Italia (Libia y Somalia). En el reparto de África a España le tocó una franja de desierto (hoy Sahara Occidental) una zona de selva tropical (hoy Guinea Ecuatorial) y una franja territorial al norte de Marruecos: el Rif. Pero mientras que otros países formaron poderosos imperios coloniales, España lo redujo. A inicio del XIX perdió casi todas sus colonias americanas en la Guerra de Independencia Hispanoamericana (1808-24) y a finales perdió Cuba, Puerto Rico y Filipinas en la guerra hispano-estadounidense (1898) gobernando la regente María Cristina de Austria. 

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