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Imperialismo


Enviado por   •  8 de Marzo de 2012  •  2.179 Palabras (9 Páginas)  •  355 Visitas

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Cuando el capitalismo surgió, hace varios siglos, significó un progreso muy grande para la humanidad. La burguesía naciente era una clase revolucionaria, que se enfrentaba al viejo orden feudal, un orden económico muy ligado al campo, apegado a la tierra, basado en unas relaciones de servidumbre hacia los señores feudales, atrasado y oscurantista, que no dejaba desarrollar la economía y, por ende, impedía el progreso del ser humano.

Al triunfar la burguesía y llegar al poder (como por ejemplo, después de la revolución francesa de 1789), se abrió definitivamente paso un nuevo orden económico, basado en la libertad de los que antes eran siervos (libertad para dejarse contratar en las fábricas de los burgueses, cosa que no podían hacer en un feudo), en la competencia entre los diferentes empresarios, en la libertad de empresa y en la propiedad privada sobre los medios de producción (las fábricas, etcétera). Era, desde sus comienzos un sistema económico de explotación donde la burguesía tomaba las riendas del estado para dominar y explotar a la clase obrera. Un sistema económico que —como diría Marx— “nació chorreando sangre y lodo por todos los poros”.

Sin embargo, comparado con el viejo orden feudal, permitió un gran desarrollo de la humanidad. A partir de la revolución industrial, la humanidad conoció un gran desarrollo de sus fuerzas productivas, un gran desarrollo de la ciencia y de la técnica, muchos y muy importantes descubrimientos que hicieron que en pocos siglos, el género humano progresara muchísimo más que en todo el resto de su existencia.

Pero las cosas no se quedaron allí. El capitalismo evolucionó y cada vez más sus garras fueron apareciendo. El libre mercado y la libre competencia, que le daban una fachada color rosa al capitalismo, desaparecieron. El capital industrial se fue concentrando cada vez en menos manos. El capital de los bancos —que siempre había sido un simple intermediario para los negocios de la burguesía— se alió directamente con estos sectores poderosos del capital industrial, empezaron a prestarse entre sí, a financiar sólo las empresas que a uno y otro les convenían, empezaron a imponerle condiciones a otras empresas, a controlarlas. Las empresas medianas y pequeñas se veían ante un dilema de hierro: o directamente desaparecían al quebrar por esta competencia totalmente desigual, o se integraban a los nacientes grupos poderosos.

Así surgieron compañías —como la Good Year, la General Motors, la Fiat, etc., todas conocidas en nuestro país—, cuyas ventas, por ejemplo, fácilmente superaban, en cantidad, todas las exportaciones de muchísimos países atrasados del mundo. Monstruos poderosísimos que controlaban centenares o miles de empresas, que hablaban duro e imponían sus condiciones, y que extendían sus tentáculos mucho más allá de las fronteras del país en el cual tuvieron origen, hasta los lugares más lejanos de la tierra. En pocas palabras, surgió el capital financiero y la competencia se convirtió en monopolio.

El capitalismo se hizo definitivamente un sistema mundial y esos poderosos capitales empezaron a exportarse, a recorrer el mundo como quien exporta un carro o una nevera, a explotar obreros de otros países, a imponerles condiciones a los países a los cuales llegaban, a imponer pactos económicos, políticos y militares que lesionaban la soberanía de esos países. Hasta el rincón más atrasado de la tierra se ha visto abrazado por los tentáculos de estos nuevos colonizadores.

Si se produce un alfiler en Tanganica y se quiere vender, tiene que ceñirse a las leyes del capitalismo mundial, a las leyes del imperialismo. Si en nuestro país se necesita un acueducto para tal ciudad y la plata para hacerlo la presta un banco imperialista, éste impone todas las condiciones: cómo se hace el acueducto, a qué empresa (imperialista, por supuesto) hay que contratar para que haga la construcción, a qué lugares de la ciudad llega el servicio, a qué precios se vende el servicio, etc., etc. Así funciona el imperialismo.

Ejemplos hay por cantidades. El del carbón del Cerrejón es uno. Resulta que el mundo necesita combustibles y el carbón es un combustible muy bueno. En Colombia hay mucho carbón, particularmente en El Cerrejón que es una de las minas más grandes del mundo; carbón que está en suelo colombiano y que sería muy bueno explotar. Sin embargo, quien lo “descubrió” fue, casualmente, una compañía yanqui, quien lo explota es una compañía yanqui, quien está construyendo la planta también, quien se va a llevar las ganancias, también, por lo menos en una inmensa mayoría.

La burguesía colombiana se lleva otro pedazo, pero en comparación a lo que se llevan los los estadounidenses es una muy poco, a cambio de la cual nuestros patronos cedieron sin ninguna pena la soberanía del país. Ejemplos similares se dan con el petróleo, el iquel el banano, el café, etc.

Este es el capitalismo en la etapa actual, su etapa superior, su última etapa. A esto es a lo que llamamos imperialismo.

Después de haber visto las raíces económicas de este oprobioso sistema de dominación, saqueo y pillaje que es el imperialismo, nos vamos a adentrar en sus aplicaciones políticas, para seguir el orden que el mismo Lenin nos propone, en el prólogo que escribió a su libro “El imperialismo, fase superior del capitalismo”, en julio de 1920: “Sin haber comprendido las raíces económicas de ese fenómeno, sin haber alcanzado a ver su importancia política y social, es imposible dar el menor paso hacia la solución de las tareas prácticas de la revolución social que se avecina”.

El mundo en la época del imperialismo: países dominantes, países dominados

En el texto “Las Clases Sociales” vemos que la sociedad está dividida en clases, que existen dos clases fundamentales, la burguesía y el proletariado, que tienen intereses irreconciliables entre sí y que desarrollan una lucha permanente la una contra la otra. También vimos que estas clases fundamentales existen en todo el mundo. Veamos ahora, a la luz de lo que hemos visto del imperialismo, cómo se ve el panorama a nivel mundial.

Para empezar, veamos cómo, dentro de la burguesía a nivel mundial, hay un sector que es el dominante. Son los patronos dueños de esos grandes monopolios que hemos visto, asentados en los países capitalistas más adelantados (como Estados Unidos, Alemania, Francia, Inglaterra, Japón, etc.). Esos monopolios son empresas tan grandes que unas pocas dominan ramas enteras de la producción. También son bancos gigantescos que concentran inmensas cantidades de recursos financieros y pueden imponer muchas condiciones.

Estos grandes monopolios, extendidos por toda la faz de la tierra, dominan el mundo.

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