Imperialismo
taneconomic4 de Septiembre de 2011
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1.1 Imperialismo, sistema mundial único e integrado.
Una generación posterior de marxistas ya podría afirmar cómo el alcance global del capital había impactado en la economía mundial y en las relaciones entre las clases. En los años previos a la Primera Guerra Mundial Lenin trató esta cuestión en “El imperialismo fase superior del capitalismo”, una obra escrita en 1916.
Lenin afirmaba que el capitalismo competitivo de la época de Marx había sido sustituido por una economía dominada por los monopolios. Así mismo, la época del libre comercio descrita por Marx se había sustituido por la edificación de barreras arancelarias. Una manera de saltar sobre las tarifas arancelarias fue invertir en otros países para producir allí en lugar de tener que exportar a ese país. De este modo, la exportación de capital ha sustituido a la exportación de mercancías. Esas tarifas arancelarias fueron impuestas por los distintos bloques de capital nacional para defenderse entre sí. Las potencias imperialistas se dividieron el resto del mundo como colonias y esferas de influencia. Todas estas tendencias tienen sus raíces en el cambio de la forma de producir plusvalía.
Por lo tanto Lenin en su definición de imperialismo contempla los cinco rasgos fundamentales siguientes, a saber:
1) la concentración de la producción y del capital llegada hasta un grado tan elevado de desarrollo que ha creado los monopolios, que desempeñan un papel decisivo en la vida económica
2) la fusión del capital bancario con el industrial y la creación, sobre la base de este ‘capital financiero’, de la oligarquía financiera
3) la exportación de capital, a diferencia de la exportación de mercancías, adquiere una importancia particular
4) la formación de asociaciones internacionales monopolistas de capitalistas, las cuales se reparten el mundo
5) la terminación del reparto territorial del mundo entre las potencias capitalistas más importantes.
Karl Kautsky, considerado ampliamente como el “Papa del marxismo” en su época, estaba de acuerdo y ayudó a formular el concepto de imperialismo. Pero en su obra de 1914, Superimperialismo, y en otros escritos, desarrolló una idea diferente.
Kautsky escribía lo siguiente: “El imperialismo, de este modo, está cavando su propia tumba. De ser un medio para desarrollar el capital se está convirtiendo en un obstáculo para ello”.
Considera el imperialismo una “política” adoptada por las grandes potencias, como si fuera una forma de vestirse de las naciones capitalistas y que podían cambiarse cuando les convenía.
Lenin veía el imperialismo como una necesidad del capitalismo en su etapa final de desarrollo. No empezaba con la política colonial, sino que surgía del desarrollo económico capitalista.
Mientras Immanuel Wallerstein uno de los más destacados autores en la teoría 'sistema-mundo' lo caracteriza como una serie de mecanismos que redistribuyen los recursos desde la 'periferia' al 'centro' del imperio. En esa terminología el 'centro' es el mundo desarrollado, industrializado, democrático –el primer mundo-, y la 'periferia', mundo subdesarrollado o tercer mundo junto con los mal denominados países en vías de desarrollo o semiperíféricos, estos últimos son los exportadores de materias primas, la parte pobre del mundo, el mercado mediante el que el centro explota a la periferia.
Sistema-mundo (Imperio):
• Centro (Países desarrollados)
• Semiperiferia (Países en vías de desarrollo)
• Periferia (Países subdesarrollados)
Wallerstein ubica el origen del régimen actual de sistema-mundo en el siglo XVI en la Europa occidental y lo define como un sistema social con sus reglas, estructuras, normas y funcionamiento propio que responde a su lógica interna
El sistema-mundo, según Wallerstein viene definido por cuatro características temporales:
• Ciclos cortos que representan las fluctuaciones de la economía.
• Ciclos largos que indican tendencias más profundas y duraderas representando el desarrollo económico y su posterior declive.
• Contradicción, término que indica un problema irresoluble en el propio sistema, generalmente referente a los intereses a corto plazo frente al largo plazo. Por ejemplo el problema de la caída del consumo; derivado de la bajada de salarios que en principio aumenta el beneficio de las élites capitalistas a corto plazo, pero que a largo plazo esa disminución de salarios tiene un efecto negativo reduciendo la demanda para el producto y por tanto los beneficios.
• Crisis. La última característica temporal es la crisis, que tarde o temprano se produce cuando se dan una serie de circunstancias que rompen la estructura del sistema.
Partiendo de lo anterior la dependencia por la consolidación del sistema-mundo consolida el empobrecimiento y el retraso de los países pobres producido por la posición periférica que estas naciones tienen en la división del trabajo internacional. El desarrollo del sistema-mundo capitalista instaura una inamovible distinción entre naciones del centro y las naciones de la periferia.
Fernando Henrique Cardoso resume la esencia de las teorías de la dependencia de la manera siguiente:
• Hay una penetración financiera y tecnológica del centro capitalista desarrollado en los países de la periferia y de la semi-periferia lo que produce una estructura económica triplemente desequilibrada: 1) dentro de las propias sociedades periféricas, 2) entre ellas y 3) entre ellas y el centro del sistema.
• Lo que limita el crecimiento autónomo de la periferia
• Lo que favorece la aparición de nuevos modelos específicos en las relaciones entre clases sociales y producen nuevas relaciones
• Que reclaman cambios en el papel del estado –para garantizar el funcionamiento de la economía y la articulación política de la sociedad-, cambios que contienen, dentro de sí mismos, focos de contradicción -irresolubles y sin articulación social posible- y de desequilibrio estructural.
Sin duda la estructura vertical de la decisión monopólica es lo que define hoy al imperialismo contemporáneo. Y la política del estado en los países dependientes no es tanto el resultado de situaciones específicamente internas, sino, también el resultado del poder de incidencia o de decisión de las fuerzas monopólicas metropolitanas.
El subdesarrollo es apenas una de las consecuencias de la dependencia, su aspecto, podríamos decir, es cuantitativo, pero lo que hace a la definición cualitativa, es la vinculación de un área externa de la metrópoli, a la política de la metrópoli en una relación de dependencia, “debe ser entendida como una variable que no es en absoluto externa ni algo que está yuxtapuesto a un imperialismo que viene de afuera. La dependencia tiene que ser concebida como una variable interna, como algo interior a la estructura de un solo sistema mundial que forma parte integral de su propia estructura competitiva”.
Son precisamente este sistema mundial, este poder concentrado de decisión y este estado de guerra los que van otorgando a la política una categoría preeminente por sobre todas las demás. Vale decir que el problema nacional no es un problema económico, ni cultural, ni social, ni de “desarrollo’ o de “subdesarollo”, sino, como tantas veces lo ha dicho Perón, un problema político.
1.2 Definición del espacio-tiempo imperialista, crisis y economía mundial.
La larga supervivencia del capitalismo, a pesar de sus múltiples crisis y reorganizaciones y de los presagios acerca de su inminente derrota provenientes tanto de la izquierda como de la derecha, es un misterio que requiere aclaración.
Henry Lefebvre pensaba en su famosa idea de que el capitalismo sobrevive a través de la producción del espacio, pero no explicó exactamente cómo sucedía esto1.
Tanto Lenin como Rosa Luxemburgo, por razones muy distintas, y utilizando también diferentes argumentos, consideraban que el imperialismo –una forma determinada de producción del espacio– era la respuesta al enigma, aunque ambos planteaban que esta solución estaba acotada por sus propias contradicciones.
Este argumento sólo tiene sentido en relación con la tendencia del capitalismo a producir crisis de sobreacumulación, la cual puede entenderse teóricamente mediante la noción de caída de la tasa de ganancia de Marx.
Estas crisis se expresan como excedentes de capital y de fuerza de trabajo que coexisten sin que parezca haber manera de que puedan combinarse de forma rentable a efectos de llevar a cabo tareas social-mente útiles. Si no se producen devaluaciones sistémicas (e incluso la destrucción) de capital y fuerza de trabajo, deben encontrarse maneras de absorber estos excedentes. La expansión geográfica y la reorganización espacial son opciones posibles. Pero éstas tampoco pueden divorciarse de los ajustes temporales, ya que la expansión geográfica a menudo implica inversiones de largo plazo en infraestructuras físicas y sociales (por ejemplo, en redes de transporte y comunicaciones, educación e investigación) cuyo valor tarda muchos años en realizarse a través de la actividad productiva a la que contribuyen.
Las formaciones sociales capitalistas, normalmente constituidas con unas configuraciones territoriales o regionales y dominadas por un centro hegemónico, se han involucrado en prácticas quasi-imperialistas en busca de ajustes espacio-temporales que solucionen sus problemas de sobreacumulación.
La
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