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Incidente De La Tajada De Sandia


Enviado por   •  4 de Abril de 2015  •  2.670 Palabras (11 Páginas)  •  635 Visitas

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Introducción

En el presente trabajo conoceremos mas sobre el sangriento enfrentamiento que se dio entre panameños y norteamericanos, que la historia registra como el “incidente de la tajada de sandia”. Este incidente se debió a que un gringo borracho de los miles que transitaban por el istmo en dirección a California, se comió un pedazo de sandia y luego se negó a pagar el real que costaba. Esta actitud del gringo de no pagar generó una disputa personal entre el vendedor panameño José Manuel Luna y el norteamericano Jack Oliver que terminó en una trifulca armada entre estadounidenses y panameños con un trágico saldo de 15 norteamericanos muertos y 16 heridos y 13 panameños heridos y 2 muertos. A continuación conoceremos como fueron realmente los hechos de ese lamentable suceso de nuestra historia, en donde más que orgullo, hablamos del deseo de justicia.

Era la mañana del 15 de abril de 1856. Todo parecía transcurrir como un día normal en la Panamá atrincherada, bulliciosa y dividida por una muralla, en la cual vivían los de adentro, la gente de intramuros, y los de afuera, es decir los del arrabal.

Según cuenta el historiador panameño Ernesto J. Castillero en su obra Historia de Panamá, entre las personas que arribaron a Panamá en esa fecha con rumbo a Nicaragua para apoyar a William Walker a afianzarse en la presidencia de esa nación, viajaba un estadounidense de nombre Jack Oliver. Hasta entonces había calma hasta cuando este pasajero estadounidense, bajo los efectos del alcohol, se enfrascó en una discusión personal con un vendedor ambulante llamado José María Luna. La discusión surgió cuando Oliver se negó a pagarle a Luna el precio de una rebanada de sandía, cuyo importe ascendía a la suma de un real.

Ante los reclamos de Luna, Oliver lo amenazó con un arma de fuego. Luna sacó entonces a relucir su cuchillo, y se desencadenó el desorden mientras la multitud se ponía a salvo. Hubo un ataque indiscriminado en donde se hicieron disparos, hubo heridos, muertos y provocó el saqueo y destrucción de varios establecimientos de la ciudad.

Lo peor del asunto es que en esos momentos arribaba a la estación del ferrocarril, donde se habían iniciado los hechos, el tren Illinois que transportaba emigrantes provenientes de la ciudad de Colón, quienes también se vieron involucrados en el pleito. La situación empeoró cuando la policía granadina hizo acto de presencia e intentó controlar los disturbios. Los estadounidenses se habían amotinado dentro del edificio de la estación y respondieron con tiros al grupo uniformado que se vio obligado a actuar de la misma manera.

Este hecho ocurrió por los alrededores del sitio que en la actualidad ocupa el Mercado de Marisco. En aquellos días esa área era un pantano, adyacente a los patios del ferrocarril, donde estaban los depósitos de la compañía. A esa área le llamaban la Ciénaga, porque era insalubre. Más allá se encontraba la Playa Prieta, que es la parte de la bahía de Panamá que hoy aparece enmarcada por la Avenida Balboa.

El gobernador de Panamá en esos momentos era Francisco de Fábrega, a quien le tocó enfrentar los desórdenes y evitar que la revuelta tomara proporciones incontrolables, así como confrontar la actitud de algunos estadounidenses, que se sintieron agredidos y ultrajados y pintaron el hecho como una acción ``premeditada'' por parte de los panameños contra sus vidas, integridad y propiedades en Panamá. Después de reclamos diplomáticos y de un largo proceso para deslindar responsabilidades, Nueva Granada tuvo que asumir la culpa por los daños causados y, ocho años después, pagar a Estados Unidos una suma superior a los 400 mil dólares en oro como compensación.

Estados Unidos, sin embargo, no fue el único país que exigió indemnizaciones. También lo hicieron Francia e Inglaterra, cuyos compatriotas se vieron afectados.

Luego del incidente y con el propósito de investigar los hechos y deslindar responsabilidades, el Gobierno americano nombró al Sr. Amos B. Corwine, comisionado especial, quien en su Informe Oficial presentado a su gobierno, tres meses después, recomendaba, entre otras cosas lo siguiente:

”... la ocupación inmediata del istmo de océano a océano por Estados Unidos... a menos que Nueva Granada... nos convenza de su competencia e inclinación para suministrar... adecuada protección y una amplia rápida indemnización”. Señalaba además el Sr. Corwine, que las autoridades neogranadinas eran incapaces de garantizar el libre tránsito por el Istmo de Panamá, así como de proteger las vidas y bienes norteamericanos”.

Y como era de esperarse, el Gobierno americano acogió con beneplácito el informe e hizo cumplir las recomendaciones del Sr. Corwine. Meses después, septiembre de 1856, tropas americanas desembarcan en el istmo y se toman la estación del ferrocarril. Además, Washington obligó a Bogotá a iniciar negociaciones a fin de llegar a un acuerdo no solo para el pago de compensaciones económicas, sino también para que el gobierno neogranadino adoptara una serie de medidas políticas -militares en las ciudades terminales del ferrocarril.

Esta imposición de Estados Unidos se tradujo en la firma del Convenio Herrán-Cass, de septiembre de 1857, mediante el cual Nueva Granada aceptó su culpabilidad en los hechos de abril de 1856 y se comprometió a pagar indemnizaciones por los sucesos ocurridos. Nueve años después, o sea en 1865, el gobierno neogranadino pagó en indemnización las siguientes sumas:

• 195 mil 410 dólares por indemnizaciones derivadas del motín,

• 65 mil 070 dólares por otros reclamos nuevos,

• 9 mil 277 dólares por gastos de comisionado y

• 142 mil 637 dólares por intereses.

En total Nueva Granada pagó 412 mil 394 dólares como compensación económica al Gobierno de Estados Unidos por la trifulca callejera originada por los norteamericanos en territorio panameño. Esta es una lección histórica que debemos recordar, pues esos sucesos se volverán a repetir y siempre el agredido es el que carga con la culpa de lo acontecido.

La protesta de Totten

El superintendente del ferrocarril, G.M. Totten, había enviado una nota de protesta el 18 de abril al despacho del gobernador Fábrega. Protestaba Totten por el trato supuestamente vejatorio que se le había dado a los ciudadanos estadounidenses de paso por Panamá, y los ``crímenes'' perpetrados por los panameños en su contra, entre

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