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JUICIO MORAL Y ETICO


Enviado por   •  5 de Septiembre de 2014  •  Síntesis  •  2.009 Palabras (9 Páginas)  •  511 Visitas

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JUICIO MORAL Y ETICO

Se llama juicio moral a aquel acto mental que afirma o niega el valor moral ante una situación determinada o un comportamiento del que somos testigos, es decir, el juicio moral que da como resultado se pronunciara específicamente sobre la presencia o ausencia de ética.

El juicio ético es el acto de afinación o negación sobre los valores éticos de la persona ante una situación o comportamiento en el que somos participes o espectadores, este se denomina según la moral de cada ser humano.

Dentro de nuestra naturaleza las personas estamos en el desarrollo continuo de los valores morales con el fin de alcanzar nuestra propia superación; inconscientemente practicamos en nuestra vida diaria estas normas que hemos aprendido al paso de los años temiendo de la misma manera un cierto fracaso ante los ojos de la sociedad. Aunque a veces estas normas pueden resultar contradictorias con respecto a otras y causar confusión, es por eso que se debe buscar un punto neutro en que el que se obtenga el mejor resultado.

Podemos decir que los principios de la moral se basan en los valores, para determinar la diferencia de lo bueno y lo malo, con la finalidad de explotar el aspecto ético a su máxima potencia.

Por su parte, el juicio ético está enfocado en la definición de los conceptos de correcto e incorrecto desacuerdo a los ideales y valores morales de quien juzga la acción, tomando en cuenta que dichos valores están basados en reglamentos impuestos por la sociedad que lo rodea en es ese momento.

1. ¿Cómo son posibles los juicios morales?, ¿Qué es lo que hace que en un momento determinado las personas puedan pronunciarse sobre la bondad o maldad de un acto?

Se puede afirmar que los juicios morales son posibles por el Sentido Moral. Es el conjunto de esquemas, normas y reglas que hemos adquirido a través de nuestra educación, familia y medio ambiente, y que mantenemos en el momento de emitir un juicio moral, si revisamos nuestra propia historia individual, podremos recordar, con facilidad, lo que a lo largo de ella se nos ha trasmitido, un conjunto de reglas o normas morales, pautas de conducta. ¿Pero quién nos las ha trasmitido? En primer lugar, nuestra familia, luego, las instituciones educativas en las que hemos estado, también la propia sociedad en la que vivimos y de la que dependemos

Se nos ha dicho continuamente lo que es bueno y lo que es malo, o, lo que, nuestros educadores consideraban bueno o malo, ante este aprendizaje y, ante esas normas de conducta hemos podido tener tres actitudes:

Rechazo, Indiferencia, Aceptación.

Rechazo, Enfrentamiento u oposición a una idea, acción o situación cuando la norma o normas que se nos han trasmitido no nos han convencido y, tras un razonamiento y una crítica, hemos decidido olvidarlas, rechazo también, cuando por cansancio o saturación hemos, sin más, prescindido de ellas. Rechazo, también, cuando las hemos sustituido por otras.

Indiferencia, Indiferencia, del latín indifferentĭa, es el estado de ánimo en que una persona no siente inclinación ni rechazo hacia otro sujeto cuando la norma o regla no nos dice nada, y volvemos la espalda a su contenido. No es un rechazo efectivo, pero tampoco una aceptación consciente.

Aceptación, hace referencia a la acción y efecto de aceptar cuando esa norma o normas, constituyen lo que podríamos llamar nuestro equipaje moral. El conjunto de reglas que hemos mantenido, conservado, con las que crecemos, caminamos por la vida y que constituyen lo que en un principio hemos llamado sentido moral.

2. La educación moral como construcción de la personalidad moral.

El acto moral entraña todo un proceso en el que se interrelacionan una serie de elementos o pasos; es el proceso mediante el cual un sujeto moral realiza un comportamiento susceptible de ser valorado bajo un sentido moral (bueno o malo, debido o indebido).

En relación con los requisitos que nos permitan efectuar un acto moral, cabe mencionar la libertad y conciencia del sujeto. un acto adquiere el calificativo de moral cuando se ha realizado en una forma libre y consciente. de esta manera, la libertad es una condición fundamental y necesaria en la esencia del acto moral; pues, por ejemplo, el acto de un individuo que se realizó bajo una coacción interna o externa no cae en la esfera de la moral. lo mismo podemos decir de los actos inconscientes. Frecuentemente se dice: las acciones de los niños (seres sin plena conciencia moral), de los imbéciles o de los locos no tienen calidad moral, pues ellos no saben lo que hacen.

3. Experiencias, instrumentos y guías de valor en la construcción de la personalidad moral

La educación moral como construcción pretende trabajar con los pequeños y grandes problemas morales que plantea la experiencia, y quiere hacerlo entrando en ellos mediante las herramientas de deliberación y de dirección moral que cada individuo va adquiriendo a lo largo de su desarrollo. Pero pretende entrar en ellos orientado por guías que señalan horizontes de valor que ayudan a considerar los conflictos, aunque no aporten soluciones acabadas. Analizar personal y colectivamente los problemas morales ayuda a entenderlos mejor y, a veces, a controlarlos o resolverlos. Pero además, es ese mismo trabajo el que forma los procedimientos de deliberación y dirección moral, y el que reconstruye para cada individuo y cada comunidad el sentido de los valores.

4. Experiencias de problematización moral.

La construcción de la personalidad moral depende del tipo de experiencias que el medio es capaz de proporcionar. En primer lugar, el entorno sociocultural suministra a cada sujeto unos contenidos que, de manera informal y escasamente consciente la van socializando.

Respecto a este primer elemento del proceso de construcción de la personalidad moral, las capacidades críticas se expresan percibiendo un problema moral genuino donde antes no se veía. La crítica se manifiesta aquí como capacidad para tematizar (percibir y reconocer) un conflicto de valores que con anterioridad no era normal advertir pese a que ya existía. En el ámbito de la moral y en otros muchos se da este proceso de problematizar un aspecto de

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