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Joyeria Prehiscanica


Enviado por   •  2 de Mayo de 2013  •  1.676 Palabras (7 Páginas)  •  310 Visitas

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Ornamentos y joyería de la época prehispánica

ArtePrehispánicaCultura

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Foto: Rafael Doniz

Pectoral prehispánico.

Por: Felipe Solís

Muy rica en detalles es la información que conservamos de la manera de vestirse y ornamentarse en el México antiguo, entre la que destaca la información gráfica que nos brindan los códices precolombinos.

En ellos podemos apreciar, además de la vestimenta de los gobernantes, sacerdotes y guerreros de aquella época, la joyería elaborada a partir del manejo de los metales preciosos, especialmente el oro, ya que había menor aprecio por la plata y el cobre.

Para entender el realce que daba a su figura la joyería áurea demos un vistazo a su peculiar vestimenta, que es característica casi exclusiva de Mesoamérica. Uno de los atuendos más elegantes de los hombres eran las tilmas, que a manera de capas cubrían su cuerpo. Todas ellas tenían como decoración diseños geométricos y simbólicos, cuyo contraste colorido les daba su propia identidad.

Los hombres cubrían su sexo con una prenda distintiva de su género de carácter nativo llamada maxtlatl, que consistía en un largo paño que pasaba por en medio de las piernas y se ceñía anudándose en la cintura de tal manera que los remates colgaran también entre las piernas; estos maxtlatl también lucían complejos diseños multicolores. El atuendo de las mujeres consistía en enredos que a manera de faldas, sujetas con anchas fajas, cubrían la sección inferior del cuerpo, mientras que sobre el torso llevaban una especie de camisa larga de forma cuadrangular llamada huipil, o bien, un gran y bello quechquémitl, de forma romboidal, cuyos bordes triangulares presentaban colgantes o borlitas que acentuaban el elegante movimiento femenino al caminar. Los individuos enterrados en las múltiples tumbas localizadas en las principales capitales indígenas debieron de estar ataviados con las prendas que hemos descrito, además de su valiosa joyería.

Conocemos estas extraordinarias obras de la orfebrería precolombina a través de las excavaciones que han llevado a cabo los arqueólogos, y con anterioridad los coleccionistas del siglo XIX. Los gobernantes y jerarcas portaban diademas de oro, que en ocasiones iban cubiertas de mosaicos de turquesa, con las que ceñían su cabeza. En la tumba 7 de Monte Albán se descubrió una joya semejante, acompañada de una pluma de oro de gran longitud que lleva incisa otra pluma pequeña de forma circular.

En la realidad, esta joya era un ornamento de la alta jerarquía militar elaborada con plumas de águila que identificaba a los guerreros que se distinguían por su valentía al capturar prisioneros vivos durante la batalla. Según los códices mexicas, los soberanos de México-Tenochtitlan, llamados tlatoque, se identificaban por su diadema, llamada copilli, y por el uso de orejeras y narigueras de turquesa.

Rostros ornamentados

Para las orejas había ornamentos específicos, que denominamos genéricamente orejeras. A fin de lucir estos objetos, se perforaban y dilataban el lóbulo, que es muy flexible, hasta que el orificio tuviera la dimensión requerida para alojar estas joyas. Las orejeras tienen una sección cilíndrica que se inserta en el lóbulo, y al frente, a manera de remate, el ornamento, que adopta diversas formas. El ornamento podía ser circular, cuadrado o en forma de gancho, de modo que a la vista de los demás el individuo lucía dos discos a los lados de la cara, que la enmarcaban y exaltaban la dignidad. La identidad del personaje o de la deidad tenía que ver con el colgante que pendía muchas veces de la orejera. Sobre el rostro, la joya distintiva más característica era la nariguera. Para sujetarla se requería un corte en la parte interna de la nariz, en el septum, que es un cartílago muy delgado.

La perforación la hacía un sacerdote en ceremonias públicas, en las que, como señal de valentía, el individuo no debía dar muestras de dolor. Las narigueras se sujetaban mediante una barra que pasaba por la parte central e interior de la nariz y se extendían más allá de los cometes. Algunas tenían forma tubular, y se denominan "de barra"; otras semejaban mariposas estilizadas, y los extremos que corresponden al hocico del animal eran las puntas que a manera de remate de gancho se insertaban en el septum, permitiendo que la nariguera tuviera una caída natural sobre la boca, cubriéndola. Las narigueras de mariposa se asociaban especialmente con Xochipilli-Macuilxóchitl, el dios patrono de la llegada del cambio de la naturaleza, las flores, los pájaros, las mariposas, y también del canto, la danza y la música.

Conocemos narigueras de mariposa estilizada que proceden principalmente de la región oaxaqueña. La nariguera colgante que asemeja la greca escalonada y remata con rayos luminosos, tenía un simbolismo relacionado con el sol. La diosa Coyolxauhqui, deidad guerrera lunar que fue decapitada por su hermano el astro rey, tenía como nombre "la que se pinta o maquilla

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