LA CASA NUEVA DE MI MAMA

LA CASA NUEVA DE MI MAMA

Mi mamita a recibido una herencia que le dejo mi papito, con este regalo ella se compro una hermosa casita y ayer la mama cumplió 65 años y lo celebramos por todo lo alto en el jardín de casa nueva. Estuvieron mis hermanos mis tíos y tías también vinieron los primos queridos en fin vino toda la familia. Nadie quiso perderse la fiesta de inauguración de la casita y sobre todo el cumpleaños la mama, siempre son sensacionales. Como cada año hubo baile y una vez más la mama no quiso perderse la ocasión de bailar con todos. Bailó un vals con tío Felipe e incluso se atrevió con una cueca criolla y un tango con tío Carlos que es el bailarín de la familia.

Además, mamá, que es una experta cocinera, preparó un sinfín de deliciosos manjares. No hay ni que decir que la fiesta fue un éxito. Tía Jimena una vez más sorprendió con su ricas empanaditas al horno, Pero como la tía Patricia desafina, el abuelo disimuladamente se tapó los oídos. Por supuesto, el momento culminante de la fiesta tuvo lugar cuando la mama sopló las sesenta y cinco velitas.

Cuando la fiesta acabó todos colaboramos en la limpieza. En la cocina ayudamos a recoger el gran montón de basura que se había generado: cáscaras de huevos, pieles de frutas, espinas, los restos de la lechuga...

-¡Muy bien, niños! Así me gusta -dijo el tío nan satisfecho-. Los desperdicios de comida son restos para dárselo a los chanchos.

Con estos restos prepararemos abono para fertilizar las flores y los árboles del jardín.

-También hay que recoger los papeles de envolver los regalos, las cajas de cartón y las latas y botellas de vidrio -indicó tía jimena.

Entonces salimos corriendo al jardín a clasificar la basura. Reunimos los cartones y los papeles en un único montón. También agrupamos las botellas de vidrio y las latas.

-Si dejamos la basura clasificada en la calle, el basurero podrá llevársela lista para reciclar y le ahorraremos mucho trabajo -propuso mamá.

Y qué contento se puso el barrendero, cuando encontró la basura, perfectamente ordenada y clasificada en distintas cajas y montones, dispuesta sin ensuciar la calle.

-¡Con tanto cartón se podrán hacer muchos cuadernos de papel reciclado! -explicó mi hermano sergio.

-¡Y con el vidrio, otras muchas botellas! -precisó mi hermana Elisa.

-¡Desde luego ser respetuosos con el medio ambiente produce una gran satisfacción! -exclamó el abuelo.

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