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LOS AMORES DEL LIBERTADOR


Enviado por   •  28 de Mayo de 2014  •  3.650 Palabras (15 Páginas)  •  571 Visitas

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LOS AMORES DEL LIBERTADOR

Las Primas Aristiguietas

A unas treinta varas hacia el sur, de la casa donde nació Bolívar, vivían las hermanas Aristiguieta, llamadas las “Nueve Musas”.

Las primas Aristiguieta venían a serlo en segundo grado, con las primas mayores probablemente Bolívar no íntimo, eran de mucha más edad que él. Con las menores no hay duda, y se cree que en parte el origen de la decisión de enviarlo a Europa siendo un adolescente, tiene que ver con alguna de estas relaciones, que se estaban convirtiendo en situaciones muy comprometedoras.

Eran nueve chicas conocidas en Caracas con el nombre de las Nueve Musas, hermanas y pertenecientes a la familia Jerez Aristiguieta. María Mercedes, Josefa, María Rosa, Teresa de Jesús, María Begoña, Manuel, María Francisca, María de Belén y María Antonia, todas admiradas por su belleza, por la gracia y la suavidad de su trato. Eran muchas las primas y Simón parece haber gozado de los favores de todas ellas.

En Caracas se le oía decir, por el año de 1814, que prefería el Purgatorio al Paraíso porque allí estaba seguro de encontrar a sus primas las Aristiguietas, hermosas muchachas de un natural feliz y muy independientes.

María Ignacia Rodríguez

¡Una fémina de 10! Pues tal es el caso de la legendaria Güera Rodríguez no es caso pequeño, ya que la famosa María Ignacia Rodríguez de Velasco, tuvo

entre sus galanes a fulanos de la talla de Simón Bolívar (a quien llamaban el caraqueñito tanto por la simpatía que generó en su visita a México, como por su estatura y edad).

En parte Bolívar siendo un adolescente era mandado a Europa y comenzando el viaje en México, tuvo sus primeras aventuras.

Con quince años y medio, el 19 de enero de 1799, Simón se embarco en la Guaira rumbo a España. El Bloqueo que el Gobierno ingles mantenía al puerto de La Habana los obligo a atracar el 2 de febrero de 1799 en Veracruz. Allí se hospedó en la casa de los Marqueses de Uloapa, don Alejandro Cosio y Doña María Josefa Rodríguez de Velasco, grandes amigos del oidor de la Real Audiencia de México, don Guillermo de Aguirre y Viana, a quien iba recomendado por el obispó de Caracas, monseñor Viana.

En el bello palacio del Parque de Chapultepec, donde se aposentó, conoció al virrey don Miguel José de Azanza y a la exótica y muy experimentada hermana de la marquesa, doña María Ignacia Rodríguez de Velasco y Osorio, quien casi ele doblaba la edad y conocimientos de vida, y a quien llamaban “La Güera” Rodríguez, debido a su color claro, rubio, mono, de su cabello. A pesar de los cortos días de permanencia, esta mujer de escandaloso historial atrapó en sus brazos la inocencia reprimida del mozalbete turista y dio buena cuenta de su angelical pureza. Ella le encendió los apasionados y ardientes deleites sensuales y le estrujó su corazón sediento de amor, de caricias y ternuras.

María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza

María Teresa era una mujer bien educada y culta de su época, de ojos color café, piel pálida, de naturaleza tímida y carácter amable. Conoció a Simón Bolívar en Madrid, en 1800. Bolívar había sido enviado a España a los 17 años para continuar sus estudios. Su vida cambiaría definitivamente en la casa del Marqués Gerónimo de Ustáriz, a quien Simón Bolívar llamaba "tutor", y en cuya mansión residió por algún tiempo.

Él sólo tenía 17 años de edad y ella 19, pero la joven, de ancestros venezolanos, cautivó a Bolívar a tal punto que, a pesar de su edad, rápidamente le declaró su amor. En agosto de 1800 María Teresa acepta el noviazgo de Simón Bolívar. Su padre, al enterarse, les propone que esperen un tiempo hasta que él cumpliese su mayoría de edad. Por motivo de que la herencia de Bolívar dependía de que éste tuviese un matrimonio bien asentado, Bolívar hablaba y reportaba con grandes impresiones sobre su nueva novia, describiéndola como «una joya sin defectos, valiosa sin cálculo». Don Bernardo, el viudo padre de María Teresa, llevó a su hija a Bilbao y al poco tiempo, en marzo de 1801, decepcionado de Madrid, su prometido se mudó a esa ciudad. De regreso a España, el 5 de abril de 1802, Bolívar le propone formalmente matrimonio a María Teresa. El padre de María Teresa, aplacado por el compromiso formal y, probablemente también por razón de los bienes del novio valorados en unos 200.000 duros, dio su permiso y bendición a la pareja. Simón le propone a María Teresa que se casen ese mismo año en el Puerto de La Coruña, En Santander, España, el 30 de marzo de 1802, Bolívar otorga poder a Pedro Rodríguez del Toro para suscribir en su nombre las capitulaciones matrimoniales.

En consideración de su distinguido nacimiento, su virginidad, sus cualidades personales y su disposición de dejar España para acompañar a Bolívar, los abogados del futuro libertador le pusieron un valor a su prometida de 100.000 reales, aproximadamente una décima parte de la fortuna de Bolívar.

Bolívar de 19 años y María Teresa de 21, contraen matrimonio el 26 de mayo de 1802, día miércoles, en el Teatrillo del Palacio del Duque de Frías, donde funcionaba la primitiva Iglesia Parroquial de San José, en Madrid, después de obtener permiso del Rey para hacerlo y de lograr la dispensa de amonestaciones. Al cabo de unos 20 días, que la pareja empleó en despedirse de los suyos, se trasladan a La Coruña.

El 15 de junio de 1802 parten hacia Caracas, desembarcando el 12 de julio en La Guaira. Al llegar se dirigen a la Esquina de Gradillas, donde pasan dos días agasajados por numerosa parentela. Al tercer día inician la última etapa hacia Caracas por el camino real. Recorren las extensas tierras de Bolívar, de Yare a los Valles del Tuy. La salud de María Teresa parece haberse resentido del largo viaje y deciden alojarse en la "Casa del Vínculo", en Caracas.

Después de una corta estadía, se trasladaron a la "Casa Grande" del ingenio Bolívar en San Mateo. María Teresa enfermó poco después de "fiebres malignas", hoy día identificadas indistintamente como fiebre amarilla o paludismo, el matrimonio regresó a Caracas a su Casa del Vínculo, donde ella murió.

El 22 de enero de 1803 María Teresa del Toro y Alayza muere en Caracas. El matrimonio había durado escasamente ocho meses. El joven Bolívar se dedicó a viajar, transido de dolor, para mitigar la pena que le causó el fallecimiento de su esposa.

Es en este estado de ánimo cuando jura que no volverá a casarse jamás. Y esto, a pesar de sus muchos amores y amoríos,

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