LOS DOCE PARES DE FRANCIA
254518 de Noviembre de 2013
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Esta danza es una reminiscencia de la Historia del Emperador Carlo Magno, llamada también El Cantar de Roldán. Es un poema épico originalmente escrito en francés y cuya traducción al castellano, se realizó en Sevilla en 1525.
Era un grupo de doce franceses de la alta nobleza, hermanos, tíos, primos y parientes del Rey, que formaban un consejo imperial y en algunas ocasiones se consideraban iguales en potestad a su Majestad, por eso el nombre de Pares.
Es una danza dramática que tradicionalmente se celebra en varias regiones de la República Mexicana y, por lo tanto, en nuestra Costa Chica. Está compuesta por veinticuatro individuos y tres mujeres. Las figuras sobresalientes de la danza por el bando cristiano son: Carlo Magno, Carlos Martel, Rolando o Roldán, Oliveros y Turpín. Del lado de los moros o sarracenos, figuran: Mahoma, el Almirante Balán, Fierabrás de Alejandría, el Rey Clarión, Salim, la bella Floripes y sus dos damas.
Se trata de un vestigio de las representaciones del teatro religioso medieval en el centro de Europa, vinculado a las Cruzadas, que los españoles introdujeron en nuestro territorio como medio para alcanzar la conquista espiritual de los aborígenes; para iniciarlos y adentrarlos en la religión católica.
Los personajes de esta danza lucen suntuosas joyas, un vestuario elegante y llamativo y penachos elaborados con plumas auténticas. El libreto tiene muchas horas de parlamento y está escrito en verso rimado, de métricas variables, con tercetos octosílabos, versos alejandrinos y las variaciones más complejas.
Esta danza recuerda las grandes epopeyas guerreras de Carlo Magno, contra los mahometanos, cuando estos pretendían invadir a Francia, después de haber dominado gran parte de España durante 777 años. Los mahometanos fueron derrotados por estos nobles franceses en las montañas de los Pirineos, acompañados por los Doce Pares.
Cierto día se presentaron ante Carlo Magno, embajadores del rey moro Marsil con un mensaje de paz y de sumisión. Los guerreros franceses aprobaron estas palabras creyéndolas de buena fe, entonces el emperador propuso a Ganelón para contestar el mensaje de Marfil. Por el camino Ganelón meditó una traición contra Roldán que comandaba a los franceses, y acordó con Marsil atacar la retaguardia del ejército de los Doce Pares.
Cuando el ejército regresaba a Francia, fueron atacados en la retaguardia por los moros, en el paso de los Pirineos. Roldán blande su regia espada, vencedora de cien batallas y derriba racimos de guerreros infieles; Oliveros descarga, furiosos golpes con su hoja de acero.
Pero los franceses van cayendo también; y su pérdida es sensible por la desproporción de ambas fuerzas. Un moro hiere a Oliveros mortalmente por la espalda, al mismo tiempo que Turpín cae atravesado por cuatro lanzas y gritaban los moros en un coro: ¡Acabemos de una vez con Roldán! Y un grupo de ellos lo hirió con todas sus armas, le mataron el caballo, le agujeraron el escudo y le destrozaron la armadura; pero no lograron matarlo.
Según el relato, Roldán moribundo sube a lo alto de un cerro, desde donde se contemplan tierras de Francia. Debajo de un pino, trata de romper su espada, pero antes se rajan los peñascos a que se quiebre el arma prodigiosa. Llora por los compañeros muertos; luego levanta al cielo su guante derecho, inclina la fatigada cabeza y exhala el postrer suspiro. Este es el tema del poema épico Los Doce Pares de Francia.
Sin embargo, en las representaciones de esta danza en la región, ganan siempre los cristianos; o, según el decir de nuestra gente: el bien sobre el mal.
Así también, es interesante que este relato se escenifique actualmente en poblaciones de la Costa Chica; donde ancianos, adultos y jóvenes de las localidades, interpretan a los
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