La Columna De Hierro
Olii42 de Abril de 2015
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INTRODUCCIÓN
En este ensayo se hablara sobre La columna de hierro, esta historia nos remota a la época romana narrando la vida de Marco Tulio Cicerón (abogado, cónsul, poeta, político etc.) que busca justicia en su pueblo. Compañero de escuela de algunos como Julio Cesar, Lucio Catilina, Cneio Pisón , Quinto Curio entre otros, algunos le ayudaron a lograr sus metas otros simplemente le ponían obstáculos a este personaje.
Cicerón fue un personaje que se le considero un héroe a pesar de todas las adversidades que tuvo que pasar, defendió y amó a Roma, unas veces acertadamente y otras no tanto, por encima de todo y de todos poniendo, en numerosas ocasiones, en peligro su vida.
También se habla de cómo fue la vida amorosa y social de este personaje, aunque no muy grata en ocasiones, veremos como Marco Tulio pudo salir adelante y lograr con esfuerzos lo que tanto anhelaba.
La aurora Taylor Caldwell nos da detalle a detalle todo lo que sucede en la vida de Marco Tulio, desde su s abuelos, padres, hermano, amigos etc.
Gracias a la manera en que nos describe a cada uno de los personajes y el papel que desarrollaron en la historia, nos permite hacer volar nuestra imaginación y tener una mejor comprensión, no solo de la lectura, sino de los hechos.
El contenido de éste ensayo está estructurado de una manera muy sencilla y busca poder ser entendido en su totalidad. Dividido en cuatro secciones, que son las mismas que maneja la Taylor, este trabajo trata de darnos a conocer de manera sintetizada, en ocasiones, citando a los personajes, de lo que trata esta novela, de manera narrativa.
CAPÍTULO 1 – CAPÍTULO 14
INFANCIA Y JUVENTUD
La historia comienza con Marco Tulio Cicerón (segundo), un hombre delgado de cabello negro, tierno y amable, quien se encuentra enfermo y en cama, a la misma vez que su esposa Helvia, una señora muy bonita, robusta y de cabello negro y rizado, amante de la contabilidad, está esperando para dar a luz a Marco Tulio Cicerón (Tercero); Marco tulio Cicerón (segundo) obligado por su padre Marco Tulio Cicerón (primero), visita la casa de las mujeres, en donde se encuentra su esposa Helvia para acompañarla en tal acto, al llegar a la casa, se encuentran con Lira quien fue la nana de Helvia, Marco Tulio (primero) tiene una discusión con ella porque no los dejaba entrar, a pesar de eso logran entrar a la habitación, Marco Tulio (segundo) al entrar se encuentra con su bella esposa tendida en la cama rodeada de sus libretas de contabilidad y haciendo cuentas pues ella insistía que le faltaban dos sentercios, ella lo saluda con ternura y él se sienta a su lado; al poco rato Helvia siente un dolor y enseguida nace el bebé .
Al nacimiento del niño a Marco Tulio Cicerón (primero) pasaron a decirle “el abuelo o viejo”, él se molestaba de este hecho, pero Helvia a esto le decía que él era quien desde un principio quiso que se le pusiera al bebé ese nombre, esta mujer era la que llevaba las riendas de la casa, todos incluso “el viejo” le tenían respeto, ella tomaba muy bien su papel, pero aun así rara vez se encontraba de mal genio.
El viejo y Marco (segundo) hablaban en privado, y el abuelo decía que Helvia era una estúpida que no tenía pasiones, ni fuego ni emociones. Marco la justificaba diciendo que casi no hablaba, cosa que ninguna mujer hace; el abuelo contestaba, que no tenía nada que decir. La familia vivía en una isla, Arpinum, pero eran ciudadanos de roma, tenían una casa a la cual la llamaban de distinta manera, esta, a petición de Tulio (segundo) fue ampliada, así que se llamaron a los trabajadores para realizar tal acto, los trabajadores se quejaban mucho del vino y la comido, incluso llegaron a decir que era una familia vulgar, hubo otro chisme, el cual decían que eran plebeyos ya que ninguno de sus hijos ocupo un cargo de edil curul, así que no podían sentarse en silla de marfil.
Al finalizar la casa, los trabajadores se burlaban del viejo, sin importarles que los oyera Helvia, ella fue y se lo conto al viejo:
No tiene nada de extraño que la gente de clase más inferior, que alardea de su bajeza, esté resentida porque aquellos que le dan trabajo y a quienes temen no estén a la misma altura que el Olimpo sobre la llanura. En verdad, su arrogancia corre pareja con su insignificancia. (Caldwell, T. La Columna De Hierro, 2013, MAEVA, Oceanoexprés, p. 33)
Tulio intervino asombrando a Helvia y a su padre, diciéndoles que en esa época ya no se sentía nadie orgulloso por el simple hecho de ser hombre. Helvia le respondió que ahora solo importaba el dinero. Menciona que le han dicho que en roma se puede comprar al árbol genealógico con suficiente oro.
Tulio se retira hacia su biblioteca para pasar sus libros a la nueva ala de la casa, el pequeño Marco, había sido instruido por su padre aunque a escondidas, este le enseño a hablar como hombre culto, Helvia pensaba que el niño era igual de frágil que su padre así que lo trataba con la misma ternura maternal.
A Tulio le gustaba a tranquilidad de la isla y disfrutaba de los paseos, contemplando el paisaje, la brisa, la flora y fauna que se presentaban; un día salió a caminar y se encontró con Liria y el pequeño Marco, lo contemplo y sentía la necesidad de abrazarlo y besarlo, así que le pidió de favor a Lira que los dejara a solas a él y a su hijo; Lira se retira y Tulio se siente y pone en su regazo a su hijo, lo besa en la mejilla y la frente, el pequeño le corresponde acariciándole la mejilla; Tulio se hace una serie de preguntas sentado ahí con su hijo, y pide a Dios por el pequeño.
Cuatro años después nace Quinto Cicerón, más difícil para Helvia dar a luz, ya que el pequeño era robusto y más grande que Marco Tulio (tercero), era más parecido a la madre y el abuelo estaba encantado con él, decía incluso que llegaría a ser cónsul. La familia de Helvia fue a visitarla, su madre juro que sí no fuera por cierto vigor masculino Quinto sería una niña.
Quinto siguió mucho a Marco, y Marco le correspondía, tanto que el hermano mayor llego a ofrecer la medalla que todo romano tiene en honor a su hermano Quinto; Tulio se da cuenta de que Marco necesita otra clase de educación y que es tiempo de que aprenda griego así que llave a un maestro a la isla, Arquías, a pesar de que el abuelo y Helvia no estaban de acuerdo. Arquías se instaló en la isla y no y no tardo en adaptarse, él tenía una esclava de 12 años llamada Eunice, que cuidaba de él, también llego a ser compañera de juegos de Marco. Marco llego a escribir de ella:
Aunque ignorante y analfabeta y de mentalidad muy simple, su presencia constituye una delicia, pues es cálida, sincera y encantadora. Muchas de nuestras más distinguidas damas romanas deberían de haberle imitado para satisfacción de su esposo. (Caldwell, T. La Columna De Hierro, 2013, MAEVA, Oceanoexprés, p. 41)
Marco a los 6 años ya escribía poesía y asimiló el griego como su lengua nativa; Arquías le dijo a Tulio que su hijo tenía carácter noble; este estaba encantado con su discípulo, escribía muchas poesías y conversaba con Tulio en la tranquilidad de los atardeceres.
Marco escribía filosofía y Arquías estaba fascinado con eso principios; Marco no llego a ser un verdadero poeta lirico, pero pronto escribió una prosa maravillosa y Arquías le informa a Tulio que en esa casa había un próximo Demóstenes.
Tulio decide que sus hijos tienen que recibir una mejor educación y por su salud (esta estaba empeorando en inviernos) y decide mudarse a roma, Marco de 9 años y quinto de 5 años, Marco estaba muy entusiasmado con la idea al contrario de Quinto, él quería vivir en Arpinum; se encontraban los niños jugando en el césped cuando Marco decide sentarse y Quinto le sigue a la acción, platicaron sobre lo que serían de grandes y Quinto dice que sería general de Roma y Marco contesta que el sería abogado o cónsul.
Se mudaron a Roma y aunque Helvia no estaba muy convencida, consiguieron una casa en el Carinae, en la cima de la colina Esquilino, a buen precio para lo grande que era, aunque esta zona ya no era tan reconocida, ya que todos se estaban mudando a Palatino, aceptaron quedarse ahí.
Tulio conoce a Cayo Julio Cesar, quien vivía a lado de la casa que compro, un chiquillo no tan agradable para Tulio ya que los llama plebeyos por el apellido, al principio piensa en no quedarse ahí pero el abuelo lo convence y finalmente deciden vivir en esa casa.
Marco es llevado a la misma escuela de Julio César, la escuela de Pilón, a pesar de que era muy inteligente y fue colocado con niños de un nivel más alto, se encuentra con varios problemas, ya que él era un niño educado en casa, de campo y con otra mentalidad. Marco conoce a Lucio Sergio Catilina, un niño más alto que el promedio, de buena figura, magnifica en todo pero sobre todo apreciado por Pilón. Marco conoció el odio con él ya que Lucio lo molestaba mucho, no solo a él, sino a la mayoría de la escuela, pero a diferencia de Marco, todos con tal de ser aceptados obedecían en todo a Lucio.
Marco con el único que se juntaba en la escuela era con Julio, quien a pesar de ser más chico, se podía platicar perfectamente con él, en una ocasión por defender a Julio, Marco se pelea con Lucio y le gana en la batalla; Pilón se entera y reprende a Marco sin escucharlo y sabiendo que él no había iniciado la pelea.
Aurelia (madre de Julio) en agradecimiento le regala una medallita que jamás se quita, y su madre le dice que se siente orgullosa de él, pues se está convirtiendo en un romano.
Tiempo
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