La Constitución de 1917, ¿eficiente o ineficiente para la actualidad?
Jessica González MartínEnsayo28 de Agosto de 2019
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Jessica Guadalupe González Martín 3°C
La Constitución de 1917, ¿eficiente o ineficiente para la actualidad?
La Constitución ha estado presente durante siglos, desde la Constitutio en Roma, hasta la actualidad. Ahora bien, México también tiene presente la suya, que se encarga de establecer de manera expresa la mejor forma de coexistencia entre el pueblo y el poder. Así que, es importante comenzar este trabajo dando una breve introducción a cerca de lo que es una Carta Magna, es por esto que en su libro “¿Qué es una Constitución?” (1862), Lassalle dice:
““La Constitución es un pacto jurado entre el rey y el pueblo, que establece los principios básicos de la legislación y del gobierno dentro de un país”. O en términos un poco más generales, puesto que también ha habido y hay Constituciones republicanas: “La Constitución es la ley fundamental proclamada en el país, en la que se echan los cimientos para la organización del Derecho público de esa nación” (p. 31)”.
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos ha estado vigente durante los últimos 102 años, esto nos hace pensar que, o en su época fue demasiado moderna o simplemente que es demasiado anticuada para regir de forma plena en la actualidad. Aunque si bien es cierto que ha tenido reformas, creo que ninguna ha surtido el efecto necesario para alcanzar el nivel de modernidad y globalización al que nos vemos enfrentados en el 2019. Considero relevante la falta de cumplimento de la norma suprema, pues existen infinidad de lagunas constitucionales que no son previstas en las leyes, esto dando como consecuencia una lucha entre el poder, los legisladores y el pueblo.
Es interesante ver que para fines del porfiriato la economía mexicana es exportadora; la mano de obra barata atrae capitales extranjeros; el desarrollo regional en el país no es uniforme, existen algunas áreas del territorio con alto grado de progreso mientras otras más con abierta marginación. Por tanto, la divergencia regional aumenta, como se profundizan las diferencias sociales. Las exportaciones de productos agrícolas crecen de 1900 a 1910 en un promedio anual del 6%, no obstante, el desabasto del mercado interno causa que para el mismo periodo la inflación de alimentos sea de 20%.
- Los intelectuales liberales de México a fines de la décimo novena centuria son parte del grupo de científicos que asesora a Porfirio Díaz en la implementación de una sociedad con fundamento capitalista.
- La revolución mexicana tiene por ello dos escenarios importantes: el campo y la ciudad. En el campo la situación de los trabajadores desposeídos de su tierra da la base al surgimiento en Morelos, como en el sur del país del levantamiento zapatista.
- En cambio, el las zonas urbanas, el creciente proletariado como la búsqueda de la burguesía provinciana por acceder a las instancias del poder, promueven la revolución maderista. Es interesante en este último aspecto concebir que ya en México se tiene una organización obrera beligerante y tendiente a la ideología social demócrata, por ello, la revolución mexicana procura para la población urbana la social democracia, mientras que el campesino busca un reparto agrario más justo.
- La revolución mexicana no es, de principio, un mismo proyecto de cambio. Zapata y Villa pelean por intereses de grupos populares, mientras que Carranza y Obregón procuran el poder no por causa, sino por caudillismo.
- Obregón también crea la Confederación Revolucionaria en Veracruz en el año de 1915, para “defender y conseguir la autonomía del individuo y los derechos de la colectividad, hacer reformas sociales para emancipar al pueblo, colaborar con los ciudadanos para aniquilar la reacción clerical, burguesa y militar, propagando en todo el país
A principios del siglo XX se desencadenó un movimiento sociopolítico generado principalmente por el descontento del pueblo con respecto al modelo de gobierno de Porfirio Díaz, pues lo consideraban incapaz de lograr un plan político innovador y pacífico. Esta lucha que comenzó como un simple levantamiento en contra del orden establecido por Díaz, poco a poco se vio envuelto en una guerra civil, pues aunque su política llegó a impulsar la economía nacional, esta solamente beneficiaba a las clases sociales más altas.
Francisco I. Madero comenzó la creación de un nuevo partido político, fundado en 1909 y conocido como el Partido Nacional Antirreeleccionista y fue el mismo el que escogió a Madero como contendiente a la presidencia de México. En un discurso electoral, Madero afirmó que era necesario reestablecer la democracia en el país y acabar con la dictadura que se había establecido en México hasta ese momento. Su triunfo se vio interrumpido, pues fue privado de su libertad y enviado a prisión en San Luis Potosí, pues lo acusaban de rebelión en contra de sus autoridades.
Madero escapó a los Estados Unidos, desde donde proclamó el Plan de San Luis (1910), donde dijo: “Haciéndome eco de la voluntad nacional, declaro ilegales las pasadas elecciones y quedando por tal motivo la República sin gobernantes legítimos, asumo provisionalmente la Presidencia de la República, mientras el pueblo designa conforme a la ley a sus gobernantes” (p. 3), por lo anterior hacía la invitación a levantarse en armas contra el gobierno de Díaz el día 20 de noviembre de 1910.
El levantamiento comenzó en el norte y para cuando se había ocupado Chihuahua, Díaz ya había presentado su renuncia, huyendo a Francia. Así que en el año de 1911 se realizaron nuevas elecciones, donde Madero resultó ganador de la contienda.
Terminó la revolución y todo parecía estar en orden, ¡tenemos presidente! Francisco I. Madero fue electo y se encontraba en el poder, todos contaban con el cumplimiento de sus propuestas te campaña, pero como era de esperarse, varios líderes revolucionarios no se encontraban conformes con su gobierno, por lo que Pascual Orozco y Emiliano Zapata se levantaron en su contra.
Uno de los planes revolucionarios más importantes de la época fue el Plan de Ayala (1911), donde Emiliano Zapata dijo:
“En virtud de que la inmensa mayoría de los pueblos y ciudadanos mexicanos no son más dueños que del terreno que pisan sufriendo los horrores de la miseria sin poder mejorar en nada su condición social ni poder dedicarse a la industria o a la agricultura por estar monopolizados en unas cuantas manos las tierras, montes y aguas, por esta causa se expropiarán, previa indemnización de la tercera parte de esos monopolios a los poderosos propietarios de ellas, a fin de que los pueblos y ciudadanos de México obtengan ejidos, colonias, fundos legales para pueblos, o campos de sembradura o de labor, y se mejore en todo y para todo la falta de prosperidad y bienestar de los mexicanos (p. 2)”.
En el año de 1913 comenzó un nuevo movimiento en contra de la revolución, encabezado por Bernardo Reyes, Félix Díaz y Victoriano Huerta, quienes se enfocaron en dar un golpe de Estado. A este levantamiento se le conoció como “La Decena Trágica” concluyó con la renuncia y posterior asesinato del presidente Francisco I. Madero, así como su hermano Gustavo y el vicepresidente Pino Suárez. Luego de la traición de Huerta, él mismo se proclamó presidente de México, lo que provocó el descontento de algunos jefes revolucionarios, tales como Francisco Villa y Venustiano Carranza.
Pasó un año de lucha y luego de que Estados Unidos ocupara Veracruz, Huerta renunció a la presidencia y huyó de México. Esto dio énfasis al inicio de nuevos conflictos y profundizó las diferencias por las que habían luchado contra Huerta. Dejando a Carranza como jefe de la Revolución, según el Plan de Guadalupe (1913), donde se establece: “Para la organización del Ejército encargado de hacer cumplir nuestros propósitos, nombramos como Primer Jefe del Ejército que se denominará “Constitucionalista” al ciudadano Venustiano Carranza, Gobernador Constitucional del Estado de Coahuila (p. 2)”.
Carranza, como una de sus primeras tareas se dedicó a convocar una Soberana Convención, cuyas reuniones comenzaron en la Ciudad de México el primero de octubre de 1914, “la asamblea decidió el 5 de octubre trasladarse a Aguascalientes, alegando que esa ciudad reunía las características de ubicación geográfica y neutralidad que harían posible que las discusiones se desarrollaran sin sobresaltos mayores” (Gómez Serrano, Jesús, 1990, p. 92).
Cinco días después, más de cien delegados asistieron a la junta preliminar, divididos en tres grupos. Se nombró una mesa directiva, la cual estaba formada por Antonio Villareal, José Isabel Robles y Pánfilo Natera; Álvaro Obregón solicitó que todos y cada uno de los delegados firmaran sobre la bandera nacional, como afirmación del compromiso que estaban adquiriendo. Fue el 14 de octubre del mismo año cuando decidieron constituirse como una Convención Soberana; tres días después, el general Francisco Villa adquirió también el compromiso, firmando sobre la bandera al igual que los delegados. El día 27 de octubre se presentó ante la convención la delegación zapatista con un discurso en el que exponían que la revolución era meramente social, sin tocar el tema político.
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