La Contaminacion
yegua12 de Diciembre de 2012
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Contaminación del aire
A nivel nacional, la contaminación atmosférica se limita a las zonas de alta densidad demográfica o industrial. Las emisiones anuales de contaminantes en el país son superiores a 16 millones de toneladas, de las cuales el 65 % es de origen vehicular.
En la Ciudad de México se genera 23.6 % de dichas emisiones, en Guadalajara el 3.5 %, y en Monterrey el 3 %. Los otros centros industriales del país generan el 70 % restante.
En general, a medida que el hombre ha avanzado en cuanto a tecnología, la contaminación atmosférica ha aumentado.
Desde la primera vez que se usó el fuego para generar calor y luz hasta los procesos industriales altamente avanzados de la actualidad, el hombre ha continuado participando en actividades que producen efectos indeseables en el ambiente y la salud. Lamentablemente, muchas de esas consecuencias nunca se sospecharon, e incluso cuando se presentaron observaciones al respecto, estas advertencias muchas veces fueron menospreciadas. Solo recientemente
el hombre ha comenzado a comprender el grado y magnitud de los problemas provocados por la contaminación.
Y solo recientemente se ha usado la tecnología para resolver
los problemas de contaminación que esta ayudó a crear.
Algunos contaminantes del aire pueden ser de origen natural.
Los rayos pueden causar incendios que contaminan el aire con partículas y gases diversos.
Asimismo, los volcanes pueden enviar toneladas de contaminantes gaseosos y
Particulados a la atmósfera. Incluso un viento aparentemente.
Benigno puede levantar partículas de las superficies de la tierra y el mar y transformarlas en contaminantes. A pesar de que los contaminantes provenientes de estas fuentes
naturales pueden influir negativamente en la salud, no nos ocuparemos de ellos en este curso.
Uno de los resultados más visibles de la acción del hombre sobre el planeta reside en que con el transcurso de los años la atmósfera ha acumulado no solo mayor cantidad de sustancias tóxicas sino también mayor variedad.
¿Cómo sucedió esto de la contaminación del aire?
Aunque no existen pruebas contundentes, se supone que la primera vez que el hombre contaminó el aire fue cuando descubrió el fuego. Sin embargo, en esa época, la contribución del hombre a la contaminación del aire probablemente
era menor que la provocada por fuentes naturales.
El siguiente avance que tuvo serias consecuencias para la contaminación del aire fue el establecimiento de numerosas comunidades permanentes. En un inicio, el hombre vivía en grupos nómadas relativamente pequeños. Frecuentemente,
esos grupos vivían en un lugar solo por un tiempo y el daño ambiental que causaban era mínimo. Eso comenzó a cambiar con la formación de comunidades agrarias permanentes.
En el estudio de la contaminación del aire, se observan dos consecuencias notables de la sedentarización del hombre: un impacto ambiental mayor y más intenso y el agotamiento de combustible para generar fuego en ciertas localidades.
En Europa, durante los siglos XII y XIII, la obtención de madera para el combustible se
tornó tan difícil que fue necesario un combustible alternativo, y el carbón fue la solución.
Parecía un don del cielo porque existía en abundancia y era de lenta combustión. El oscuro
humo denso que produce se consideró simplemente como una desventaja menor. Pero, en realidad, esto era secundario comparado con lo que vendría.
En Europa, a mediados del siglo XVIII, comenzó la Revolución Industrial y el movimiento se expandió rápidamente por todo el mundo. Las distintas industrias emergentes requerían
energía, y energía en esa época significaba combustión de carbón.
Además de la contaminación producida por esta causa, muchas industrias incluyeron procesos químicos que generaron sus propios contaminantes tóxicos.
La industria metalúrgica comenzó a prosperar y desplazó rápidamente al carbón como la fuente principal de dióxido de azufre en la atmósfera.
Durante el siglo XIX y a principios del XX, el carbón era la fuente principal de calor, energía y contaminación en el mundo.
Sin embargo, empezó a tener competencia cuando en 1859 se inició, en Pensilvania, la perforación del pozo petrolero, de rápidos beneficios comerciales. La refinación
de petróleo y la industria automovilística experimentaron un extraordinario crecimiento en el siglo XX, junto con sus diversas industrias derivadas, como el acero y la fabricación
de caucho.
La Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias aumentaron y aceleraron la arremetida del hombre en la atmósfera, prácticamente inadvertida. La proliferación de la industria petroquímica y el desarrollo de la industria nuclear abrieron el camino. Sin embargo, la industria del transporte, con sus quemas de combustibles fósiles, permanece hasta hoy como la causa principal de contaminación. Esta industria es directamente responsable
de casi 60% de toda la contaminación atmosférica. Se sabe que el smog que caracteriza a Los Ángeles proviene de los gases emitidos por el transporte.
La siguiente sección mostrará que el fenomenal progreso tecnológico que ha caracterizado al siglo XX solo se logró con una costosa contraparte de daño a la vida humana y la
Salud.
Contaminación del aire en el siglo XX: episodios y accidentes
La diferencia entre un episodio y un accidente de contaminación del aire es fundamental. Un episodio ocurre cuando los contaminantes del aire “inocuo”, diario, propio del siglo XX, se combinan con otros factores, como las anormalidades meteorológicas y la topografía, para crear una atmósfera amenazante para la salud. A pesar de que el
hombre es el responsable del factor contaminación, la coocurrencia de los otros factores es incontrolable. En contraste, un accidente de contaminación del aire es una descarga inadvertida y evitable de sustancias químicas tóxicas,
a menudo atribuible a fallas mecánicas o al error humano.
Episodios
Los tres episodios de contaminación del aire más famosos de este siglo sucedieron en Meuse Valley, Bélgica; Sonora, Pensilvania; y Londres, Inglaterra.
Las tres tragedias coincidieron con una condición meteorológica conocida como inversión térmica. Normalmente, el aire caliente de la superficie terrestre asciende y el aire de la parte superior de la atmósfera —más frío— cae, con lo cual se crea una circulación natural que dispersa los contaminantes superficiales del aire. Una inversión ocurre cuando las capas de aire de la atmósfera inferior son más frías que las superiores. La circulación natural sufre una interrupción y tanto el aire superficial acumulado como los contaminantes del aire se concentran alrededor de sus fuentes
Otra característica importante, común a estos tres episodios, es que los presuntos agentes causales eran productos de desecho típicos de la vida del siglo XX y supuestamente
seguros. La quema generalizada de combustibles fósiles y la proliferación de procesos industriales producen dióxido de azufre, ácido sulfúrico, material particulados, fluoruros y
otros contaminantes del aire, componentes bastante comunes de la actual mezcla atmosférica.
El episodio de Londres, el más catastrófico de los tres debido principalmente a que ocurrió en un área densamente poblada, incentivó acciones productivas en el plano político y científico. Como resultado de ellas, los episodios de contaminación del aire de esa magnitud son cosa del pasado.
Actualmente, la mayoría de ciudades principales ha implementado programas para predecir y detectar los niveles de contaminación y condiciones meteorológicas que podrían
combinarse para ocasionar consecuencias trágicas.
En esas urbes, se advierte habitualmente a los ciudadanos mediante alertas sobre la calidad del aire y acerca del peligro de condiciones adversas, y se los alienta a permanecer dentro de sus casas el mayor tiempo posible durante los periodos críticos. A pesar de esos programas preventivos, en una fecha tan reciente como 1966, una inversión térmica de cuatro días en la ciudad de Nueva York provocó 168 muertes e innumerables enfermedades.
El hombre ha aprendido —aunque lentamente— que no existe contaminante del aire
que sea inocuo.
Accidentes
Entonces, parece que los progresos tecnológicos y la creciente industrialización han provocado cierto nivel de emisiones tóxicas al aire, regulares y planificadas, que son aceptadas por casi todos como un costo necesario para gozar de los beneficios de la vida en el siglo XX. La industrialización también ha generado un mayor riesgo de descargas accidentales de contaminantes tóxicos. Las causas más comunes de los accidentes de contaminación industrial del aire son las fallas mecánicas y los errores humanos. La mayoría de accidentes de este tipo involucra pequeñas cantidades de sustancias químicas, lo que resulta fácil de controlar, con pocos efectos adversos en los seres humanos o ninguno. Algunos de ellos, en cambio, tienen consecuencias trágicas.
Uno de los primeros accidentes de contaminación del aire con causa definida y adecuadamente documentados sucedió en 1950 en Poza Rica, México. El problema comenzó cuando una refinería de gas natural descargó inadvertidamente sulfuro de hidrógeno en el aire. Una inversión térmica simultánea agravó el problema. Resultados:
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