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La Escutura Contemporanea


Enviado por   •  3 de Abril de 2014  •  1.439 Palabras (6 Páginas)  •  240 Visitas

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E. Valdearcos, “La escultura contemporánea”

LA ESCULTURA CONTEMPORÁNEA

1 La renovación escultórica del siglo XIX: Rodìn

El Impresionismo era un movimiento fundamentalmente pictórico, pero ejerció en las décadas

finales de siglo una influencia profunda en la música, la literatura y la escultura. En principio no

parecía la escultura el procedimiento idóneo para representar

los cambios constantes de luz en la naturaleza. No obstante

algunos maestros supieron introducir juegos lumínicos en

sus esculturas mediante una renovación de sus técnicas y de

entre todos ellos sobresale Augusto Rodin.

La personalidad de Rodin desborda los límites del

impresionismo. Su obra fue rechazada por sus contemporáneos a excepción del Beso que disfrutó de

aceptación popular. Fue en un viaje que realizó a Bruselas en 1871

cuando descubre los efectos del Barroco Flamenco, la vida que bulle en

las obras de Rubens. En 1875 viajó a Italia y quedó seducido por el

sentimiento de "terribilitá" de Miguel Ángel.

A partir de entonces su arte rompió con todos los cánones

académicos. Gozó del favor de los críticos e incluso del arte oficial ya

que realizó varios encargos para el Estado, sin embargo, el gran público

no entendió su arte y se burlaban de sus obras. En esta segunda fase se

incluyen obras como El beso y El pensador,

donde el deterioro de las anatomías anuncia las deformaciones del

Expresionismo.

El principal componente en la escultura de Rodín es el movimiento

y después la luz. En él se funde una técnica impresionista que, con la

rugosidad de las superficies y la multiplicación de planos causada por el

movimiento, obtiene efectos de luz cambiante. En El pensador se refleja

notablemente su influencia Miguelangelesca.

E. Valdearcos, “La escultura contemporánea”, Clío 34, 2008. http://clio.rediris.es. ISSN 1139-6237

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2 La escultura del siglo XX

2.1 La primera mitad del siglo XIX.

La escultura contemporánea es el arte que experimenta una revolución más radical en el siglo

XX. Sus tendencias evolucionan siguiendo un camino paralelo al de la pintura y en bastantes casos los

pintores cultivan también la escultura.

El Cubismo supone la ruptura definitiva con la tradición. La

figura humana pierde su omnipresencia para dejar paso a las formas

geométricas. Pero, además de esta, la otra gran característica de la

escultura contemporánea es una cierta propensión al patetismo y que

convierte al lenguaje escultórico en otro medio de expresión de la

angustia del hombre actual. Estas dos líneas, la geometrización, la

abstracción y la inclusión de espacios por un lado y el expresionismo y

la trascendentalización de las formas por otro, son las dos grandes líneas de la escultura, al igual que

pasó en la pintura.

Brancusi es el más grande de los innovadores del lenguaje escultórico. En sus obras hasta 1910

se acerca al Cubismo. Pero poco a poco va

uniendo formas cubistas con enfoques

expresionistas, creando obras como el Beso,

donde insufla un aliento espiritual, un ritmo

dinámico, vertical. De momento Brancusi no

acepta el arte no figurativo y el punto de

partida es siempre algo real, así como tampoco

acepta la escultura abierta y sus volúmenes

son siempre cerrados.

El expresionismo es, lo mismo que en

pintura, una constante del lenguaje escultórico,

los artistas descubren pronto la intensidad expresiva de las deformaciones y el

vitalismo de los gestos crispados. La tragedia de la Segunda Guerra Mundial

provoca una vuelta al expresionismo. Los escultores insisten en las

deformaciones y en los gestos de angustia, o en las formas geométricas

gesticulantes. Alberto Giacometti investiga en las metamorfosis expresionistas,

como en su Figura Alta

E. Valdearcos, “La escultura contemporánea”, Clío 34, 2008. http://clio.rediris.es. ISSN 1139-6237

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En esos años adquiere gran difusión la obra de una figura

cumbre, el inglés Henry Moore. Influido por todas las vanguardias, su

obra alcanza madurez a partir de 1935. Su humanismo se concreta en

una serie de temas recurrentes: grupo familiar, la maternidad, el

guerrero herido, personas echadas. La figura es tratada como si fuera

arquitectura, adquiere un aire monumental, incluso cuando es de

pequeño tamaño. Su arte se mueve entre la abstracción, la figuración y

la semifiguración.

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