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La Ilustracion

mjoserrano035 de Julio de 2014

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LA ILUSTRACIÓN

1. Introducción: el siglo XVIII.

2. Puntos fundamentales de la cultura ilustrada.

2.1. La razón ilustrada.

2.2. Las ideas políticas y religiosas.

3. Geografía de la Ilustración: Inglaterra, Escocia, Francia...

4. Kant, filósofo ilustrado.

1. Introducción: el siglo XVIII

La Ilustración (o “el siglo de Federico” como dirá Kant) es un movimiento cultural tradicionalmente ubicado entre 1688 y 1789, con las referencias básicas de la Revolución Inglesa y la Revolución Francesa. En esta época Europa entra en una nueva coordenada histórica, superando definitivamente la crisis del siglo XVII. Así, el continente europeo entra nuevamente en una etapa de crecimiento y expansión económica, al tiempo que se afirman con fuerza los estados nacionales –España, Francia, Inglaterra...- . Esto también influirá en una nueva cultura. Esta cultura va a basar la razón humana como motor dinamizador de la historia y de la civilización humana. Vayamos sin embargo por partes, iniciando nuestro análisis en la economía, sociedad, política y cultura.

a) ECONOMÍA: El XVIII es en términos económicos, el siglo del triunfo definitivo del capitalismo mercantil. Después de la dura recesión del siglo anterior, países como Inglaterra o Francia se alzan como grandes potencias de la época, con un fuerte incremento de la burguesía comercial y su peso en la sociedad, e incluso otras potencias como España, Portugal o Holanda parecen repuntar tímidamente.

Inglaterra ha conseguido hacer una revolución agrícola y una política de privatización de la tierra (una fuerte desamortización de tierras comunales en el XVII-XVIII) que ha permitido una fuerte capitalización para el nuevo grupo social emergente, la burguesía. Esta burguesía a su vez han reinvertido sus ganancias en el mercado de manufacturas y a partir de la mitad de siglo, en nuevas tecnologías y modos de producción que van a permitir el inicio de la Revolución Industrial, con la consiguiente hegemonía de Inglaterra sobre Europa hasta finales del XIX.

b) SOCIEDAD: En un ámbito social, la vieja sociedad estamental medieval se mantiene en casi toda Europa, con la división en estamentos cerrados y determinados por el nacimiento, y manteniendo la diferencia en privilegiados y no privilegiados. Es lo que se conoce en ese tiempo como el Antiguo Régimen. Pero esto no se puede mantener durante demasiado tiempo: por un lado, la burguesía y las crecientes clases medias (profesiones liberales: médicos, abogados, funcionarios del estado, el clero más culto, intelectuales etc...) no aceptan la arbitrariedad de una sociedad dividida entre privilegiados y no privilegiados y reclaman más poder político para ellos. Por otro, la gran masa de la población, el campesinado, acepta cada vez con peor grado los derechos feudales de la nobleza y el clero, y por último, los privilegiados (nobleza y alto clero), se resisten a perder sus derechos ancestrales.

Esto conduce a unas contradicciones crecientes que acaban plasmándose en el estallido de la Revolución Francesa y la Revolución Americana. Países como Holanda, Inglaterra, Francia y Estados Unidos acaban el siglo XVIII con sociedades y regímenes políticos que se orientan cada vez más hacia el liberalismo del siglo siguiente. En este final del siglo XVIII se iniciará el tímido paso de una sociedad de estamentos (cerrada, posición marcada por el nacimiento) a una sociedad de clases (móvil, tu posición determinada por el dinero). La posición de los ilustrados es clara a este respecto: el ser humano nace igual y con los mismos derechos, y por lo tanto, la sociedad estamental tiene que desmantelarse .

c) POLITICA y ESTADO: Las instituciones políticas no son impermeables a los cambios económicos y sociales que aparecen en la época. Este siglo está marcado todavía por las monarquías absolutas, pero es un absolutismo a la defensiva, imbuído en políticas de transformación social y económica: es el denominado despotismo ilustrado. Los reyes tienen el poder absoluto, de origen divino (salvo en lugares como Holanda o Gran Bretaña), pero tienen que legitimar su poder con un buen gobierno y una creciente preocupación por el bienestar de los súbditos. De aquí proviene la frase de “gobernar para el pueblo, pero sin el pueblo”. Para lograr esto los monarcas van a utilizar una estrategia centralista, es decir, van a crear un aparato burocrático más fuerte que controle mejor el país y lo oriente hacia un mayor bienestar económico: se fomentan multitud de informes y estudios que permiten a los monarcas y sus ministros conocer los problemas del país (por ejemplo, censo de Floridablanca o el informe de Jovellanos en España) y el estado se convierte en un promotor económico cada vez más importante, iniciando ambiciosas obras públicas, apoyando la manufactura nacional o creando monopolios. Al mismo tiempo, los monarcas se van a rodear de una minoría ilustrada, que les aconseja sobre el buen gobierno: Voltaire se escribirá con Federico II de Prusia y también con influyentes personajes españoles, Diderot visitará las cortes de Rusia y de Austria. El pueblo, por lo general, se mantiene al margen.

Al igual que con la sociedad, este despotismo acabará en una contradicción. El monarca ilustado se encontrará finalmente con que por un lado defiende tendencias modernizadoras de su sociedad, pero al mismo tiempo él es cabeza de una sociedad estamental que él mismo no desea cambiar porque va contra sus propios intereses. En conclusión, el despotismo ilustrado a final del siglo será víctima de ataques que él mismo ha contribuido a potenciar con la modernización de la sociedad tradicional.

Una de las consecuencias más importantes del despotismo ilustrado es la paulatina afirmación de los estados nacionales. La centralización burocrática va a estar acompañada de una afirmación nacional paulatina que con la Revolución Francesa se va a convertir en el nacionalismo romántico y la defensa de la Patria. Ante esto, el despotismo absoluto es solo el inicio, rematado con los estados liberales del siglo XIX.

2. La cultura ilustrada: puntos fundamentales de “la razón”.

La Ilustración ha sido considerado también como “siglo de la Razón”. Los filósofos, por pirmera vez son escuchados en las élites sociales y esgrimen la razón como medio de mejora del ser humano. Este nuevo concepto de razón es más complejo del concepto desarrollado por el racionalismo del siglo XVII. Dicho racionalismo defendía el uso de la razón con un fin abstracto, orientado especialmente hacia temas epistemológicos y que no rebasaban el interés de un puñado de intelectuales y científicos. A partir de la llustración esa razón rompe ese aislamiento y comienza a aceptarse el paradigma científico. De esta forma, la razón adquiere un matiz mucho más práctico, orientada a la transformación paulatina de la sociedad y a la crítica de toda autoridad establecida. Cualquier uso previo, cualquier costumbre o tradición, debe pasar ahora por el tribunal de la razón ilustrada. Este nuevo concepto de la razón va y su lugar va a ser sustituido por ideólogos de la ciencia y de la política. Analicemos tres posibles usos de la razón:

a) Razón como límite del conocimiento humano: Este es el ámbito dominante en la filosofía puramente especulativa. En este campo prevalece con fuerza la visión moderada de Locke. La razón no es puramente autónoma, sino que está controlada por la experiencia sensible. Ahora bien, no se sigue el pensamiento de Hume, que se considera excesivo y condenatorio de la razón.

Kant examinará las tendencias radicales de racionalistas y empiristas: por un lado pondrá acotaciones al uso puramente especulativo de la razón defendido por los racionalistas a través de la experiencia empírica. Pero al mismo tiempo, sostendrá frente a los empiristas que existen estructuras y facultades de nuestro entendimiento que actúan como elementos a priori en nuestra forma de conocer empíricamente la realidad.

b) Razón como transformadora y dominadora de la naturaleza. El uso de la razón hace posible un viejo sueño: comprender la naturaleza y las leyes que rigen el mundo gracias a la teoría física de Newton. La ciencia sin embargo no es entendida aquí solo en su forma abstracta (es decir como una búsqueda de un conocimiento cierto de la naturaleza), sino en su forma aplicada: la ciencia es útil porque ayuda a progresar la técnica. El conocimiento de la naturaleza en sí misma no es tan importante como el hecho de que la ciencia ayuda a dominarla: es decir la naturaleza ha de ponerse al servicio del hombre (este era un ideal defendido mucho antes por Francis Bacon, a principios del XVII). Tenemos aquí el origen de la denominada “razón instrumental” y la importancia del conocimiento técnico.

Por otro lado, la naturaleza queda ya completamente desligada de la creación divina. La naturaleza obedece a una serie de leyes universales que nada tienen que ver con la vieja teleología aristotélica o con la visión cristiana tradicional.

c) Razón entendida como liberación del ser humano. En el ámbito de la ética, el uso de la razón por parte de los individuos va a permitir que este pase a ser un ser autónomo, es decir un ser responsable de sus propios actos y por tanto que está legitimado para ser libre. Como sugiere Kant: “Ilustración significa el abandono por parte del hombre de una minoría de edad cuyo responsable es él mismo”. Esta autonomía se consigue mediante la instrucción y el conocimiento. De aquí la importante máxima popularizada por Kant de “Sapere

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