La Organizacion De La Republica

La organización de la República

Entre 1823 y 1830 se extiende una etapa que se caracteriza por la serie de intentos frustrados para encontrar la organización política. Con todo, fue constructiva, porque la clase dirigente pudo familiarizarse con el pensamiento republicano.

No cabe duda que se trataba de un objetivo esencial para todos quienes lucharon por la independencia de España, pero así como O’Higgins no encontró la solución al problema, las autoridades que le sucedieron tampoco.

Pensemos que es un momento de convulsión en todo sentido. Que dejar de ser una colonia para constituirse en una republica del modo como los criollos chilenos procedieron, no era una tarea fácil.

Hay que recordar que la ruptura con el orden hispano colonial no fue el resultado de un programa liberal debidamente madurado, sino producto del sentimiento de rechazo contra la monarquía que predominó en la aristocracia. En consecuencia, los hechos los hicieron asumir una alternativa republicana, pero sin contar con el correspondiente modo de organización político.

Agreguemos el caos económico provocado por las campañas militares con todas las secuelas sociales y agitaciones que le son propios, la dificultad para aplicar en el país los ideales libera¬les y republicanos, debido a la falta de formación política de los recientes ciudadanos y la inexperiencia política de quienes ejercían el poder. Todo, se confabulo para crear un clima de incertidumbre.

Sin embargo, la situación permitió decantar posiciones antagónicas en torno a un proyecto institucional. En este sentido fueron surgiendo grupos que finalmente terminaron en dos tendencias antagónicas: conservadores y liberales, o como peyorativamente se motejaron unos a otros “pelucones” y “pipiolos”. Estos grupos y bandos discutieron apasionadamente en diferentes instancias, fuese en asambleas o por medio de periódicos de breve tiraje, o bien participaron del ejercicio intelectual de elaborar y analizar proyectos constitucionales. El bando “pipiolo”, en particular, estaba formado por miembros jóvenes, que estaban más familiarizados – adhiriendo -, al pensamiento progresista. En suma, fueron abriendo espacios para que la conceptualización republicana se difundiera y asimilara en mejor forma: división de poderes, igualdad ante la ley, soberanía popular, derechos individuales, renovación periódica de autoridades etc. En fin, la etapa no debe considerarse infructuosa del todo, porque más bien fue de formación y aprendizaje político, amén de que todos los gobernantes del período hicieron esfuerzos por impulsar la educación y la cultura.

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