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La República Romana


Enviado por   •  25 de Mayo de 2015  •  1.946 Palabras (8 Páginas)  •  197 Visitas

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La República Romana fue un periodo de la civilización romana antigua caracterizado por un régimen de gobierno republicano. Se inició con el derrocamiento de la Monarquía Romana, 509 a. C., y duró más de 450 años, hasta los conflictos por el poder, a través de una serie de guerras civiles, hasta desembocar en un forma de gobierno imperial.

La República Romana se rige por una constitución compleja, que se centró en los principios de una separación de poderes, controles gubernamentales, equilibrios de poder. La evolución de la República Romana fue fuertemente influenciada por la lucha entre la aristocracia, patricios, Y los romanos con riquezas, pero que no eran de familias nobles, que eran apoyados por los plebeyos por pertenecer a esta clase social.

La palabra República viene de las voces latina Res: Cosa; Pública: Pueblo. Corresponde así, del año 509 al 29 ac, periodo en el cual Roma alcanza su mayor esplendor y poderío con el afianzamiento de sus instituciones de gobierno y de justicia, así como de la administración del bien público y del anhelo de superación de las cuestiones sociales. En esta Época el ejército romano impone su autoridad y dominio en una extensa zona del mundo conocido, que incluye tierras de Europa meridional, Asia Menor y África septentrional. En este proceso de expansión impone el sello de su cultura, pero al mismo tiempo asimila el complejo cultural de los pueblos conquistados y Roma se convierte, de este modo, en la heredera y depositaría de la cultura de la Antigüedad. Sin embargo, si estos son los signos distintivos de este gran momento de su historia, también debemos anotar que la ambición por el poder y la riqueza se hizo presente en numerosos caudillos, que solo habrían de culminar ya con el establecimiento de un régimen imperial.

Antes de la llegada de la República, Roma era una monarquía de carácter electivo. El séptimo y último rey de Roma, Tarquinio el Soberbio, utilizó la violencia, el asesinato y el terror para mantener el control sobre Roma como ningún rey anterior los había utilizado, derogando incluso muchas reformas constitucionales que habían establecido sus predecesores.

Tarquinio abolió y destruyó todos los santuarios y altares sabinos de la Roca Tarpeya, enfureciendo de esta forma al pueblo romano. El punto crucial de su tiránico reinado sucedió cuando permitió que su hijo, Sexto, violara a Lucrecia, una patricia romana. Un pariente de Lucrecia, Lucio Junio Bruto, convocó al Senado, que decidió la expulsión de Tarquinio en el año 510 a. C.

Inmediatamente después de la expulsión del monarca se creó un Senado permanente que decidió abolir la monarquía convirtiendo a Roma en una república en el año 509 a. C. Roma se dotó con un nuevo sistema de gobierno designado para sustituir el liderazgo de los reyes. Se creó el nuevo cargo de Cónsul, asignado expresamente a dos senadores. Inicialmente, los cónsules poseían todos los poderes que antaño tenía el rey, pero compartidos con otro colega consular. Sus mandatos eran anuales, y cada cónsul podía vetar las actuaciones o decisiones de su colega.

La loba Capitolina amamantando a Rómulo y Remo.

Posteriormente los poderes de los cónsules fueron divididos, añadiendo nuevas magistraturas que acapararon distintos poderes, menores a los que originalmente poseía el monarca. Las primeras de estas nuevas magistraturas fueron las de pretor, que reunía las potestades judiciales de los cónsules, y la de censor, que poseía el poder de controlar el censo. Lucio Junio Bruto y Lucio Tarquinio Colatino, sobrino de Tarquinio y viudo de Lucrecia, se convirtieron en los primeros cónsules del nuevo gobierno de Roma.

El primer acto de Bruto como cónsul fue obligar a Colatino a renunciar bajo el pretexto de que era un Tarquinio y que Roma no sería libre hasta que todos los miembros de esta familia dejaran la ciudad. Colatino se vio presionado y se mudó al pueblo latino de Lanuvium. Posteriormente, el Senado decretó que todos los Tarquinios debían ser exiliados y el pueblo eligió como nuevo cónsul a Publius Valerius, amigo de Bruto. Aparentemente, nadie tomó medidas contra Bruto a pesar de que éste era pariente más cercano a Tarquinos que el exiliado Colatino, aunque no portaba el nombre Tarquinio.

La fecha tradicional del nacimiento de la República se produce durante el año 509 a. C.,[1] después de derrocar y expulsar al monarca de Roma y año de consagración del templo de la Tríada Capitolina. Después de que el poder de los etruscos se debilitara, los primeros siglos de la República vieron la progresiva conquista de la Italia peninsular por parte de Roma. El instrumento de la conquista, la legión, estaba compuesta por ciudadanos, reclutados en tiempos de guerra. A medida que avanzó en su conquista, Roma utilizó los contingentes de las ciudades dominadas y aliadas como tropas auxiliares. Tras las Guerras Latinas, que otorgaron a la República de Roma el control de todo el territorio del Lacio, los samnitas se opusieron al creciente poder de Roma y se enfrentaron a ella en tres conflictos conocidos como las Guerras Samnitas, documentadas por Tito Livio.

Roma venció sucesivamente a los pueblos del Lacio, a los etruscos, a los galos, que se habían instalado en la llanura del Po, a los samnitas y las ciudades del sur de Italia, que pese a la intervención del rey de Epiro, Pirro, fueron conquistadas por Roma entre los años 280 y 275 a. C.

La sociedad republicana.

La nueva aristocracia romana estaba formada por la antigua aristocracia patricia y los nuevos ciudadanos ricos, en oposición a la mayoría de los plebeyos y a algunos patricios empobrecidos.

Aunque en su origen los plebeyos estaban bajo el dominio de los patricios, tras la caída de la monarquía, éstos obtuvieron mejoras de forma progresiva. Se creó el cargo de tribuno de la plebe y la plebe urbana, élite que se había enriquecido con el comercio, arrebató a los patricios el acceso a las magistraturas y al cargo de Máximo Pontífice y augures. Las reuniones de la plebe, los concilia realis, fueron el origen de los comicios tribunados, válidos para legislar por plebiscitos.

En el siglo III a. C. disminuyeron las diferencias entre los patricios y jefes de los plebeyos,

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