La Revolución Francesa

1. La Revolución Francesa (1789-1799)

1.1. Las causas de la revolución.

En la Francia de finales de siglo XVIII, amplios sectores sociales deseaban cambios profundos. Se había producido una subida de precios y un auge de los negocios y la industria.

La burguesía conseguía elevados beneficios pero su progreso topaba con las reglamentaciones que interferían el libre comercio y la libre producción, la ordenación estamental y los privilegios de sangre impedían acceder al poder político.

Animados por las ideas ilustradas los burgueses reclamaban cambios políticos.

Una poderosa aristocracia se aferraba al viejo modelo feudal. Los privilegiados veían cómo el alza de los precios perjudicaba a quienes vivían de rentas, y se oponían a cualquier intento de cambio.

Una grave crisis económica acabó de complicar la situación. Las condiciones de vida del campesinado se vieron agravadas por el aumento de las cargas feudales.

Las malas cosechas abocaron en la miseria a miles de familias. En la ciudad, el alza de los precios agrarios comportó provocando el hambre y malestar.

Una crisis industrial originada por la apertura del mercado francés a la concurrencia inglesa, trajo el cierre de muchos talleres y fábricas y acentuó el paro. Las huelgas y los motines se incrementaron.

Las finanzas reales estaban en déficit crónico, ya que la aristocracia no pagaba impuestos y el tercer estado cargaba con todo. Cuando Francia participó en la guerra de independencia de EEUU aumentó los gastos, la hacienda francesa entro en banca rota.

1.2. La convocatoria de Estados Generales.

Calonne, ministro de Luis XVI, propuso la contribución de la nobleza al pago de impuestos como única medida.

La nobleza se opuso alegando que sólo los Estados Generales podían aprobar nuevas cargas fiscales.

La rebelión nobiliaria provocó una crisis política y obligó a Luis XVI a convocar los Estados Generales.

La situación de descontento explica la agitación política para elegir a los representantes de cada estamento y para elaborar un Cuaderno de Quejas, que recogían las peticiones del rey y mostraban el descontentos del rey.

Todos los cuadernos mostraban el descontento con la monarquía y los del tercer estado querían la abolición de los privilegios o de los derechos feudales. Y tenían propuestas como una Constitución y las libertades políticas.

Durante el invierno y la primavera de 1788-1789 los sectores más ilustrados de la burguesía obtuvieron su primera reivindicación: contar en los estados generales con el mismo número de representantes que la nobleza y el clero juntos.

Esto era esencial para una estrategia en la que los diputados del Tercer Estado fueran los representantes de la nación francesa.

1.3. La ruptura de julio de 1789.

Los Estados Generales se abrieron en Versalles el 5 de mayo de 1789. Las reuniones se hacían de forma separada por estamentos. Y cada estamento tenía un voto.

La nobleza y el clero estaban seguros de imponer su voluntad pero el tercer estado reclamo el voto por persona, porque sólo así se podía hacer valer su número. Los privilegiados se negaron y se suspendieron los estados generales.

Los representantes del tercer estado, en desafío a Luis XVI se constituyeron en Asamblea Nacional y juraron no abandonar el lugar sin tener una Constitución.

El monarca cedió y los Estados Generales fueron Asamblea Nacional el 9 de julio.

Los diputaos llamaron a la movilización que culminó el 14 de julio con el asalto a la prisión de la Bastilla. En París y muchos lugares de Francia los revolucionarios formaron la Guardia Nacional. Estas acciones suponían una ruptura con el absolutismo.

Las noticias en París se propagaron y una revuelta antiseñorial con episodios violentos se extendió por Francia. Los campesinos se negaban a pagar, atacaban castillos, incendiaban casa y exigían el control de los productos.

1.4. La Asamblea Nacional Constituyente.

Los diputados tenían que legislar para abolir el Antiguo Régimen, primero se procedió a la abolición jurídica del feudalismo. Segundo se aprobó la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano que otorgaba a los franceses la condición de ciudadanos libres e iguales. Estableció la soberanía nacional como expresión de voluntad.

El texto constitucional definía una monarquía constitucional basada en la división de poderes. Se mantuvo el derecho a veto del rey que le permitía bloquear leyes y establecer el sufragio censitario e indirecto.

Se impuso una nueva división territorial. Se declaró a todos los ciudadanos iguales ante la fiscalidad y se aumentaron los impuestos sobre las fortunas y las propiedades.

Se garantizó la libertad de empresa y se prohibieron los gremios. Para resolver el déficit financiero se llevó a cabo una desamortización, el Estado aseguró el mantenimiento del culto y el clero.

Una Constitución

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