La economía medieval y la emergencia del capitalismo.
Anmary GabriellaResumen14 de Mayo de 2016
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La economía medieval y la emergencia del capitalismo
I. Edad Media y capitalismo.
En la edad media europea, a partir del siglo IX y X, se da un aumento de población y expansión del comercio que marcan el precedente para un despliegue de las fuerzas sociales y productivas. Aparecerán nuevas instituciones, y la producción de alimentos y producción artesanal se vincularan de forma incipiente a las condiciones de oferta y demanda prevalecientes. A comienzos del siglo XV, Europa está preparada institucionalmente para encarar una expansión mercantil; impulsada por las explotaciones, los hallazgos geográficos, los nuevos roles surgidos de la actividad productiva reflejada en la acumulación de capital, el desarrollo incipiente de la industria y por el papel político y económico adquirido por los estados nacionales. Ahora, esta sociedad feudal no será fácil de caracterizar; porque en su primera etapa, el feudalismo se centró en los deberes de los siervos hacía su soberano. En su segunda fase, los vasallos afirmaron sus derechos, y en la tercera, se convirtió en un sistema balanceado, donde las obligaciones reciprocas se anexaron a las complejas relaciones del sistema, y mantenían una ideología basada en la mentalidad de la iglesia.
Pero la paulatina introducción de la esfera técnica y los fines utilitarios que para el momento fueron de limitado alcance por los parámetros socioeconómicos ya establecidos, resultaron cruciales en el desmoronamiento definitivo de esta sociedad feudal, porque las actividades como la guerra o la minería, requerían soluciones e innovaciones a los problemas de rutina. Así, la ciencia moderna occidental pudo desarrollar su potencial, apoyada y fundamentada por la racionalización del mundo y el orden social implícito en el incipiente desarrollo del capitalismo. Pero se considera que la expansión del comercio fue el mayor disolvente de las relaciones feudales; ya que al desarrollarse los mercados locales, surgen los mercaderes capitalistas, los cuales negociaban con productos nacionales e internacionales, y solo se podía ingresar a este gremio si se disponía de un capital importante, y al ser un circulo tan selecto, se daban ventajosos negocios e intercambios en el, que suponen grandes beneficios para el mercader, y entre ellos está la considerable acumulación de capital.
Las ciudades se convierten así en centros especializados de comercio, industria y banca, y se crean los primeros gremios comaditas y asociaciones que fomentan las leyes para un bien comunal mayor, y con un objetivo común; proteger el comercio y regular las actividades productivas. Pero aun con el desarrollo de algunas ciudades europeas, estas seguían siendo netamente agrarias.
Los cambios sociales no se hacen esperar, y se reflejan en una aristocracia que se estanca día a día, y un grupo de comerciantes burgueses que buscan escalar posiciones políticas de importancia y progresar económicamente, pero estos se ven obstaculizados por los derechos de antiguos linajes, y si su riqueza no era alcanzada por un noble título, seguían formando parte de la plebe, junto a los campesinos; estos últimos, dependientes económica y políticamente de sus terratenientes. Muchas buscaban mejorar su vida emigrando a la ciudad, pero no mostraban mejorías, porque allí pasaban a formar parte de los jornaleros de la incipiente industria, y del comercio de exportación en pleno desarrollo, convirtiéndolos a menudo en protagonistas de las revueltas por su pobre vida y carencia de derechos. En cambio, la burguesía mercantil puede considerarse el mayor agente de cambio social en la época medieval por las consecuencias económicas de los viajes ultramarinos que le fueron brindadas, mientras que su riqueza le permitía participar en los gobiernos municipales, ellos impulsaron innovaciones que les permitieran proteger y minimizar costos de transacción en los comercios, notándose así un desarrollo de las letras de cambio, las cartas de crédito, la contabilidad y la banca.
Más tarde, en Inglaterra específicamente, se vislumbró una temprana actitud hacia la actividad económica, apoyada en el desarrollo de la tecnología, cuando los ingleses se colocaron a la vanguardia en el desarrollo tecnológico de la metalurgia, mediante el éxito obtenido a través de la fabricación de cañones de hierro colado. Logrando cañones más duraderos y seguros, que resultó en un éxito económico para su naciente industria. Y para los europeos, el final de la edad media marca el inicio de su expansión económica y geográfica bajo el signo de su poder militar y tecnológico. Se renueva la buena disposición hacia los negocios y un espíritu de empresa con base en la reproducción y acumulación de capital, y el progreso técnico es bien percibido por sus cualidades potenciales y evolución futura. Entonces este proceso caracteriza la transición hacia un primer sistema globalizado del mundo.
II. Ciencia y tecnología.
A principios de la edad media, el quehacer científico estaba fuertemente limitado por los parámetros culturales de la época, el área del saber estaba reservada exclusivamente para las elites privilegiadas, y debido al arraigo del mandato divino, la comprensión de la naturaleza se hacía casi imposible de desarrollar. De tal manera, que cuando un nuevo enfoque acerca de la ciencia, y como su verdad era demostrada a través de la experimentación se hizo pública, el autor de dicho enfoque pago su atrevimiento a experimentar con largos años de prisión. La idea de innovación, de transformación, implícitos en las artes y las técnicas es un concepto ajeno a la mentalidad medieval, debido al férreo dominio ejercido por la iglesia en todos los ámbitos de las actividades realizadas por los europeos de la época, y que les permitía establecer controles y sanciones sobre las artes y técnicas que pareciesen amenazar sus costumbres.
Igualmente importante que este punto, son las maquinas como los molinos de agua y viento, que servían como fuentes de energía, y que junto a la fuerza de trabajo humana, constituyeron la base sobre la que se asentó la estructura económica medieval. Esta técnica tuvo gran alcance si es medida por el nivel de creatividad empleado en el campo de la mecánica aplicada. Los estudios sobre los herbarios y tratados de historia natural que surgieron a partir del siglo XV, representaron lo que sería una actitud teórica y práctica ante el mundo natural y se confirma que esta existía para ser explicada, invadida y entendida. Y es cuando empezando 1400 se inicia la era de las exploraciones y descubrimientos geográficos, que culmina con el abarcamiento de toda la tierra, convirtiéndola en una unidad geográfica, y por los hallazgos de flora y fauna hechos en américa, se dio una transformación profunda y duradera de los estudios biológicos, de la farmacia, la medicina, la alimentación y la industria.
Durante este proceso de descubrimiento, también se da una transferencia de conocimientos por parte de los chinos, persas, árabes e hindúes hacia Europa; estos cimentaran el desarrollo endógeno de alguna de esas técnicas. Entre esos conocimientos se encuentran el álgebra, la astronomía, medicina, química; y entre los inventos se encuentran el papel, la brújula magnética de China, los diques y los sistemas de irrigación del mundo islámico. Paralelamente de la evolución de las técnicas agrarias, mineras y artilleras que se usaron para la explotación efectiva de los recursos americanos y asiáticos, aparece la imprenta, que basada en el perfeccionamiento de la prensa imprenta de Gutemberg, extrapoló las posibilidades de reproducir los conocimientos existentes.
III. La expansión del comercio y el crecimiento de la población.
El mundo feudal europeo se caracterizaba por relaciones personales verticales dictadas por reglas estrictas basadas en la costumbre. La relación entre el señor y sus siervos suponía apelar a un sistema de obligaciones mutuas y de servicios, desde lo más alto a lo más bajo, establecidas en función de la posesión de la tierra. Iniciando el siglo XII, el aumento demográfico se traducía en la disminución del control de la tierra por parte de los señores, mientras que la expansión del comercio traía nuevas relaciones de convenio para el trabajo y los intercambios. Estrechamente vinculado a ese aumento demográfico, está la expansión agrícola, que a través de la multiplicación de núcleos urbanos y de colonización regional que proporcionaba, representó el crecimiento económico de la Europa de toda la edad media, pero presentando ciertas perturbaciones. Y consecuencia de esas determinadas situaciones de precariedad, se dio un incentivo para desarrollar otras actividades productivas como el comercio o la artesanía. Y en conjunto con esta evolución, empieza a gestarse una red de relaciones comerciales y de intercambio de servicios entre centros urbanos y poblados rurales; y una red comercial interregional que abarcará prácticamente toda Europa y amplias zonas de comercio con regiones del Cercano Oriente, el norte de África y Asia oriental.
Al mismo tiempo, como consecuencia de esto, se busca la manera de ampliar los intercambios y buscar la vinculación de los diferentes espacios comerciales a través de las mejoras en las vías y de los medios de comunicación como expresión de los adelantos técnicos que se estaban gestando en los transportes, especialmente en los fluviales y marítimos. Para el siglo XIV, los mercados permanentes que se ubicaron en las zonas urbanas al norte y sur de Europa, instauraron mediante sus intercambios locales lo que sería el incipiente sistema de cambio monetario. Donde debido al plurimetalismo presenciado al final de cada día, producto de las ferias y el intercambio de diferentes monedas, ese sistema se va desarrollando y es cuando aparecen tres tipos de moneda; el vellón, que funcionaba para los intercambios cotidianos (pan, vino, limosnas, etc), la plata, que era la moneda de los mercaderes y de las transacciones del mercado local, y el oro y las letras de cambio, que se reservan para el comercio internacional, príncipes y la aristocracia. Esta moneda de oro acabará por popularizarse en ciudades mucha actividad económica más tarde.
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