La lecciòn de Venezuela para Nicaragua

                        La lección de Venezuela para Nicaragua

                                                                Lilly Soto Vásquez

El hambre es mala consejera para cualquier gobierno, pero ahora habrá que analizar a profundidad y en las primeras reflexiones de los propios detentadores del poder del “socialismo del siglo XXI” hablan de la corrupción y otras particularidades de la burocracia como elementos y factores claves para su derrota, pero todavían no han llegado a afirmar que uno de los grandes problemas que los llevó a la debacle es la concepción mesiánica.

Ahora todos dan consejos y todos señalan que el mayor responsable es el propio Nicolás Maduro.

Lo mismo puede pasar en Nicaragua. Todos vamos a culpar a Daniel, pero muchos han contribuido a que Daniel no oiga, ni escuche y crea que el poder es él como una encarnación real del Estado.

Los problemas en Nicaragua son similares y aún peores, porque no se cuenta con la capacidad petrolera del país venezolano. La falta de humildad, la pérdida de sentido y norte de para dónde se camina, y el sobalevismo y servilismo de algunos han permitido muchas cosas, desde los gritos altisonantes hasta los 24 asesores presidenciales. Desde que se golpee a una joven que se le quiebra un brazo por protestar hasta que se le echen todas las baterías a una joven diputada por no estar de acuerdo con las posiciones autoritarias del jefe de bancada en el parlamento, de que compren canales de televisión con fondos productos de préstamos para ser dirigidos por los hijos e hijas del presidente hasta la deformación de contratar a personas “rezadoras” vulgareando la fe del pueblo cristiano nicaragüense.

De hacer trizas la institucionalidad democrática y solazarse con proyectos sultanescos de la mano de algunos dizque empresarios benevolentes. Mientras se buscan culpables, todos seremos culpables si no denunciamos a tiempo y en forma lo que está pasando en Nicaragua. Violencia contra los profesores decentes porque no contribuyen con sus “ideas” ni doblan la cerviz ante la visión mesiánica que corrompe el Estado de Derecho.

La única salida es el Estado de Derecho. Volver a regirnos por leyes y no por visiones rocanroleras del poder. No permitir que el pueblo presidente se vuelva contra él mismo porque sería una revolución de la revolución. Hay que evitar ese caos. Poner las cosas en su sitio y cómo decíamos en el 79, poner la basura en su lugar para que el pueblo presidente pueda vivir bonito, porque si nos descuidamos terminaremos pagando hasta el último centavo que la torre de babel empresarial con fondos del pueblo le deben a los fondos del Estado venezolano. Ojo al Cristo, que ahora ya no nos pueden babosear. Esos eran otros tiempos. Ahora todo está claro, clarito como la luz del día. Estado de derecho, lucha contra la corrupción y a pelear por Nicaragua, con lo que sea y como sea. No permitir que se la sigan saqueando. Guatemala, 10 de diciembre de 2015

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