La noche del baile de los 41

1. La noche del baile

        La noche del 18 de noviembre de 1901, en una casa ubicada en aquel entonces Calle de la Paz, en estos días Ezequiel Montes, la policía interrumpió una reunión donde se encontraban 41 hombres, algunos de ellos vestidos de mujeres; 22 estaban vestidos masculinamente y 19 travestían, usando faldas, perfumes caros, pelucas con rizos, partes de cuerpos femeninos postizas, aretes, entre otras cosas. Las autoridades que llegaron al lugar decidieron procedes a la detención de los hombres con el argumento de “dañar las buenas costumbres”. (Monsiváis, 2001)

El acontecimiento tuvo tintes de escándalo nacional, las notas periodísticas de aquella época narrar que se llevó a cabo una celebración poco ortodoxa en la casa número 4 de la calle Paz. Las crónicas también cuentan como las autoridades trasladaron a prisión a los 41 hombres que encontraron en el recinto. La lista de los nombres de las personas involucradas nunca fue revelada.

Se presenta una nota informativa de la época, la cual era El Popular:

“La noche del domingo fue sorprendido por la policía, en una casa accesoria de la 4.ª calle de la Paz, un baile que 41 hombres solos verificaban vestidos de mujer. Entre algunos de esos individuos fueron reconocidos los pollos que diariamente se ven pasar por Plateros. Éstos vestían elegantísimos trajes de señoras, llevaban pelucas, pechos postizos, aretes, choclos bordados y en las caras tenían pintadas grandes ojeras y chapas de color. Al saberse la noticia en los boulevares, se han dado toda clase de comentarios y se censura la conducta de dichos individuos. No damos a nuestros lectores más detalles por ser en sumo grado asquerosos.”

Lo poco que se tiene documentado sobre este acontecimiento, es gracias a los impresos, como fue el caso de los periódicos porfirianos que se encargaron de presentar el suceso como los grabados de José Guadalupe Posada, quien dio una representación visual de ellos, y también se tienen versiones líricas, como la novela de Eduardo A. Castrejón, quien pretendió hacer una crítica social hacia los vicios que se presentaban en la modernidad. (Barrión, 2010)

Este acontecimiento inventa la homosexualidad en México, se podría decir. Después de la redada de los 41, ningún homosexual se sentía solo y el tema empezó a circular por el país, representó un momento de diversión y de represión; los homosexuales ya existían, y el baile delató una organización social, y fue el primer paso definitivo; una primera visibilidad. (Monsiváis, 2001)

Respecto a los juicios y los castigos a las personas involucradas en el acontecimientos, se recalca que debido a que en ese momento se consideraba una aberración las acciones que se estaban llevando a cabo, no se encontraban abogados defensores, ni siquiera de oficio, y la sociedad lo vio completamente natural, y hasta admirable, debido a los prejuicios y las normas morales de aquellos tiempos.

1. El escándalo y los medios de comunicación

        El modo en que los medios de comunicación dieron a conocer este acontecimiento fue de una forma no muy común, como nos dice Carlos Monsiváis (2001): “La escena, inventada con brío en cada recuento periodístico, es sucesiva o simultáneamente patética o apocalíptica, al gusto de una época que, a través del escándalo se acerca deleitosamente a sus prohibiciones”. También Miguel Ángel Barrión nos cuenta que la forma en que los medios masivos llevaron la noticia en una forma en que las personas pasaran desapercibidas, y siguiendo una política de disciplinad sexual.

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