Limón--olvido

Los 31 de agosto de cada año, nos acordamos que Limón también es bonito. Se nos olvida por un día que es la provincia con menor índice de desarrollo, la más insegura y la más segregada. Entonces les agradecemos a sus habitantes por ser tan sabrosos, tan coloridos y llenar a Costa Rica de tanta alegría.

Hace unas cuantas administraciones, les ofrecimos su tierra prometida. El proyecto Limón-Ciudad-Puerto era la salvación para la pobreza y el subdesarrollo limonense. Como se lee en la noticia, el 70% de los fondos no se ejecutaron. Este fin de semana, el Presidente les prometió que este año va a ser diferente, que grandes proyectos vienen a cambiarle la cara a Limón. Los proyectos existen y están frenados por permisos ambientales y tramitología excesiva, pero es cierto que son absolutamente posibles.

¡Qué dicha! Parece que esta vez sí es cierto. Pensemos entonces que estos proyectos resultan exitosos y al cabo de estos cuatro años, hay empleo, infraestructura e inversiones en Limón. ¿Y después?

¿Qué viene después del desarrollo económico para Limón? ¿Una visita cada agosto será suficiente para acabar con la segregación histórica de esta provincia? Yo creo que Limón merece un poquito más. Me refiero a que para subirle la autoestima a Limón no basta con construir edificios bonitos y traer inversión. El resto del país tiene que mostrar que está orgulloso del patí, del plantitart, de los carnavales, del patois y del calipso. Que en las escuelas se enseñe que tenemos dos trajes típicos, que las comidas típicas no son solo el gallo pinto y la tortilla de maíz.

Limón se convertirá en verdadero patrimonio cultural cuando no sean solo ellos, sino que sea todo el país que se sienta orgulloso de la riqueza de nuestro Caribe.

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