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El Olvido


Enviado por   •  14 de Noviembre de 2013  •  3.525 Palabras (15 Páginas)  •  299 Visitas

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En general, nuestra capacidad para recordar sucesos, planes o caras, entre otra información, es extraordinaria. Tanto es así que a lo largo de la vida acumulamos cantidades ingentes de información, hasta el punto de que en las culturas que no poseen escritura se deja el conocimiento de la historia del grupo en manos de los ancianos, capaces de rememorar acontecimientos de varias generaciones remontándose a cientos de años, capacidad que tienen que compartir con los propios recuerdos.

Bahrick, Bahrick y Wittlinger (1975) encontraron que incluso 48 años después de dejar el colegio, los sujetos todavía eran capaces de identificar con relativa exactitud a sus compañeros de entonces.

Sin embargo, la memoria no es perfecta, y diferentes factores afectan a la capacidad de retención a lo largo del tiempo. En un estudio posterior, Bahrick (1984) mostró cómo profesores de universidad identificaron dos semanas después al 69% de sus alumnos a los que dieron clase durante 2-3 veces a la semana durante un período de 10 semanas, un año después al 48%, cuatro años después al 31%, y ocho años después al 26%, ya próximo al azar.

Evidentemente, no es lo mismo identificar a un compañero de clase con el que estás compartiendo varias horas al día durante años que a un alumno al que sólo ves unas pocas horas a la semana durante un único año, ni hay tantos compañeros en clase como alumnos puede tener un profesor a lo largo de un mismo año, y más aún con el paso de los cursos. Así, una persona vista una única vez durante un corto espacio de tiempo (20-40 segundos) suele olvidarse en relativamente poco tiempo. Sheperd (1983), por ejemplo, halló en una investigación que la tasa de identificaciones correctas disminuía del 50% cuando se realizaba entre una semana y 3 meses, y al 10% cuando se hacía a los 11 meses.

Es un hecho que no somos capaces de recordar absolutamente todo, y que en ocasiones olvidamos cosas fundamentales. A lo largo del presente capítulo nos centraremos en el olvido, qué es y por qué se produce, distinguiendo entre los olvidos que forman parte del funcionamiento normal de la memoria y los olvidos patológicos.

La curva del olvido

El simple paso del tiempo parece tener un efecto negativo sobre la capacidad de retención. Como ya se comentó en el capítulo 2, fue Ebbinghaus (1885) el primero en estudiar de forma sistemática la perdida de información en la memoria como efecto del paso del tiempo, definiendo la que se conoce como la curva del olvido de Ebbinghaus. Él mismo fue el sujeto de sus investigaciones, y el estudio consistió en aprender listas de trece sílabas que repetía hasta no cometer ningún error en dos intentos sucesivos. Posteriormente, evaluó su capacidad de retención con intervalos entre veinte minutos y un mes. Los resultados encontrados mostraron que el olvido se producía ya incluso tras los intervalos más cortos, y que se incrementaba a medida que pasaba el tiempo, mucho al principio y más lentamente después, en una función logarítmica. La tasa de olvido para cada periodo fue estimada utilizando el método de los ahorros, consistente en medir el tiempo que tardaba en reaprender la lista en cada intervalo, de forma que cuantos más ensayos necesitaba para volver a aprenderla mayor era el olvido.

Ebbinghaus intentó explicar por qué se producía el olvido proponiendo varias teorías. La primera afirmaba que las huellas de memoria se deterioraban por el paso del tiempo por erosión, como le ocurre a una montaña, de forma que “las imágenes persistentes sufren cambios que afectan cada vez más a su naturaleza”, es la conocida como teoría del decaimiento de la huella. Otra posible explicación sería la teoría de la interferencia, según la cual “las imágenes anteriores están cada vez más superpuestas, por así decir, y cubiertas por las posteriores”. Por último la teoría de la fragmentación que suponía “el desmenuzamiento y la pérdida de distintos componentes antes que un oscurecimiento”, en el marco de la teoría multicomponente de la huella de memoria (Bower, 1967).

El decaimiento de la huella

Comprobar la teoría del decaimiento de la huella no resulta tarea fácil debido a que dado que supone que el deterioro de la huella se produce espontáneamente, y por tanto no se debe a la interferencia del material almacenado posteriormente, habría que asegurar de algún modo que en los intervalos de retención el sujeto no realiza ninguna actividad que pueda interferir. Desde un punto de vista neurológico, el decaimiento de la huella se produciría por la modificación de las estructuras neuronales con el paso del tiempo, por ello los primeros estudios (French, 1942; Hoagland, 1931), en la tradición de las investigación psicológicas con animales (Romanes, 1887), trataron de generar esos intervalos sin actividad reduciendo al mínimo la actividad fisiológica y metabólica. Sin embargo, la mayor actividad fisiológica también podría implicar un incremento de la interferencia. Así pues, esta teoría todavía no ha quedado probada. Quizá la tecnología más avanzada de hoy día (por ejemplo, la RM funcional; Álvarez, Ríos y Calvo, 2006) podría permitirnos avanzar en este campo.

Interferencia y memoria

El decaimiento de la huella no ha quedado probado, sin embargo los estudios sobre la teoría de la interferencia sí arrojan datos acerca de esta hipótesis para explicar el olvido. Es más, los estudios sobre la interferencia a su vez arrojan algo de luz sobre la teoría anterior utilizando diferentes grados de interferencia.

Los primeros estudios relevantes sobre el efecto de la interferencia en la memoria datan de principios del siglo XX. McGeoch y McDonald (1931) manipularon la interferencia variando la semejanza del material a recordar y la actividad de interferencia, encontrando que según aumentaba la semejanza la amplitud de ítems retenidos disminuía. Estos datos venían a confirmar la importancia de la interferencia en la memoria, como ya habían propuesto los asociacionistas desde el siglo XVII. Los estudios sobre la interferencia supusieron durante los sesenta y setenta una de las áreas más importantes en psicología de la memoria, sin embargo a partir de los ochenta su interés se ha reducido sustancialmente. Los efectos de la interferencias, no obstante, quedaron claramente establecidos, distinguiéndose dos tipos básicos: retroactiva y proactiva.

Interferencia retroactiva

La interferencia retroactiva hace referencia a la interferencia que produce el aprendizaje posterior en el recuerdo. El método utilizado para su estudio consiste básicamente en aprender una lista de ítems 1, seguida de otra lista 2 o

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