Los Orígenes Del Comercio Ambulante En México
dubidebydu23 de Septiembre de 2014
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I. Los orígenes del comercio ambulante en la Ciudad
de México.
El comercio como actividad económica realizada por el hombre en sociedad tiene
sus antecedentes en las primeras manifestaciones de la cultura, cuando se
comprendió la necesidad de realizar el intercambio de objetos y productos para la
satisfacción de necesidades humanas.
Entre los modos históricos de realizar el intercambio, se encuentran aquellas que
no presentan espacios específicos destinados de manera ex profesa por las
normas socioculturales y económicas de la sociedad para realizar actos de
intercambio; en ellas se enmarca el comercio ambulante.
El comercio ambulante como producto del proceso histórico de la división social
del trabajo se encuentra profundamente enraizado en la historia económica
(Mendoza, García: 1994, 12) de los pueblos.1 Para América Latina, y por ende de
México, como lo señala el Programa Regional del Empleo para América Latina y el
Caribe (PREALC) la “actividad del comercio ambulante es tan antigua como la
historia de la urbe” (Contreras, Victoria: 1988, 1). En el caso de la Ciudad de
México, el comercio ambulante se sitúa en profundas raíces históricas (DDF:
1997, 3).
Para asociar las principales relaciones en el acto de compraventa ambulante,
tanto en el ámbito económico como en el social, se estudia el desarrollo histórico
de esta forma peculiar de intercambio comercial de la Ciudad de México,
contemplando un período de 7 siglos, del año de 1321 al año 2000, facilitando con
ello la comprensión del efecto económico del ejercicio del comercio ambulante en
la estructura económica de la Ciudad de México.
1
Algunos lo ubican como el antecedente más lejano de cualquier acto de comercio. W. L. Richardson
señala que “the first faint moment of commerce”, en “Hawker and Walkers in Early America”. Arno
Press, 1976; citado en (Yunnusa: 1988, 103).
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Este capítulo tiene como propósito mostrar el desarrollo histórico de los principales
elementos económicos, que se asocian al ejercicio del comercio ambulante en la
Ciudad de México; así como su significación, como componentes, en un modelo
econométrico.
Se parte de la ubicación de los componentes básicos de comercio ambulante en
diversas formas históricas de mercado en la Ciudad de México, como el tianquiztli,
la plaza-mercado, el corredor comercial, y el mercado público, utilizando la manera
en como se ha administrado este tipo de actividad comercial, como regla de
asociación de estos elementos.
Describiendo sintéticamente el proceso de desarrollo histórico del comercio
ambulante en la Ciudad de México, se muestra que parte de sus antecedentes se
pueden ubicar en el tianquiztli, mercado de la sociedad azteca, sobretodo en la
ubicación de los espacios en donde se ejercía el comercio prehispánico, la
estructura utilizada para expender sus productos, y en las funciones de traficantes
de comercio exterior y buscadores de mercados de los comerciantes aztecas.
En este período las expectativas para comerciar no sólo estaban dirigidas a
incrementar el bienestar material de la población, si no también encaminadas a
expandir su imperio, y a solicitar la colaboración sus dioses, de acuerdo a su
visión cosmogónica del mundo.
En esta sección se destaca que al efectuarse el encuentro entre el mundo azteca
y el mundo español se inicia una manera diferente de hacer comercio, sintetizada
en la plaza-mercado, el mercado por excelencia de la época colonial; dos sujetos
comerciales, el buhonero y el libremesillero, se perfilan como los antecedentes de
lo que actualmente se denomina vendedor ambulante en la Ciudad de México.
Así mismo, se señala que debido en parte a la conducta recurrente mostrada por
el libremesillero, al saturar el espacio físico de la plaza-mercado, este pasó a
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establecerse alrededor del perímetro de la plaza-mercado, iniciándose el comercio
en lugares adyacentes a su perímetro, que posteriormente dio forma al corredor
comercial.
A través del curso de la historia, la plaza mercado y el corredor comercial se
transformaron en lo que actualmente se conoce como Mercado Público; el
libremesillero pasó a ser parte de los vendedores instalados en las cercanías del
perímetro del mercado público, o zonas adyacentes, y el buhonero formó parte de
los vendedores itinerantes en mercados, calles y parques.
Se explica como el vendedor ubicado en las zonas adyacentes al mercado público
siguió un proceso de disociación de su lugar de operación comercial; y de manera
conjunta con el vendedor itinerante, paso a ocupar espacios de uso público
distintos de los destinados al ejercicio del comercio, como la calle y los parques,
adquiriendo con esto una dinámica económica y social propia, pasando a
denominarse genéricamente vendedores ambulantes.
Al final de este capítulo, se muestra como al cambiar las expectativas económicas
para realizar el intercambio comercial ambulante, se modifican la manera y
condiciones en como se realiza.
Generalmente se considera que los principales supuestos, variables explicativas, o
marco de evaluación de un modelo econométrico, o representación simplificada de
un fenómeno económico real a través de un conjunto de relaciones estocásticas
entre las variables de un sistema (Intriligator; 1990, 38), responden básicamente a
la maximización de la utilidad y del beneficio, y en consecuencia a minimización de
costos, de los participantes en el ejercicio de actividades comerciales en una
economía de mercado; sin embargo, en este estudio se muestra que este
supuesto no necesariamente aplica a todos los casos, el de la Ciudad de México,
es ejemplo de ello, como muestra ampliamente la historia y comportamiento
cultural de esta ciudad.
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I. 1. El tianquiztli
El tianquiztli, la forma de mercado de los aztecas, abre el recorrido histórico del
comercio ambulante. Los sujetos comerciales que se pueden aproximar a la
concepción de comerciantes ambulantes son los nauhaloztomeca y los pochteca-
tlaloque en sus funciones de traficantes del comercio exterior del imperio azteca y
como buscadores de mercados fuera de la ciudad capital azteca.
En este tiempo las expectativas que guían el ejercicio de las actividades
comerciales son amplias; esto es, para proveer de productos a la capital azteca;
expandir el imperio azteca; y como elemento de avanzada y control de los
territorios a ocuparse o ya conquistados. Esto se muestra visible en la manera de
operar y administrar la actividad comercial; y su concepción en la sociedad azteca
La apertura es el comercio azteca, primordialmente en la ciudad de Tenochtitlan,
capital del imperio azteca y lugar de asentamiento de la actual Ciudad de México;
por que a pesar de que los vestigios de cultura en la Cuenca de la Ciudad de
México se remontan a épocas anteriores a la llegada de los aztecas1, y aún
cuando a su llegada el lugar ya se encontraba habitado; por tanto, ya se ejercía el
intercambio de productos y objetos.2
Es con la fundación de la capital del imperio azteca que el ejercicio del comercio
alcanzó el grado de desarrollo que encontraron los españoles; y al mezclarse con
su forma de ejercer el comercio, constituyó los antecedentes comerciales de la
actual Ciudad de México.
1
El asentamiento en Cuicuilco, lo ubican alrededor de 300 a.c. (Gamboa de Buen: 1994, 18). Algunos
vestigios en Tlatelolco datan del siglo X d.c., (Díez-Gutiérrez; 1981, 3).
2
Los aztecas fueron los últimos, de una serie de tribus, en llegar a la Cuenca de la Ciudad de México,
por el año 1325 d.c.
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Los aztecas al principio realizaban un comercio precario con sus vecinos,
trocando peces, piedras y sal por productos de la agricultura3; después ampliaron
sus actividades comerciales, tanto en espacios dedicados a las actividades
comerciales, como en la cantidad y variedad de productos a comerciar;
transformando la formas de realizar sus transacciones económicas, del trueque4 a
la compra-venta de objetos, productos y servicios.
Cortes expresa en su segunda carta de relación “tiene esta Ciudad muchas Plazas, donde hay
continuos Mercados, y trato de comprar, y de vender(...) donde hay cotidianamente arriba de
sesenta mil Animas, comprando, y vendiendo, donde hay todos los géneros de Mercadurías
que en todas las Tierras se hallan.” Cfr. (Cortes: 1981, 107).
El lugar en el cual
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