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Luchas E Tudiantile De 1980


Enviado por   •  19 de Junio de 2013  •  2.594 Palabras (11 Páginas)  •  215 Visitas

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Alcances De Las Luchas Estudiantiles A Finales De 1.980

Tendencias en el desarrollo histórico de las políticas de juventud

En el contexto latinoamericano escuetamente descripto, las políticas de juventud han seguido un itinerario particular. Conviene reseñar brevemente dicho proceso, antes de entrar directamente en el análisis más pormenorizado de las principales características de dichas políticas en el último quinquenio.

Con este fin, se describirán algunas tendencias observadas en el encare de las políticas de juventud que se han desarrollado a partir de los diferentes estados.

1 - Educación y Tiempo Libre con Jóvenes "Integrados"

Los informes nacionales y subregionales producidos en el marco del Proyecto no abundan en detalles respecto al tratamiento de la cuestión juvenil en los últimos treinta años, pero introducen comentarios coincidentes en lo que tiene que ver con la identificación de las principales características de las "políticas de juventud" entre 1950 y 1980 aproximadamente.

La utilización de las comillas al hablar de políticas de juventud en este período supone establecer como punto de partida que los esfuerzos que se han realizado están lejos de constituir una política de juventud tal y como se propondrá más adelanta.

En casi todos los casos se destaca el importante esfuerzo que nuestros países realizaron en dicho período en lo relativo a las políticas educativas. Aunque con ritmos y características muy variados, estos esfuerzos fructificaron en casi todos los países de la región en una incorporación creciente de sectores juveniles a los beneficios de la educación, especialmente en el nivel básico, y más recientemente y en algunos pocos países, a nivel de la enseñanza media y superior.

Esta percepción reflejada en todos los informes nacionales, se ve corroborada además en los múltiples trabajos de investigación realizados por diversos organismos internacionales, como en el caso de la UNESCO, por citar solo uno de los ejemplos destacados.

Las estadísticas educativas del período, revelan con claridad que mientras a comienzos de los años cincuenta las tasas de escolaridad se ubicaban en el entorno del 47,9 % en la enseñanza primaria, a comienzos de los años ochenta la proporción había aumentado hasta llegar al 98,6 %. En lo que tiene que ver con la enseñanza media, las cifras en el mismo período oscilan entre el 6,9 % y el 30 %, mientras a nivel de la enseñanza superior, la cobertura pasó del 1,9 % al 15,7 % en el mismo lapso.

Desde el punto de vista de las políticas hacia los jóvenes, la inversión en educación ha sido una de las principales respuestas que los estados nacionales han dado históricamente a la incorporación social de las nuevas generaciones, y los resultados han sido alentadores, al menos desde el punto de vista cuantitativo.

Sin embargo, con el paso del tiempo, las posibilidades que la educación brindaba como estrategia de movilidad social ascendente fueron decayendo, constatándose un deterioro evidente de la calidad de la educación impartida, junto a un fuerte proceso de segmentación que iba concentrando cada vez de manera más clara las mejores ofertas educativas para los jóvenes pertenecientes a hogares de estratos medios y altos.

Ello ocasionó que sólo quedaran a disposición de aquellos jóvenes pertenecientes a hogares de más escasos recursos o sumergidos directamente en condiciones de pobreza e indigencia muy evidentes las ofertas educativas de más baja calidad.

Conjuntamente con la expansión del sistema educativo, los estados nacionales procuraron brindar buenas oportunidades en materia de uso del denominado tiempo libre de los jóvenes, asumiendo de manera explícita o implícita, que los jóvenes dedicaban la mayor parte de su tiempo a prepararse para ser adultos, a través de la educación, y que en el resto de su tiempo ("libre"), debían tratar de "pasarla bien", evitando caer en conductas censuradas por el mundo adulto, como el consumo de drogas, el ejercicio irresponsable de conductas sexuales, entre otras.

Así, se comenzaron a desarrollar diversas y muy variadas actividades deportivas, recreativas y culturales, fundamentalmente, que procuraban ocupar "creativamente" el tiempo libre de los jóvenes.

Los ejemplos abundan en casi todos los países de la región, pero lo que importa es resaltar la esencia del "modelo" de políticas de juventud que se está caracterizando, previsto como válido para todos los jóvenes, pero en realidad solo válido para los jóvenes "integrados" a la sociedad en general y a la educación en particular.

Simultáneamente, seguían existiendo enormes contingentes de jóvenes excluidos, a los que no se llegaba con este tipo de acciones, sino con otro tipo de medidas, vinculadas con funciones de "control social", dado que se identificaba a "pobres" con "delincuencia" de manera casi automática.

Resulta evidente que este modelo basado en la educación y el uso creativo del tiempo libre de los jóvenes, tuvo una incidencia notoria durante décadas, en las orientaciones prioritarias de los estados latinoamericanos en relación a las nuevas generaciones, y permitió que un amplio conjunto de jóvenes se fuera incorporando paulatinamente a las sociedades nacionales, a través de procesos de ascenso social concretados por la vía educativa.

Aunque restringido en sus alcances a algunos sectores juveniles, el modelo ha rendido (y sigue rindiendo) beneficios para las nuevas generaciones latinoamericanas.

2 - Control Social de Sectores Juveniles Movilizados

Con la creciente incorporación de jóvenes al sistema educativo, especialmente a nivel medio y superior, adquirió mayor fuerza la movilización juvenil organizada básicamente en función de su condición de estudiantes, que rápidamente asumió sesgos contestatarios muy marcados, en abierto desafío al sistema político y social establecido, y en respuesta a la preocupante situación por la que atravesaban las sociedades latinoamericanas.

Aunque la movilización tuvo fuertes influencias externas de la época (el Mayo Francés es el referente principal al respecto), en América Latina la movilización estudiantil comenzó a intentar asociarse a otras movilizaciones populares, especialmente las protagonizadas por las organizaciones sindicales, que se desarrollaron también a la sombra de la industrialización sustitutiva, en casi todos los países de la región, y en menor medida a nivel campesino, en el contexto

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