MARX- EL PROLETARIADO

La sociedad se ha formado en un contexto de constantes luchas entre clases sociales, un enfrentamiento entre opresores y oprimidos. Que sin importar el tiempo en el que se esté, permanece firme, no pareciera existir un avance para erradicar la destrucción que causa la estratificación social. Tal como Marx manifiesta, la sociedad va dividiéndose cada vez más, en dos grandes campos enemigos; un enfrentamiento directo entre la burguesía y el proletariado.

Con el descubrimiento de américa y la circunnavegación de África la burguesía ascendió en nuevos campos, su desarrollo se volvió eminente. La antigua organización feudal o gremial de la industria ya no podía satisfacer la demanda, que cada vez iba aumentando; la clase media industrial estaba acabando con los gremios.

¿Pero qué ocurrió luego de la creación del mercado mundial? El descubrimiento de América aceleró de manera desenfrenada el comercio, desarrollando la gran industria moderna. Sustituyéndose a la clase media industrial por los burgueses modernos, industriales millonarios.

El poder de la burguesía ha destruido la relaciones y ligaduras feudales del hombre con superiores naturales; ha convertido el comercio como el sustituto de las numerosas libertades del hombre, estableciendo una “explotación abierta, descarada, directa y brutal”.

La burguesía ha sido la primera en demostrar lo que puede realizar la actividad humana, pero esta no es nada si sus instrumentos de producción; siendo este, su condición social, el factor que distinguió la época burguesa de las anteriores.

La burguesía exploto el mercado mundial en materia de producción y consumo. Convirtiendo las nuevas industrias una cuestión vital para la civilización. Surgen nuevas necesidades que reclamaban ser satisfechas, siendo esta ya no materia nacional si no proveniente de regiones lejanas y apartadas, creando así una interdependencia universal de naciones. Lo que obliga a todas las naciones a adoptar su estilo de producción para no ser excluidos. Ha subordinado el campo a la ciudad, concentrando los medios de producción en manos de unos pocos. Ha incorporado nuevas fuerzas productivas en el seno del trabajo social.

La hegemonía de la clase burguesa devastó las relaciones preestablecidas sobre las cuales se fundó nuestra sociedad. Quebrantó la igualdad por la cual luchaba el individuo, sin piedad sobrepasó los límites, para coaccionar a favor de la producción.

Las armas de que se sirvió la burguesía para derribar al feudalismo se vuelven ahora contra la propia burguesía.

Sin embargo, no solo ello forjo la burguesía; esta produjo al hombre que sujetaría esa arma: el proletariado, el obrero moderno. Hombres cuya condición de vida es el encontrar trabajo, tal que se encuentra bajo acrecienta capital. Es allí donde los obreros se convierten en mercancías como cualquier objeto de venta, sujeto a todas las vicisitudes de la competencia y las demandas del mercado.

El se convierte en un apéndice de la industria, sujeto a los constes de producción. Su trabajo resulta ser tedioso, y mientras mayor sea el fastidio de este mas indignante es el salario que recibe; por ende, se disipa la significación social y los obreros se ven únicamente como instrumentos de trabajo, cuyo coste varía según edad y sexo

        El proletariado se convierte en victima de la burguesía. Siendo incapaz este de abandonar su escala inferior de las clases medias, porque su capital es incompetente contra las grandes industrias y su habilidad profesional es despreciada ante los nuevos métodos de producción.

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