MONARQUÍA, ORIGEN Y CARACTERÍSTICAS
dars871224Documentos de Investigación25 de Febrero de 2022
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MONARQUÍA, ORIGEN Y CARACTERÍSTICAS
Vocablo de origen griego y latín proveniente del término monarchia, que significa gobierno de una sola persona.
La monarquía es una forma de gobierno que se caracteriza por el hecho de que una persona tiene el poder político y ejecuta las funciones del Estado. Un monarca es la persona que ocupa este cargo y se elige por los miembros de la aristocracia para mantenerla en su lugar. Es una forma de gobierno donde el poder se mantiene hasta la muerte del gobernante; quien transmite su legado de generación en generación.
El origen de la monarquía en el mundo moderno se remonta a Alemania, Francia e Inglaterra. Las sociedades modernas que realizaban una reforma del gobierno para mejorar la economía y evitar las guerras comenzaron a elegir por elección el rey, casi siempre porque invariablemente era el hijo o heredero de su antecesor.
La monarquía en la actualidad sigue siendo un gobierno constitucional en, por ejemplo, Reino Unido, Japón y varios países europeos. La Constitución define el papel y la autoridad del rey mejor que cualquier tratado o reglamento.
La monarquía actual tiene la responsabilidad de llevar a cabo los actos de Estado para su país, hacer proyectos para su país, celebrar ceremonias y representar a su pueblo.
El origen de la monarquía se remonta a la época del Imperio Romano después de instaurar al primer emperador en el año 27 A.C; identificado como Cesar Augusto, quien fue nombrado rey y permaneció en el trono hasta el año 14 D.C, representando la máxima autoridad del reino.
Características de la monarquía
Entre las características más relevantes de la monarquía, encontramos las siguientes:
- Las monarquías se diferencian entre sí de acuerdo a la cultura de cada nación.
- El título de monarca o rey se ejerce de forma vitalicia, es decir, hasta el día de su muerte o cualquier motivo que le impida continuar en el trono.
- Controla el poder social, económico, militar y político, por lo que es el gobernante absoluto.
- Pasa de generación en generación, teniendo carácter de herencia.
- Está estrechamente ligado a la religión, llegando a profesar la misma religión de su pueblo.
- El rey es el título que representa la monarquía de forma absoluta.
La monarquía puede ser clasificada en diferentes tipos, entre los cuales destacan los siguientes:
Monarquía absoluta
Dentro de la monarquía absoluta no se permite delegar el poder a otros, es decir, todas las decisiones se concentran en el rey o monarca; por lo que su autoridad es ilimitada, dejando de lado la posibilidad que otros elijan. Dentro de este tipo de organización política, no existen instituciones alternas con las que se comparta el poder; puesto que se tiene la concepción que el gobernante recibió su título directamente de Dios.
Monarquía constitucional
La monarquía constitucional, tal y como su nombre lo indica, limita la autoridad absoluta del rey a través de la constitución; por lo que su poder se encuentra establecido de acuerdo a la organización política de la nación. Cuya norma representa regirse por las leyes estipuladas por el estado al mismo tiempo que seguía siendo gobernante; este tipo de monarquía es aceptada por los monarcas para no perder el poder en su totalidad.
Monarquía parlamentaria
La monarquía parlamentaria es ejercida de igual modo por un monarca o rey, quien debe rendir cuentas al parlamento; un sistema de organización política donde las decisiones del gobernante pueden ser medidas y juzgadas por el poder ejecutivo y legislativo. A pesar de ello, representa la máxima autoridad al tener la última decisión en los decretos parlamentarios; sin embargo, ninguna de las partes tiene acción individual, siempre estarán supeditas entre ellas. Lario, Ángeles, 2016.
EL PRESIDENCIALISMO, ORIGEN Y CARACTERÍSTICAS
El presidencialismo o sistema presidencial es una forma de gobierno en la que, una vez constituida una República, la Constitución establece una división de poderes entre el poder Ejecutivo, el poder Legislativo, poder Judicial, y el Jefe de Estado, además de ostentar la representación formal del país, es también parte activa del poder ejecutivo, como Jefe de Gobierno, ejerciendo así una doble función, porque le corresponden facultades propias del Gobierno, siendo elegido de forma directa por los votantes y no por el Congreso o Parlamento. (Martínez; Garrido, 2000)
El presidente es el órgano que ostenta el poder ejecutivo, mientras que el poder legislativo lo suele concentrar el parlamento, sin perjuicio de las facultades que en materia legislativa posea el presidente.
El concepto de separación de poderes fue consagrado en la Constitución de los Estados Unidos de América de 1787, con la creación del cargo de Presidente de los Estados Unidos y, a la vez, del Congreso de los Estados Unidos, sistema donde el presidente era el jefe de Estado, y no era elegido por el Congreso.
Curiosamente, Inglaterra y Escocia fueron los primeros países en adoptar el parlamentarismo (desde 1707 como el Reino de Gran Bretaña, y desde 1801 como el Reino Unido) en el cual las facultades del ejecutivo –el monarca– se redujeron a un papel ceremonial, y a la vez una nueva autoridad ejecutiva, responsable ante el parlamento, se fue desarrollando –el primer ministro–, mientras las atribuciones del ejecutivo separado de los Estados Unidos fueron aumentando, por ejemplo, el presidente designa a la mayoría de funcionarios públicos (entre ellos los miembros del gabinete, aunque estos deben ser ratificados por el Senado). Espinoza, Toledo, 2012
Características:
- La doble legitimidad de la soberanía (presidente y parlamento).
- La existencia de un poder ejecutivo monocefálico, elegido mediante sufragio universal.
- Funcionamiento institucional basado en la separación de poderes. Con ausencia de la confianza del Parlamento para gobernar.
- Libertad del cargo más alto en temas sociales (El presidente).
EL PRESIDENCIALISMO EN MÉXICO
México adoptó, durante la primera mitad del siglo diecinueve, el republicanismo y el federalismo junto a una forma de gobierno presidencialista. Este trabajo analiza el origen y la evolución del presidencialismo mexicano desde la Constitución Federal de 1824, hasta la sanción de la Constitución de 1917. Durante este período, el país atravesó por distintos experimentos institucionales más o menos centralizadores, en constante tensión con el carácter federal y republicano de sus instituciones originales. Se concluye que la inestabilidad política fue el principal rasgo del período, favorecida por una informal supremacía presidencial, y por conflictos entre élites regionales y el gobierno federal, independientemente de las instituciones formales que regulaban la distribución del poder.
En este trabajo se analiza el origen y la evolución del régimen de gobierno presidencialista en México, desde la etapa previa a la independencia hasta el inicio de la construcción del nuevo Estado pos revolucionario, que se cristalizó en la reforma constitucional de 1917 que siguió a la Revolución Mexicana. El siglo diecinueve mexicano ha sido considerado como un caso paradigmático de inestabilidad, aún en comparación con otras experiencias latinoamericanas decimonónicas. Luego de la independencia, y como consecuencia de los severos conflictos políticos que serán analizados en este trabajo, “durante varias décadas la vida de la nación fue un prototipo de inestabilidad política Skidmore, Thomas ; Smith, Peter. 1999
El extenso período analizado en este estudio decantó institucionalmente en tres Constituciones formales —1824, 1857 y 1917— y varios experimentos institucionales —Constitución de Apatzingán, Plan de Iguala, Plan de Ayutla, Plan de Casa Mata, Bases para una Nueva Constitución, Constitución de las Siete Leyes, Bases Orgánicas de la República Mexicana—. Todas estas instancias de creación de instituciones formales estuvieron precedidas de severas crisis políticas, sociales y económicas, y de la imposibilidad de asegurar el orden y la estabilidad en todo el territorio del país. En términos weberianos, podría decirse que los sucesivos gobiernos no lograban imponer el control de la violencia física legítima. Como consecuencia de ello, el país atravesó por distintos gobiernos que cimentaron su poder (a veces efímero, otras veces incapaz de regir en todo el territorio) a partir de prácticas e instituciones informales, que ignoraban o contradecían las instituciones formales. Helmke 2006.
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