Manuel Belgrano
mariluteBiografía16 de Noviembre de 2023
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HISTORIA - 29 ENERO, 2017
Un día como hoy: El encuentro entre Belgrano y San Martín en Yatasto
El 29 de enero de 1814 San Martín reemplazó a Belgrano al frente del Ejército del Norte. Dispuso la guerra de guerrillas en el norte, construyó la Ciudadela y reorganizó la oficialidad y las tropas. Polémica histórica por el lugar donde se produjo el cónclave.
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En diciembre de 1813, el Triunvirato, poder central de las Provincias Unidas, decide nombrar a San Martín mayor general del Ejército del Norte, en reemplazo de Eustoquio Díaz Vélez y lo pone al frente de una expedición que parte a apoyar a aquella fuerza, que viene en retirada a Tucumán tras los desastres de Vilcapugio y Ayohuma.
Pero, poco después, dispone que San Martín directamente reemplace a Belgrano en el comando, función que San Martín se resiste a aceptar.
Encuentro de los jefes
El coronel marcha a su destino. El 17 de enero, ambos jefes se encuentran por primera vez personalmente, aunque mantenían desde 1812 una correspondencia que había generado recíproca estima. El encuentro, según la tradición, fue en la posta de Yatasto, aunque investigaciones más ajustadas aseguran que ocurrió en la cercana Posta de Los Algarrobos.
Como aún no ha llegado a sus manos el despacho que otorga el mando supremo a San Martín, el general Belgrano lo designa segundo jefe. Recién el 29 de enero, el recién venido se hará cargo de la fuerza. Con toda humildad, Belgrano acepta quedar al mando del Regimiento 1, que San Martín le confía.
El 30, San Martín llega con las tropas a la ciudad de San Miguel de Tucumán, donde acampa. Lanza una proclama dirigida a los “valientes tucumanos”.
El mito de La Posta de Yatasto
A principios de 1814, por las postas de El Arenal y del Rosario, pasó en Gral. José de San Martín hacia la hacienda de Yatasto donde se encontró con Belgrano. Antes, el 26 de mayo de 1812, Belgrano se había encontrado aquí con Juan Martín de Pueyrredón quien le entregó el mando del derrotado ejército del Norte. Sin ser posta, entonces, y por estos hechos singulares, la casa de José Vicente Toledo Pimentel en Yatasto se transformó en lugar histórico (FOTO).
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Otra versión dice que el encuentro Belgrano-San Martín no se produjo en Yatasto sino en la Posta de Los Algarrobos. San Martín llegó hasta allí con un escuadrón de Granaderos para hacerse cargo del Ejército del Norte hasta entonces comandado por el creador de la bandera.
Se dice que se demoró todo lo que se pudo el cambio de mando para no herir los sentimientos de Belgrano y que éste se ofreció a ser segundo de San Martín “sin prestigio ni porvenir”. Disciplinado y obediente, después de entregar el mando, permaneció como un soldado más a la orden del nuevo jefe hasta el 1 de marzo de 1814.
Ubicada en el sur del departamento de Metán, a 3 km de ruta 34 y próxima al río Cañas (límite con Rosario de la Frontera), se encuentra el famoso lugar declarado Monumento Nacional por Decreto Nº 95.687 del 14 de julio de 1942 (presidente Ramón S. Castillo).
La vieja estancia de San José de Yatasto llegó a sumar 80.000 hectáreas, las cuales habían sido otorgadas en merced real.
Hoy esta finca es conocida por la producción de arándanos que se exporta, contigua por el sureste se encuentra la finca de Amasuyo, famosa por su fábrica de productos lácteos.
Aunque era un lugar visitado por los viajantes que atravesaban la zona en tránsito por el antiguo Virreinato del Río de la Plata entre el Alto Perú y Buenos Aires, en San José de Yatasto no había ninguna posta.
Yatasto no figura en el itinerario oficial de postas de la época pero sí aparecen otras dos en el actual territorio metanense, tales como las de Conchas y Los Algarrobos, ambas entre las de Cobos al norte y la del Rosario al sur, y más al sur la posta de Arenal (Rosario de la Frontera).
BELGRANO Y GÜEMES, UNA AMISTAD POCO DIFUNDIDA
Por: Prof. Mónica Brown
Instituto Belgraniano de Mercedes.
En 2016 el gobierno nacional estableció como feriado (trasladable) el día 17 de junio, por ser el “Día del Paso a la Inmortalidad del General Martín Miguel de Güemes”, en reconocimiento a la valiosa defensa que el caudillo salteño hiciera de nuestra frontera norte frente a los avances de las tropas españolas provenientes del Virreinato del Perú entre 1814 y 1821, año de su fallecimiento.
Bautizado con el nombre de Martín Miguel Juan de Mata Güemes Montero de Goyechea y la Costa,
y perteneciente a una familia adinerada (hijo del español Gabriel de Güemes Montero, y la jujeña María Magdalena Goyechea y la Corte), había nacido en la ciudad de Salta el 8 de febrero de 1785.
Martín tuvo siete hermanos, de los cuales destacaremos su hermano mayor, Juan, miembro del Cabildo de Salta, y una hermana,María Magdalena Dámasa Güemes de Tejada, conocida en la historia independentista argentina como “Macacha” Güemes.
A los 14 años entró Martín Miguel en el Regimiento Fijo de Infantería de Bs. As. (que tenía un destacamento en Salta luego de la rebelión de Tupác Amaru de 1781). Las invasiones inglesas lo traen al Río de la Plata, participando tanto en 1806 como en 1807.
De regreso en Salta, es designado Teniente de su Guarnición militar de la Quebrada de Humahuaca en 1809, donde es el primero en actuar a favor del movimiento de Mayo, llevando el mensaje, interceptando las comunicaciones del enemigo y preparando el terreno para el avance del ejército enviado por la Junta constituida el 25 de mayo de 1810. Ya como Capitán, participa en el triunfo de Suipacha (noviembre 1810).
Cuando en 1812 Manuel Belgrano se hace cargo de ese Ejército del Norte ambos próceres se conocen por primera vez. No fue un buen momento entre ambos, se dice que por indisciplina o por acciones de la vida privada de Güemes (¿problemas de mujeres?) Belgrano lo separa de la fuerza y lo traslada a Buenos Aires. “Las virtudes y servicios militares de este individuo (…), escribió Belgrano, no son tantas ni de tanto valor como se ponderan vulgarmente. Virtudes, ciertamente, no se le han conocido jamás, y sus servicios han sido manchados con ciertos excesos, o mejor diré delitos de los que tengo fundamentos muy graves para creerlos, aunque no documentos. Por lo que lo mismo considero que no podrá ser útil en este ejército que trato de depurarlo de toda corrupción a toda costa”.
Estando en Buenos Aires Güemes conoce a José de San Martín. Y cuando este último reemplace a Belgrano en el mando del Ejército del Norte (1814) volverá a integrar las filas militares. A partir de ahora se destacará en Salta y Jujuy (y junto a él, su hermana Macacha) en la llamada “Guerra Gaucha”. “Los gauchos de Salta, solos, -escribió San Martín- están haciendo al enemigo una guerra de recursos tan terrible que lo han obligado ha desprenderse de una división con el sólo objeto de extraer mulas y ganado”. En carta a Belgrano, el propio Güemes caracteriza a sus “infernales” diciendo: “mis guerrillas y avanzadas les siguen, persiguen y hostilizan con bizarría y les aumenta el terror y espanto con que vergonzosamente huyen”.
Finalmente, en mayo de 1815, Güemes será designado Gobernador de la Intendencia de Salta, cargo que ejercerá hasta 1821. Se casa con María del Carmen Puch, con quien tuvo tres hijos: Martín (que llegaría a ser gobernador), Luis e Ignacio. Su matrimonio duró sólo seis años, y su esposa lo acompañó todo momento.
[pic 3]Martín Güemes y su esposa Carmen Puch
Güemes fue fervoroso partidario de la declaración de la independencia. Posiblemente sea ésta la causa del inicio de una fluida correspondencia y amistad con Manuel Belgrano, quedando en el olvido el desacuerdo castrense de cuatro años antes. Ambos próceres -junto a San Martín- bregaban continuamente por la definitiva liberación de España.
Las cartas conocidas abarcan de 1816 a finales de 1819, muchas de ellas escritas cada tres o cuatro días, estando Güemes en Salta y Belgrano en Tucumán (en principio por las sesiones del Congreso y además por estar a cargo de la Ciudadela, la guarnición militar tucumana de respaldo para el frente de guerra norte), al tiempo que San Martín organiza su expedición a Chile en territorio mendocino.
“He jurado defender la independencia de América y sellarla con mi sangre, estamos dispuestos a morir primero que sufrir por segunda vez una dominación odiosa, tiránica y execrable”, exclamaba Güemes cuando finalmente el 9 de julio de 1816, se declara por aclamación nuestra independencia de la corona española.
Existía otro objetivo de unión entre Güemes y Belgrano: el proyecto de monarquía incaica. Siendo ahora independientes correspondía que el Congreso de Tucumán tratara y estableciera la forma de gobierno para la nueva nación. Belgrano ya había propuesto (en la sesión secreta del 6 de julio), la coronación de un rey inca, un descendiente de aquel imperio sudamericano precolombino. Güemes comparte y apoya la divulgación del proyecto en las provincias del norte, sabiendo lo que significaba para los pobladores del lugar y del territorio altoperuano la restitución en el trono de la legítima dinastía de los Incas.
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