Marco Historico Egipto

Capítulo III Antecedentes.

Imperio antiguo (3100 a.C – 2200 a.C)

El reino antiguo comúnmente se considera que abarco el periodo de tiempo, cuando Egipto que era gobernada por la III dinastía hasta la VI dinastía (2686 a.C- 2134 a.C). Muchos egiptólogos incluyen también VII y VIII dinastías en el reino antiguo como una continuación de la administración centralizada en Menfis.

La prosperidad del imperio antiguo se mantuvo hasta la VI Dinastía, hacia el 2181 a. C ya que fue seguido por un periodo de desunión y relativa disminución cultural tras el largo reinado de faraón Pepi II cuyo reinado de noventa y cuatro años es el más largo de la historia, llego a ser demasiado anciano para gobernar con eficacia, y conviene recordar que antiguamente los reyes no solo eran jefes políticos sino además generalísimos de sus ejércitos. Quizá la vejez y la debilidad de Pepi II le incapacitase para el caudillaje militar e incluso para la administración corriente de las fuerzas armadas, mermando así la solidez el régimen centralizado. Aunque la longevidad de Pepi II no pudo ser la causa única de la caída del imperio antiguo, seguramente tuvo mucho que ver con la irrupción del periodo de anarquía.

Primer período intermedio (2200 a.C -2050 a.C)

El primer periodo intermedio, que lo fue entre el imperio antiguo y el imperio medio, duro unos cincuenta años y según el sacerdote e historiador Manetón, hubo momento en que se sucedieron setenta reyes en un lapso de setenta días. La lucha por la hegemonía entre los nomarcas o gobernantes de las regiones en que se dividió el país se resolvió finalmente con el resurgimiento de Egipto como nación unificada bajo una autoridad central.

Capítulo IV Marco Histórico.

Imperio medio (2050 a.C – 1750 a.C)

La historia del imperio medio egipcio comienza con el regreso del gobierno centralizado en las manos del faraón. Montuhotep II llego al poder contra la resistencia de los nomarcas que abogaron por mantener el régimen descentralizado.

Este período se debe destacar lo que surge en la cultura, más bien en el arte pues a los faraones ya no los representaban como dioses sino que aparecían un poco más humanizados, lo que demostraba en cierta medida que el respeto se les había perdido lentamente.

Si se produce el ascenso de nuevos dioses, sobre todo cuando Tebas se transforma en la capital de Egipto ya que las divinidades que allí se veneraban comienzan a adquirir valor para toda la civilización como sería en el caso de Amón.

Desde el Imperio Medio y en la medida en que se van generalizando los enterramientos en hipogeo, los templos funerarios se desvinculan del lugar de enterramiento convirtiéndose en construcciones independientes,

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