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Martin Luther King


Enviado por   •  22 de Marzo de 2015  •  4.159 Palabras (17 Páginas)  •  225 Visitas

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Una Obra Inacabada

PAULO AYRES MATTOS

“¿Quién se importa hoy día con Martin Luther King? ¿Quién se interesa actualmente por Martin Luther King?” Ésta fue la pregunta planteada hace casi dos décadas por Don L. Davis, Director del Instituto de Pastoral Urbana vinculado a la Universidad de Virginia, en Estados Unidos, en un excelente ensayo sobre la relevancia del pensamiento y la obra de Martin Luther King, veinte años después de su muerte, cuando el tercer martes del mes de enero se convirtió en feriado nacional norteamericano, para celebrar la fecha de su nacimiento, el 15 del mismo mes . El argumento central del ensayo de Davis está relacionado con la dura constatación de que la mejor manera de vernos libres del legado de la vida del gran activista social norteamericano en pro de los derechos civiles de la población negra ha sido la creciente veneración de que es objeto por parte de la elite norteamericana, y me atrevería a decir de todo el mundo, en la misma medida en que los principios, valores y estrategias que orientaron su práctica revolucionaria son negados en el cotidiano de las relaciones sociales. El Dr. Davis decía en aquel entonces, al citar uno de los biógrafos de King:

“Los mismos congreso y presidente que aprobaron el día del nacimiento de Martin King como feriado nacional se negaron a firmar una nueva ley de derechos civiles en los años 80… ¿El presidente Reagan se habrá dado cuenta de que la mejor forma de no confrontarse con King es a través de su veneración? ¿De honrarlo por medio de un feriado que, si estuviera vivo, nunca habría aceptado? ¡Es mucho más fácil honrar a un héroe muerto que reconocer y seguir a un profeta vivo! La mejor manera de escapar de cualquier desafío es exaltar y adorar la fuente concreta de la cual se originó tal desafío”.

Nos reunimos aquí en este espacio del Memorial de América Latina, construido para celebrar y comprometernos con nuestro destino latinoamericano común, para más una vez honrar la memoria y la lucha de uno de los mayores seres humanos que el siglo XX tuvo la oportunidad de ofrecer a todas las generaciones – Martin Luther King Jr. Pero, ¿qué nos trajo aquí? ¿Realmente nos importamos con su vida y obra? ¿Realmente habrá algún interés de nuestra parte al comprometernos, por lo menos de una vaga manera, con los mismos valores y principios que lo convirtieron en un ardoroso luchador por la erradicación de las injusticias no sólo en su país, sino en otros rincones del mundo? ¿Qué nos motiva a realizar esta III Semana Martin Luther King?

En esta sesión de apertura de esta importante realización del Palas Athenas me propongo a presentar una reflexión sobre la trayectoria de un hombre que siempre tuvo la seguridad de que su obra era anterior a sí mismo y que no estaría terminada en el momento de su muerte. El día anterior a su asesinato, en la conclusión del discurso pronunciado frente a los huelguistas de los servicios de alcantarillado de la ciudad de Memphis, en el Estado de Tennessee, utilizando la alegoría bíblica que dice que Moisés había visto de lejos, desde la cumbre de la montaña, la tierra prometida en que su muerte no podría entrar, King afirmó:

¿Qué me harían algunos de nuestros enfermos hermanos blancos? Bien, no sé qué me pasará ahora. Tenemos arduos días frente a nosotros. Pero esto no me importa ahora. Porque he estado en la cumbre de la montaña. Y no me importo. Como cualquiera, me gustaría vivir una larga vida. Longevidad es algo bueno. Pero no estoy preocupado con ella ahora. Lo único que deseo es cumplir con la voluntad de Dios. Y Dios me ha permitido llegar a la cumbre de la montaña. Y yo la he contemplado – la tierra prometida. Tal vez no ingrese a ella acompañándolos a ustedes. Pero esta noche quiero que sepan que, como un pueblo, vamos a entrar en la tierra prometida. Y por esto me siento feliz esta noche. No temo nada. Ningún hombre me hace sentir miedo. Mis ojos vieron la gloria del Señor.

Esta profunda convicción de que su obra era mucho mayor que él mismo convirtió a Martin Luther King en un símbolo para todas las personas que en cualquier parte luchan por la superación de todas las formas de exclusión y discriminación. La obra de su corta vida murió antes de que cumpliera cuarenta años de edad, pero es y siempre será una referencia mayor en todas las partes en que hombres y mujeres estén comprometidos con la construcción de una sociedad más justa y fraterna.

¿Pero quién fue este Martin Luther King? Permítanme presentarles algunos trazos que considero importantes en su trayectoria desde Atlanta, donde nació, hasta su martirio en Memphis. King nació el 15 de enero de 1929. Como su padre, se convirtió en pastor bautista y fue ordenado cuando tenía solamente 19 años de edad, cuando también se graduó en sociología en la renombrada facultad negra Morehouse Collage. En esta época King por primera vez entró en contacto con la vida y obra de Mahatma Ghandi, y desde entonces pasó a estudiar con seriedad sus enseñanzas sobre la no violencia como estrategia para radicales cambios sociales.

Su carrera académica se desarrolló primero en el Seminario Teológico Crozer, en Pennsylvania, donde se graduó en teología, y luego en la Facultad de Teología de la Universidad de Boston, donde recibió el título de doctor en filosofía en el área de teología sistemática. En Boston, bajo la orientación del teólogo metodista Harold De Wolf, fue introducido a la filosofía del personalismo, una escuela filosófica norteamericana que afirma el valor fundamental de cada ser humano como tal.

Convicto de que a obra na qual se engajara era maior do que ele mesmo

La formación religiosa de King ocurrió dentro de un hogar y una iglesia fuertemente arraigados en la vibrante tradición evangélica negra norteamericana. A lo largo del tiempo las iglesias negras, sobre todo las bautistas y metodistas, se convirtieron en espacios de resistencia y lucha contra el racismo y la segregación racial en Estados Unidos. Ellas se nutrieron con la aplicación de las enseñanzas bíblicas a la sufrida vida cotidiana de la población afroamericana, tanto antes como después de su emancipación, lo que se expresa tan bien en los cánticos de los Negro Spirituals. Esta formación religiosa fue fundamental para el desarrollo, no sólo de su teología, sino sobre todo de una fuerte espiritualidad que se manifestó de modo particular en su práctica social. King se inserta en una tradición religiosa afroamericana extremadamente amplia y rica, en la que resistencia y lucha por la libertad se conjugan a través

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