Mercado Musquiz

El mercado Múzquiz de San Ángel, con su cerca de medio siglo de fundado, el 12 de noviembre de 1858 ahora luce las paredes de sus portales el hermoso mural del pintor Ariosto Otero, en el que se muestran escenas de un México orgulloso de sus raíces frente al avance de la globalización y el riesgo de la perdida de la identidad mexicana.

De Principio es inevitable notar esa obra, que ahora caracteriza de forma poderosa la imagen de ese centro de abasto, quizá uno de los mas representativos de la cuidad, donde flores, frutas y carnicerías producen un repertorio de aromas y recuerdos de un México que todos conocieron o llegaron a vivir en algún momento de su existencia, pero que lamentablemente las generaciones futuras podrían nunca experimentar.

El mercado Múzquiz llamado así porque se ubica entre revolución y la calle Melchor Múzquiz, casi en San Ángel, esta apunto de cumplir 50 años de inaugurado, pero ya antes de ser un centro establecido existía como tianguis, por cuyos puestos Diego Rivera se paseaba mientras que Frida Kahlo compraba flores.

Salvador Chávez Olmero abre su puesto de canastas todas las mañanas, igual que como lo empezó a hacer hace 60 años; en ese entonces los locales eran de madera y no existía la placa que ahora puede ver todo los días desde el banco en el que se sienta a esperar clientela este comerciante de 85 años.

El mercado Múzquiz es una imagen artística, histórica y cultural, ya que entre sus paredes y puertas se encierra toda clase de historias, a través de los años.

Aun teniendo tanta historia, el mercado no esta en optimas condiciones, al entrar y observar los techos y paredes, notamos que lo tienen descuidado y sucio. Los puestos no tienen orden y llega a parecer que están sucios.

Se encuentra una gran variedad de frutas y verduras acomodadas vistosamente en canastas, variedad de flores, especies aromáticas, plantas para infusiones medicinales, jarcierias con canastas, bolsas, estropajos, etc. Carnicerías, pescaderías y cremerías.

Cuenta con pequeñas fondas donde se puede saborear sabrosas e higiénicas comidas caseras. Tiene un color amarillo con vigas color azul por dentro, por fuera observamos un color rojo oscuro.

Los vendedores tienen espíritu libre, andan de aquí por allá, intentando conseguir clientela. Siempre con una sonrisa en la cara y con el animo elevado, mostrándote todo lo que te pueden ofrecer, así rechaces sus ofertas, se despiden amablemente, esperando que regreses.

Llegan todo tipo de clientes al mercado, desde la ama de casa, que llega con un aire de miedo por no saber con quien trata y un poco por inseguridad, el trabajador, que tiene unos minutos para comer, y quiere ese sabor casero en el paladar, hasta gente de servicio que va por esas frutas y verduras frescas para preparar la comida del día, o simplemente gente que va por gusto y a observar, pero nunca salen con las manos vacías.

La tradición de este mercado tan pintoresco, es que para todas costumbres y festividades, tiene productos para todo tipo de gente.

Existen todo tipo de favores y trueques entre comerciantes, no falta al que le piden cambio y no tiene,

...