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Mestizaje En América


Enviado por   •  13 de Febrero de 2014  •  1.224 Palabras (5 Páginas)  •  233 Visitas

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El hecho clave para la aparición de la población mestiza fue la escasa presencia de mujeres blancas en los primeros años de la conquista de América. A pesar de que, al menos desde el tercer viaje de Cristóbal Colón (1498), ya hubiera algunas mujeres españolas en las nuevas tierras y de que estas estuvieran presentes en algunas expediciones como la de Hernán Cortés a México (1519-1521), la de Pedro de Mendoza al Río de la Plata (1536) o la de Pedro de Valdivia a Chile (1541), su número no era representativo y, en la mayoría de los casos, las empresas de exploración y conquista fueron exclusivamente masculinas.5

Según el historiador Luis Ernesto Ayala Benítez, entre los factores históricos fundamentales que propiciaron el mestizaje, se pueden citar, en primer lugar «la falta de mujeres españolas en los primeros tiempos de la conquista», sumado a « la existencia de factores de prestigio y posición favorables a la unión de la mujer india con el español» y « el número reducido de familias de origen asentadas en suelo americano durante las primeras fases del poblamiento hispánico, o ibérico en general, de aquel continente».6

Según Garciadiego la baja extracción de los conquistadores emigrantes sumado al hecho de que eran muy pocas las mujeres españolas existentes en Indias fue lo que influyó grandemente en el fenómeno del mestizaje.7

Esta escasez de mujeres europeas durante los primeros años de la conquista, hizo que los conquistadores españoles generaran, con las mujeres indias nativas de cada zona, a través del rapto, la violación y el amancebamiento, una nueva población mestiza.8

Aunque hubo casos en los que los españoles se casaban con indias, en la mayoría de las ocasiones se ponía en práctica una costumbre herencia de un hábito practicado desde la Edad Media en España: la barraganía. El hombre se hacía responsable de la barragana y de los hijos habidos con ella, pero la mujer no podría gozar de los derechos propios de una esposa (como el de la herencia).9

Según el historiador Jesús Bustamente:10

El proceso de conquista y los primeros años de la colonia se caracterizaron por una situación sociológica muy especial. El escaso porcentaje de mujeres blancas, unido a la propia situación de un grupo victorioso dominando sobre una amplia masa poblacional nativa, favoreció lógicamente la existencia de una altísima proporción de relaciones «no legítimas» (a pesar de los esfuerzos de la Corona por evitarlo). Aunque esta situación fuera coyuntural, lo cierto es que parece haber sido decisiva en la generación de unas pautas de comportamiento que modelaron las relaciones sexuales y sociales y la estructura familiar a lo largo de la colonia.

Las relaciones «libres», estables o temporales, de blancos con mujeres indígenas, se siguieron manteniendo como norma aceptada incluso cuando, a finales del siglo XVI, se equilibró el porcentaje de mujeres de origen europeo dentro del grupo dominante. Ello afectó a la estructura familiar, ya que junto al núcleo «legítimo» pervivieron otro u otros núcleos no legitimados, pero relativamente estables. La situación se complicó por la práctica del «reconocimiento »de los hijos naturales, ampliamente desarrollada desde los primeros años de la conquista.

Estos hábitos no sólo favorecieron el mestizaje, sino el desarrollo de una sociedad de «castas» en el sentido hispánico. La fuerte jerarquía establecida entre los diferentes grupos, puros o mezlados, que en teoría venía a coincidir con la jerarquización social, favoreció paradójicamente las uniones entre los distintos grupos, contribuyendo al propio tiempo a extender las relaciones ilegítimas.

El conquistador español[editar]

Gonzalo Guerrero, considerado el Padre del mestizaje, se supone que fue el primero en tener descendencia con los indígenas del Nuevo Mundo.

El mestizaje fue realizado casi exclusivamente por los varones españoles, nunca por las mujeres, lo cual es prueba de que no se trataba de una ausencia de prejuicios raciales.

El español conquistador blanco era la minoría y los amerindios la mayoría. Los primeros impusieron su religión, sus costumbres y su sistema de creencias. Los últimos fueron sometidos y forzados a abandonar sus creencias, sus hábitos y costumbres.8

El relato de Michel de Cúneo, uno de los hombres de Colón, es explícito:11

Mientras estaba en la barca, hice cautiva a una hermosísima mujer caribe, que el susodicho Almirante me regaló, y después que la hube llevado a mi camarote, y estando ella desnuda según es su costumbre, sentí deseos de holgar con ella. Quise cumplir mi deseo pero ella no lo consintió y me dio tal trato con sus uñas que hubiera preferido no haber empezado nunca. Pero al ver esto (y para contártelo todo hasta el final), tomé una cuerda y le di de azotes, después de los cuales echó grandes gritos, tales que no hubieras podido creer tus oídos. Finalmente llegamos a estar tan de acuerdo que puedo decirte que parecía haber sido criada en una escuela de rameras.

El dominador imponía sus deseos y su voluntad a la manceba india con la que tendría sus hijos mestizos. A falta de una esposa blanca, esta india le molerá el maíz, le recogerá la yuca, le preparará la comida, le coserá la ropa, le hilará, le limpiará el rancho, le permitirá una sexualidad desenfrenada y le dará hijos ilegítimos.

Desenfrenada porque en el Nuevo Continente se podían hacer cosas que en el Viejo resultaban imposibles. En este se bastardeaba la noción europea de familia, la vida se relajaba de las costumbres europeas, ser hijo bastardo era la norma, se comía diferente y se vivía diferente. En América no era necesario estar casado ante los ojos de dios y se podían tener varias concubinas a la vez. El escritor Bernal Díaz cuenta sobre un tal Alvarez que había tenido treinta hijos en sólo tres años.5

El clérigo Martín González, escribía en 1566:

Querer contar e anumerar las indias que al presente cada uno tiene, es imposible, pero paréceme que hay cristianos que tienen a ochenta e a cien indias, entre las cuales no puede ser sin que haya madres y hijas, hermanas e primas; lo cual, al parecer, es visto que ha de ser de gran conciencia.

Otro ejemplo explícito es el de un español que decidió reconocer a sus hijos y dejó un testamento, en el que da cuenta de como todas las mujeres de su casa le pertenecían sexualmente. Escribió Domingo Martínez de Irala:5

Digo y declaro y confieso que yo tengo y Dios me ha dado en esta provincia ciertas hijas e hijos que son: Diego Mar­tínez de Yrala y Antonio de Yrala y doña Ginebra Martínez de Yrala mis hijos y de María, mi criada, hija de Pedro de Mendo­za, indio principal que fue desta tierra; y doña Marina de Yrala, hija de Juana mi criada; y doña Isabel de Yrala, hija de Águeda mi criada; y doña Úrsula de Yrala, hija de Leonor mi criada; y Mar­tín Pérez de Yrala, hijo de Escolástica mi criada, e Ana de Yrala, hija de Marina mi criada; y María, hija de Beatriz, criada de Diego de Villalpando, y por ser como yo los tengo y declaro por mis hijos y hijas y por tales he casado a la ley y a bendición según lo man­da la Santa Madre Iglesia: a la dicha doña Marina con Francisco de Vergara, y dicha doña Isabel con el capitán Gonzalo de Men­doza; y a la dicha doña Ginebra con Pedro de Segura; y a la dicha doña Úrsula con Alonso Riquel de Guzmán, a los cuales he dado sus dotes conforme a lo que he podido.

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