Mexico De 1987 A 1910
jcaraiza27 de Noviembre de 2012
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Francisco Pimentel escribe una obra refiriéndose principalmente al problema de la tierra partiendo de un principio: “el mejor gobierno es el que gobierna menos por lo que sus atribuciones han de ser limitadas”, a su vez reprueba la legislación económica, ya que por el contrario la falta de legislación favorece la libertad económica que es aun más importante que la libertad política.
La legislación arruina la economía porque entorpece la producción y la circulación mediante reglamentos sobre el trabajo, las alcabalas, aduanas y las disposiciones que en genera impiden la libre concurrencia.
A la vez que son reprobables los monopolios, el diezmo y exenciones de cargas impositivas normales, igualmente repudia las disposiciones tendientes a favorecer a quienes estaban en inferioridad económica.
Considera que le valor físico, intelectual y moral de los hombres no es igual en todos los casos. No puede darse el progreso sin la división de trabajo y esta implica desigualdad.
Los españoles formaron un sistema “iliberal” reglamentando la comunidad y creando gravámenes sobre consumo, materias primas, comercio exterior, entre otros.
Parque México no fuera colonizado poco a poco por los Estados Unidos debe de traer inmigrantes europeos mediante la colonización pero sin introducir esclavos negros, y además liberalizar el sistema asegurando la propiedad y la libertad en el trabajo, esto mejoraría la población.
Se preguntaba “¿Quién tiene la culpa de la pereza, de la imprevisión, del despilfarro de nuestra clase pobre?” a lo cual se respondía: el mismo jornalero indígena. Se gasta gran parte del sueldo en aguardiente, en lugar de llevárselo a la familia, contrae matrimonio sin calcular si puede o no educar a sus hijos, es indolente y, sólo está motivado por la necesidad inmediata.
Las razones que menciona Pimentel, no obstante, son las mismas que terratenientes, colonizadores, y criollos esgrimieron por siglos en contra de los indígenas, por el simple hecho de que se negaban a trabajar porque no recibían a cambio una remuneración justa.
El daba otras razones para demostrar por qué era necesario buscar un “remedio” para la situación de los indígenas. Pensaba que de acuerdo a como eran ellos, México no podía aspirar a ser una Nación.
No podía serlo, si existían dos mundos completamente distintos, el de los blancos y el de los indígenas, si ambos profesaban creencias diversas, e incluso si hablaban distintos idiomas.
Era necesario “homogenizar” el país y pensaba, que los indígenas, ya que eran una especie de “enemigos” del resto del país, siempre listos y al acecho para alzarse en armas cuando quisieran, era imprescindible prestarles atención a estos problemas.
Que como la historia había demostrado los indígenas habían participado en muchas guerras anteriormente y que por tanto siempre podían volver a levantarse en armas. Se pregunta Pimentel, entonces, qué hacer con ellos. Si se debía exterminarlos, como había hecho el gobierno norteamericano o reformarlos.
Su respuesta era que no había necesidad de hacer lo primero, siempre que con la inmigración europea pudiera llegarse a lograr lo segundo. A través de la mezcla racial, el indígena dejaría de ser indígena para ser primero mestizo y luego blanco. Afortunadamente, decía:
“Hay un medio con el cual no se destruye una raza sino que sólo se modifica, y ese medio es la transformación. Para conseguir la transformación de los indios lo lograremos con la inmigración europea”
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