Mirador Del Cerro Perico En Alamos

Ubicado en la punta del Cerro El Perico, tiene un kiosco desde el cual se puede apreciar todo el valle incluido el pueblo de Álamos.

Los paseos turísticos por el mirador que se encuentra en el cerro El Perico, muy cerca de la Plaza de Armas, que dada su altura, para llegar hay que rodear, circulando por un camino empedrado, los barrios de Tacubaya y Crucecitas.

Antes del atardecer ascendimos al mirador del Cerro del Perico. El pueblo destella brillos dorados en el ocaso y abajo se distingue la Plaza de Armas, el Palacio Municipal y la Parroquia de la Purísima Concepción. Cierra los ojos y alcanzarás a escuchar los pasos y las voces de la gente terminando el día. Sentirás cómo Álamos está vivo.

Desde las alturas resalta la imponente Sierra de Álamos-Río Cuchujaqui, un área natural protegida, que tiene la peculiaridad de poseer tres microclimas, desde el tropical hasta el templado, y una variedad excepcional de flora y fauna. De aquí fluyen los ríos que sostienen los ecosistemas de la zona.

Con motivos de las obras que aumentan el caudal de agua que surte a la población de Álamos, Sonora se detecto en El Cerro del Perico una cueva tapiada con disimulo; oradado el falso muro se hallaron en un nicho cuatro pliegos manuscritos envueltos en ejemplares del periódico alamense El Hijo del Fantasma del día 2 de enero 1910 queda cuenta de la próxima visita de Francisco Madero a la ciudad.

Subsecuentes exploraciones con equipo apropiado revelaron unos peldaños que dan a un largo túnel que desemboca en la noria del patio sur de la casona principal frente a la plaza de armas, justo en una entrada enladrillada a metro y medio por abajo del brocal.

La difícil caligrafía y la palidez del manuscrito dieron por resultado una trascripción provisional puesta al día la ortografía y la puntuación que reza así:

“Teresa Urrea, Clifton, Arizona, 2 de enero de 1906, queridos primos Anselmo y Justina: He decidido morir con los ojos abiertos. En los últimos meses, mis achaques se han recrudecido pero he recuperado las visiones que temí perder al dejar Cabora. La gracia del cielo me ha dado claridad, fuerza y sosiego para comunicar la voz interior que dicta lo que ve venir:

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