Museo Judio De Berlin

PS – 017

Alfredo Lapo G.

Museo Judío de Berlín, espejo de un holocausto

El holocausto representado por la persecución y aniquilación de los judíos en todos los países ocupados por el ejército alemán, duro alrededor de cuatro años. Para poder llevar a cabo tan malévolo plan, fue que se diseñaron los campos de exterminio, unos lugares específicamente diseñados para el asesinato que prometía alcanzar esa “purificación” que tanto difundía la propaganda nazi. Quizás lo mas repulsivo e indignante, es que ese delito haya sido concebido por mentes instruidas, por asesinos, que desde sus escritorios planearon experimentos genocidas. Ya con esto se iniciaron las deportaciones de judíos utilizando cualquier pretexto, llevándolos con engaños y a la fuerza hasta el paredón de fusilamiento, la cámara de gas y los hornos crematorios.

Centenas de pueblos fueron despojados de sus habitantes, comunidades enteras borradas de la faz de la tierra. Un futuro hecho cenizas. Toda una generación que se fue…

Nuestra mente escucha las cifras, examina los hechos y se resiste a entender que se refieran a seres humanos. Todo esto parece increíble, pero mucho mas lo es pensar que todo esto haya podido llegar a integrarse física y espiritualmente en un entorno artificial, es decir, un museo; tanto así que se puede decir, que este espacio se ha convertido en un reflejo palpable de lo que vivieron los judíos en Berlín.

Conocer un museo que representa, que encarna y que muestra los horrores del Holocausto es en si conmovedor. El Museo Judío de Berlín, obra del arquitecto Daniel Libeskind es único por envolver un contenido que quita la respiración. Este museo tiene un concepto muy escultórico, de forma que la obra resulta, tanto al exterior como desde el interior, fuertemente expresiva; llena de simbolismo, cuyas líneas y forma quebrada del edificio transmiten de por sí la expresión de una dolorosa tensión, una tensión que muestra la siniestra historia de los judíos en Alemania.

En la fachada del edificio, un sin número de líneas que parecen querer mostrar al visitante las heridas de un pueblo tantas veces perseguido, y que sobre todo desbordan recuerdos de impotencia, una impotencia que marco a toda una cultura con cicatrices.

Existen lugares concretos que son el centro de todo el simbolismo que marca este original edificio. Uno de ellos es un callejón llamado “ Vacio vacio” que tiene todo el suelo cubierto por caras de acero, caras con miradas y gestos de gritos desgarradores, que se hacen mas evidentes y penetrantes al pasar sobre estas; todo un lamento estridente dentro de cuatro paredes, y envuelto por una oscuridad espesa y absoluta que solamente puede ser comparada con la de una tumba.

Ahora bien, ¿cuál puede ser la razón, o tal vez la justificación,

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