NACIONALIZACION BANCARIA 1982

CIDE

DANIE ANTONIO VÁZQUEZ HERRERA

NACIONALIZACIÓN, ¿DE QUIÉN FUE LA RESPONSABILIDAD?

“He expedido en consecuencia, dos decretos, uno que nacionaliza los bancos privados del país y otro que establece el control generalizado de cambios […] Es ahora o nunca. Ya nos saquearon. México no se ha acabado. No nos volverán a saquear” . Con estas palabras, seguidas de aplausos protocolarios, como los de Miguel de a Madrid , José López Portillo hizo un último intento por recuperar el mando de la política económica y para salvar su imagen en la historia del país como Presidente de la República .

Después de este discurso ante cientos de empresarios y los 500 diputados de ese momento, las reacciones no dejaron esperarse. En todos los medios y en todos los sentidos se expresaron tanto miembros de la banca y del empresariado, como miembros de los sindicatos y de la población civil.

Mientras en el diario El Universal, la hija del dueño de Bancomer, Amparo Espinosa de Serrano publicaba “testimonio de una hija” para aclarar que era injusto expropiar el banco de su padre, pues ella lo había visto esforzarse cada día de su vida en su trabajo y ser siempre el primero en llegar y el último en irse de la oficina , en otros medios algunas organizaciones gremiales saludaban la medida del presidente con gusto . Al respecto, el semanario Proceso publicó un reportaje sobre el tema bajo el título “La nacionalización de la banca, respuesta a la demanda popular” y en la revista Nexos, Carlos Monsiváis se referiría a la banca nacionalizada como “la mentalidad capitalista o El Evangelio según San Bancomer” y la acusaría de ser una de las causantes de la gran crisis iniciada en 1981. También la población civil demostraría su gran animadversión hacia uno u otro agente, banca y gobierno. Como bien lo recuerda el secretario de hacienda de José López Portillo, Jesús Silva-Herzog, la gente en esos años vivía muy bien, viajaba a Europa y compraba muchos artículos de lujo , en ese sentido, este sector de la población se sentía descontento con la política económica del presidente López Portillo, pero había otro gran sector de la población que aunque también mostraría su descontento hacia la política económica, estaría motivada precisamente por no tener ninguno de estos privilegios. A este sector de la población Aguilar Camín se refirió como “el México jodido, el tragafuegos junto a la ventanilla del chrysler, el limosnero adicto al cemento a la salida del perisur, los miles de niños muertos por desnutrición antes de que pudieran arañar siquiera los beneficios del baby food” . Ya para 1981 el descontento era inevitable e inocultable. Desde la sociedad más empobrecida nacía un gran rencor hacia el gobierno y hacia la banca, como lo va a demostrar la película El mil usos, en la que un hombre de escasos recursos no puede acceder a un crédito agrario por ser pobre o no puede comprar un litro de leche y sólo puede adquirir un vaso de pulque para alimentar a su hijo .

Treinta y un años después de la nacionalización bancaria, a la que Manuel Espinosa Yglesias, ex dueño de BANCOMER se refiere como estatización, pues desde su visión los bancos ya eran nacionales por tener capital nacional, las acusaciones hacia el gobierno son las únicas que sobreviven. Desde la visión empresarial y académica, fue el gobierno el único responsable de la crisis de esos años y mediante la nacionalización bancaria “el único resultado que otorgó al país fue una crisis de varios años y una futura banca extranjerizada” . El ex director general y ex presidente de BANAMEX acusa al gobierno lopezportillista de haber hecho “un manejo de la economía terrible y verdaderamente faraónico” e incluso los propios funcionario del sexenio acusan al presidente de no hacer caso a sus recomendaciones. La hipótesis que sostiene este ensayo es que ni el presidente López Portillo es el único responsable de la crisis económica de finales de su sexenio ni tampoco el sector privado es el causante de esa crisis, sino que ésta se produjo como consecuencia de graves errores cometidos por ambas partes y una situación global desfavorable para la economía mexicana.

Antecedentes de la crisis económica de 1981-1982

En el libro Estatización Bancaria en México, Eduardo Turrent Díaz señala que José López Portillo tenía la idea de nacionalizar la banca desde el primer año de su mandato al respecto refiere que “en mayo de 1977, (López Portillo) consignó que se sentía la absurda, informe oposición de la banca privada e inclusive percibía que los banqueros fortalecen la lucha en favor de la dolarización de la economía. De confirmar esta tesis, tendré que preparar la nacionalización de la banca” . Veintidós años más tarde, López Portilo confirmaría nuevamente sus ideas nacionalistas en una entrevista con el escritor Jorge Castañeda. En dicha entrevista, el expresidente respondió que desde 1977 tenía el objetivo de nacionalizar la banca, pero que no fue sino hasta 1981 que se dieron las condiciones críticas para esta medida. Entendamos cuáles eran esas causas críticas.

Aunque es claro que el ex presidente no tenía dentro de sus planes que el país viviera una crisis económica como la de 1981 para expropiar la banca, lo cierto es que la medida de expropiar un sector tan poderoso como el bancario requería de una situación política o económica extraordinaria. En otro momento esa decisión habría sido impensable e improcedente, por ejemplo en 1979 o 1980, años de mayor expansión de la economía mexicana.

Hacia el año de 1976 la economía mexicana padecía una de sus peores crisis políticas y económicas. Al respecto, Carlos Elizondo señala que al final del gobierno de Luis Echeverría se “rompió el pacto con los empresarios” . Nacía un conflicto entre el gobierno que promovía el “capitalismo nacionalista” y el sector empresarial, en especial con los extranjeros. Giulio Chiesa Moretti, un empresario farmacéutico de origen italiano y ahora profesor del ITAM, señala que en esos años el presidente se encargaba de obstaculizar sus planes de inversión y que en una ocasión frustró sus intentos de instalar una línea telefónica para su planta en Tlaxcala durante más de ocho semanas . Al finalizar el sexenio echeverrista, López Portillo asume el cargo de presidente de la República y lanza un llamado a todos los sectores a iniciar una alianza para la producción en la que figuraría el sector privado como impulsor de la recuperación y promotor del empleo. El Plan era incrementar la producción para a su vez generar empleo. El sexenio comprendería tres periodos de dos años cada uno. El primer

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