Orden colonial en la economía mundo capitalista

UNIVERSIDAD DEL CAUCA
FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS Y SOCIALES
DEPARTAMENTO DE HISTORIA
Asignatura: Orden colonial en la economía mundo capitalista.
Profesor: William Jiménez
Semestre: V
Estudiantes: Isabela Farfán, Wilmer Tabi, María Alejandra Ruíz

DESARROLLO TALLER III

1. En cada provincia de imperio la administración había llegado a estar manos de un pequeño aparato de poder colonial, compuesto por una élite criolla-letrada, grandes propietarios y eclesiásticos, unos pocos funcionarios de la península, con muchos años de servicio y los grandes mercaderes dedicados a la importación, Prevalecía la venta de cargos en todos los niveles de administración. La gestión de la acuñación, la recaudación de alcabalas y la titularidad de alcaldías mayores y corregimientos se arrendaban a comerciantes de las capitales virreinales y provinciales que controlaban el comercio de importación y la concepción de créditos. Eran los clericós, religiosos, y seculares, más que los delegados formales de la Corona. El que ejercía la autoridad real en la sociedad desempeñando el papel de dirigentes intelectuales y espirituales de la élite y de consejeros y guardianes de las masas.
   Después se orientó hacia un programa de reformas elaborado en el nuevo sistema de gobierno económico para América, como parte del proyecto económico de Bernardo Ward, donde se encontraban argumentos para el regreso de la práctica de visitas generales, a la que seguiría la instauración de intendencias permanentes. También avisos contra el poder excesivo de la Iglesia, toda una revolución administrativa del imperios, iniciada por soldados y funcionarios enviados desde la península, un proyecto que fue llamado como la reconquista de América.
   Un primer paso fue la provisión de una fuerza militar adecuada, como salvaguardar contra ataques extranjeros y levantamientos internos, afianzando las fronteras del imperio americano, una operación expansionista.
   La monarquía reivindicaba su poder sobre la Iglesia cuando en 1767 decretó la de todos los jesuitas de sus dominios. También se desafió el principio básico la inmunidad clerical frente a cualquier jurisdicción real.

La innovación clave fue el nombramiento de una burocracia fiscal y asalariada y el establecimiento de nuevos monopolios de la Corona.
Los principales afectados con esta reforma fue la élite criolla, el ámbito eclesiástico y los mercaderes, y algunos funcionarios peninsulares, los españoles americanos.

Las nuevas reformas favoreció más a una administración nueva compuesta por soldados y funcionarios enviados desde la península como José de Gálvez, que como visitador general, supervisó y reprimió las revueltas para defender estas medidas. La recompensa a esta notable energía administrativa fue un puesto en el consejo de Indias, seguido de un nombramiento vitalicio como secretario de Indias, y con la creación de un nuevo cargo judicial para sustituir a los virreyes como presidentes de las audiencias, se completó con el traslado de los regentes y algunos oidores veteranos al consejo de Indias, que por primera vez, venían a tener una alta proporción de miembros con experiencia en el impeior americano. De esta forma se observa la formación de una verdadera burocracia judicial, cuya autonomía respecto a la sociedad colonial se basaba en su procedencia española.

1. El principal objetivo con sus reformas fue un cambio en las relaciones con las colonias fortaleciendo el poder administrativo, económico y político. La innovación clave fue el nombramiento de una burocracia fiscal y asalariada y el establecimiento de nuevos monopolios en la Corona.
   En América se iba a fomentar tanto la minería de plata como la agricultura, ya que las colonias se consideraban como un gran mercado sin explotar para la industria española su población, especialmente los indios, era el tesoro de la monarquía.
   Si España quería obtener beneficios de sus posesiones americanas, primero era necesario desbancar a las manufacturas extranjeras y al contrabando de su papel preeminente en el comercio Atlántico y después desalojar a la alianza mercantil de su posición dominante en las colonias. Claramente, en la mayoría de las zonas del imperio era la economía de exportación la que ofrecía las mayores rentas a la Corona.  
2. Los sectores más atacados fueron los comerciantes extranjeros que mantenían el contrabando en los puertos coloniales, se debilitó el poder económico de las grandes casas importadoras y como ya se mencionó antes el sector eclesiástico,
   El resultado fue un cambio trascendental del equilibrio geopolítico del continente, puesto que Lima que ya había visto su monopolio comercial por la apertura de la nueva ruta comercial del cabo de hornos y que había sudo la antigua capital de todo el imperio de Sudamérica, sufrió una severa perdida de categoría, por el establecimiento de un nuevo virreinato con capital en Buenos Aires.
   Se presentaron revoluciones como la comunera en 1781 en Nueva Granada, así mismo se presentó la rebelión de Tupac Amaru en Perú.
   También se avanzó en el incremento de la producción de la plata mediante extensiones de impuestos y reducciones en los costes materiales del monopolio, como el mercurio y la pólvora.
   Con la promulgación del decreto de libre comercio de 1778, resultó ser una breve edad de oro para el comercio colonial, ya que el resultado de este flujo fue por supuesto una crisis comercial. Por todo el imperio los precios se derrumbaron y decrecieron los beneficios a medida que los mercados se saturaban con las importaciones, muchos comerciantes se arruinaron y otros consiguieron cortar sus pérdidas retirándose del comercio transatlántico y prefirieron invertir su capital en la agricultura y la minería.
   Por otro lado el metal precioso fue desapareciendo de la circulación local a medida que se exportaban grandes sumas para financiar la corriente creciente de importaciones europeas.
   En España se excluyó a la aristocracia de los altos consejos del estado, la creación de secretarías de estado redujo el papel de los consejos tradicionales a funcionarios de asesoramiento y judiciales. También se sustituyó el viejo sistema de tercios por regimiento de estilo francés, equipados con paquetes y bayonetas, otras reformas marcaron el inicio de un nuevo ejército un cuerpo de guardias reales con servicio en Madrid, unidades distintas de artillería e ingenieros y la formación de una clase de oficiales de carrera.
   Los ministros nombrados después de 1766 fueron mateístas, letrados que no habían podido entrar en lo socialmente prestigioso, los borbones confiaron más en una nobleza funcionaria, concediendo títulos a sus servidores de confianza, tanto calidad de recompensa como para reforzar su autoridad.    

La tradición regalista del derecho canónico, con su inasistencia en los derechos de la Iglesia nacional frente a las demandas de la monarquía papal y su afirmación del papel eclesiástico del rey como vicario de Cristo, en el que el papado cedía a la Corona el derecho de nombramiento de todos los beneficios clericales a España. Se da la expulsión de Jesuitas de los dominios españoles ya que consideraba a las órdenes religiosas más como una carga de la sociedad, que como fortaleza espiritual.

1. En las capitales de provincias fue donde la reforma tuvo impacto mayor porque, aquí los intendentes desarrollaron su máxima actividad pavimentando las calles, construyendo puentes y cárceles, reprimiendo desordenes populares. Asistido por un consejero legal y por funcionarios de tesoro, el intendente era prueba viva de nuevo vigor ejecutivo. El agente decisivo que había detrás del crecimiento era una élite empresarial compuesta por comerciantes, plantadores y mineros fueron unos pocos hombres de negocios coloniales, emigrantes peninsulares, criollos, el que aprovechó las oportunidades que ofrecía la apertura de nuevas rutas comerciales y los beneficios fiscales que proporcionaba la Corona, los comerciantes apoyaron el desarrollo de las minas y de las plantaciones y a veces, invirtieron capital en la producción para la exportación.
   La obra maestra de la era borbónica en América fue sin duda la industria de la minería de plata mexicana.
   Al mismo tiempo se inició una política de garantizar exenciones de impuestos y ofrecer reducciones para la renovación o iniciación de nuevas empresas de alto riesgo, que requerían una gran inversión de capital.
   La existencia de un riguroso sistema de intercambio que consistía en relaciones basadas en el trueque dentro de los pueblos o entre ellos; y en sus líneas más rentables incluían la distribución interregional y a larga distancia de manufacturas, ganado y cosechas tropicales.
   En resumen, la postración de España, combinada con el firme crecimiento de la población colonial permitió la aparición de una economía claramente americana, basada en el intercambio interregional y a larga distancia de alimentos, metales preciosos y manufacturas y con ciudad de México y Lima actuando como centros predominantes de esta red comercial.

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