Pensamiento Politico Latinoamericano
leonardoavila16 de Octubre de 2013
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INDICE
Pág.
INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………… 1
Pensamiento Político de Simón Bolívar…………………………...…………………. 2
Pensamiento Político de Simón Rodríguez…………………………………………... 5
Pensamiento Político de Francisco de Miranda……………………………………… 7
Pensamiento Político de Bernardo O’Higgins……………………………………….. 9
Pensamiento Político de Francisco de Paula Santander……………………………… 12
Pensamiento Político de San Martín…………………………………………………. 14
Pensamiento Político de José Martín………………………………………………… 15
CONCLUSIÓN………………………………………………………………………. 20
BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………… 21
INTRODUCCIÓN
El pensamiento político latinoamericano tiene sus raíces en el idealismo de los primeros momentos de los países como naciones libres. Venezuela, Ecuador, Colombia, Bolivia y Panamá son algunos ejemplos del idealismo latinoamericano. Claro que dicho idealismo, que se vislumbra en las ideas de libertad, de que todos los hombres son iguales, de una constitución que rija a todos los hombres por igual, tiene sus orígenes en Europa, más específicamente con la revolución francesa y los grandes pensadores como Voltaire, Montesquieu y otros.
En este trabajo estudiaremos cuales eran los ideales políticos de los grandes hombres y héroes de la independencia de los países latinoamericanos y caribeños como fueron: Simón Bolívar, Simón Rodríguez, Francisco de Miranda, Bernardo de O’Higgins, Francisco de Paula Santander, San Martín, José Martín. Estos hombres cada uno dentro de su propio contexto tuvieron mucha relevancia dentro de la historia y gracias a sus ideales políticos hoy en América Latina y el Caribe se vive una revolución con una visión muy amplia hacia el hombre como ser humano, dando lugar a la inclusión e integración de todos.
PENSAMIENTO POLÍTICO DE SIMÓN BOLÍVAR
El pensamiento político del libertador, expresados en sus documentos principales, como el Manifiesto de Cartagena de 1812 y la carta de Jamaica de 1815, tuvo un alcance continental e integrador de los países hispanoamericanos.
Su proyecto de independencia no se limito solamente al territorio venezolano sino que abarco a la mayoría de las naciones a las que soñó unidas o confederadas en una poderosa alianza americana.
Es una idea grandiosa pretender formar de todo el mundo nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus partes entre sí y con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas costumbres y una religión, deberían, por consiguiente, tener un solo gobierno que confederase los diferentes Estados que hayan de formarse...
Bolívar trato de concretar en parte su proyecto continental e integracionista con la celebración del Congreso de Panamá en 1826, pero sus resultados no fueron los esperados.
Como legislador, Bolívar desarrollo una intensa labor destinada a dotar a las nuevas repúblicas de formas constitucionales que se adaptaran a las cualidades de cada pueblo.
Así lo expreso en su discurso frente al congreso de Angostura de 1819 y en el proyecto de constitución para Bolívar en 1826.
En ambos proyectos Bolívar defendió una república fuerte, centralizada y democrática.
Como estadista, el libertador actuó como presidente de Venezuela, Colombia y Perú, apegado a las leyes y a las instituciones republicanas.
Hasta sus últimos días, el libertador o firmemente el desorden y la anarquía. El 10 de Diciembre de 1830, poco días antes de morir, expreso en su ultima proclama a los colombianos:
No aspiro otra gloria que la consolidación de Colombia. Todos debéis trabajar por el bien inestable de la Unión: los pueblos obedeciendo al actual gobierno para liberarse de la anarquía; y los militares empleando su espada para defender las garantías sociales.
¡Colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro.
Uno de los rasgos más sobresalientes, y quizá el más original del pensamiento de Bolívar es que considera a Hispanoamérica en conjunto como objeto de su análisis. El Libertador inaugura la visión de un subcontinente como sujeto de la acción histórica. Antes existían colonias españolas en América, un “Imperio” colonial quizá; pero solo desde el ideario bolivariano encontramos perfectamente delineada una problemática hispanoamericana específica. Y esto, al menos en dos direcciones fundamentales, la una como un esfuerzo por hallar la identidad común de todos nuestros pueblos, pese a sus diferencias y heterogeneidad. La otra, complementaria a la primera como un intento de encontrar la distinción frente a Europa y Norteamérica.
El Libertador fue un estadista ambicioso en su programa, pero no un iluso. Al contrario, puede establecerse que otro elemento fundamental de su pensamiento es el realismo. Este debe entenderse desde diversos ángulos. En primer lugar, Bolívar fue “realista” en la medida en que siempre trató de entender la realidad como es y no como se decía que debía ser. Desde el Manifiesto de Cartagena hasta sus últimos escritos, su esfuerzo es el de dar con la naturaleza específica y última de nuestros pueblos. “No somos europeos ni indígenas” insistía, para luego hurgar en las raíces étnicas y culturales de la identidad mestiza.
En segundo lugar, Bolívar fue un “realista” cuando propuso sus fórmulas de organización política de los nuevos países hispanoamericanos. Las leyes solo son buenas, repetía, cuando contemplan la realidad concreta de los pueblos en que van a ser aplicadas. Por ellos postulaba un “justo medio” entre los sistemas coloniales autocráticos y la democracia ideal, imposible al momento de la constitución de nuestra república. Ya desde su Discurso de Angostura, incluyó varios elementos políticos que estabilizarían la vida de los nacientes estados. En su mensaje a la Constituyente de Bolivia desarrolló con gran énfasis el tema: la realidad impone ciertas concesiones al antiguo régimen para ganar en estabilidad, para mantener la paz, la libertad sin límites es antecedente del despotismo.
En tercer lugar, fue Bolívar “realista” como gobernante. Es decir, que se vio atrapado por las urgencias de la realidad, frente a sus propios enunciados. Su acto de proclamación dictatorial es elocuente. No cabe duda ninguna de que al lanzarse a la ruptura de la Constitución y del régimen democrático propugnado por él, actuaba en la convicción de que salvaba al país. Pero el hecho es que incurrió en una contradicción. Y esta contradicción se hace todavía más evidente cuando se observa que el “realismo” de Bolívar, enfrentado al “utopismo” de sus adversarios, revela un conflicto más de fondo. En efecto, al defender la democracia posible, frente a las formulas “Utópicas” de sus adversarios, Bolívar expresa su temor de la movilización popular, es decir la participación política ampliada. Al denunciar a los “demagogos” y fomentadores de la “anarquía”, el Libertador pone las bases de ese discurso de “orden”, que ha caracterizado a la derecha hispanoamericana desde entonces hasta ahora. El “realismo” bolivariano tiene pues claras connotaciones conservadoras.
Otro elemento fundamental del pensamiento de Bolívar es su esfuerzo por hacer posible la democracia en Hispanoamérica; es decir… por construir sistemas políticos nuevos y a la vez estables en las nacientes repúblicas: En realidad a esto dedicó su vida el Libertador: Pero el esfuerzo puede ser considerado y medido desde varios ángulos.
Bolívar creyó que una garantía esencial de la supervivencia de la democracia, era la vigencia del régimen unitario. Consideraba que el federalismo podía ser perfecto, pero era absolutamente inconveniente para Hispanoamérica. Con ello trató de superar una lucha feroz que desangró al Continente por casi cincuenta años. Pero pese a la lucidez de sus pensamientos, es evidente que las fuerzas centrifugas locales y regionales pudieron más que la voluntad unitaria. De allí que la derrota política del Libertador, fuese también el triunfo de las posturas federalistas y separatistas.
Bolívar pudo siempre ir más allá de las pugnas de poder local y de los conflictos regionales. Ello nos trae de nuevo sobre las preocupaciones latinoamericanas. Se dijo ya que para él Hispanoamérica era un conjunto y una unidad. Pues bien, esta convicción se tradujo en renovados esfuerzos por concretar esa unidad en programas de integración política de los diversos países del continente. Hay que recordar que uno de sus planteamientos claves fue siempre la mantención de naciones grandes como la Gran Colombia, con capacidad de negociación y peso internacionales. Por otra parte, el Libertador realizó reiterados esfuerzos por construir un organismo y un sistema de coordinación e integración del Subcontinente. Estos esfuerzos estuvieron destinados al fracaso en términos inmediatos, pero pusieron las bases de un proceso que se ha ido concretando paulatinamente a lo largo de varias décadas.
Por fin, hay un rasgo fundamental del pensamiento bolivariano en su concepción internacional, y es que la afirmación de la identidad hispanoamericana y de su unidad, se plantea
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