Pensamiento Politico
Maurogualteros30 de Agosto de 2011
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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR
UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA
ALDEA UNIVERSITARIA BOLÍVAR 2000
EL VIGÍA – ESTADO MÉRIDA
Profesor:
• Hernández, Belkis. Integrante:
• Contreras, Carolina.
El Vigía, Diciembre 2010
Índice
Pág.
PENSAMIENTOS POLÍTICOS
Introducción………………………………………………………………………………………… 3
Pensamiento Político…………………………………………………………………………….. 4
Pensamiento Político de Francisco de Miranda……………………………………… 4
Pensamiento Político de Simón Rodríguez……………………………………………... 6
Pensamiento Político de Simón Bolívar………………………………………………….. 8
Pensamiento Político de Bernardo O’Higgins…………………………………………. 12
Pensamiento Político de Francisco de Paula Santander………………………….. 15
Pensamiento Político de San Martin………………………………………………………. 18
Pensamiento Político de José Martí………………………………………………………... 20
Conclusión……………………………………………………………………………………………. 25
Referencias Bibliográficas……………………………………………………………………... 26
Anexos…………………………………………………………………………………………………. 27
Introducción
El pensamiento político latinoamericano tiene sus raíces en el idealismo de los primeros momentos de los países como naciones libres. Venezuela, Ecuador, Colombia, Bolivia y Panamá son algunos ejemplos del idealismo latinoamericano. Claro que dicho idealismo, que se vislumbra en las ideas de libertad, de que todos los hombres son iguales, de una constitución que rija a todos los hombres por igual, tiene sus orígenes en Europa, más específicamente con la revolución francesa y los grandes pensadores como Voltaire, Montesquieu y otros.
En este trabajo estudiaremos cuales eran los ideales políticos de los grandes hombres y héroes de la independencia de los países latinoamericanos y caribeños como fueron: Simón Bolívar, Simón Rodríguez, Francisco de Miranda, Bernardo de O’Higgins, Francisco de Paula Santander, San Martín, José Martín. Estos hombres cada uno dentro de su propio contexto tuvieron mucha relevancia dentro de la historia y gracias a sus ideales políticos hoy en América Latina y el Caribe se vive una revolución con una visión muy amplia hacia el hombre como ser humano, dando lugar a la inclusión e integración de todos.
Pensamiento Político
Si consideramos que el pensar consiste en la acción de reflexionar o examinar con cuidado algo para formar dictamen sobre ese algo y que la política, grosso modo, es la actividad a través de la cual los grupos humanos toman decisiones colectivas; entonces, el pensamiento político vendría a hacer aquella reflexión sobre el cómo se toman las decisiones colectivas en los distintos grupos, pero sobre todo en aquellos que tienen relación directa con el ejercicio del gobierno, o mejor dicho, del poder político.
Pensamiento Político de Francisco de Miranda
Sabido es que Francisco de Miranda (1750-1816) consagró una gran parte de su vida a tratar de hacer realidad la emancipación de las colonias hispanoamericanas y que por la anticipación de sus esfuerzos se le considera hoy el precursor por antonomasia de tal iniciativa. Poco conocidas son, por el contrario, sus ideas políticas, las cuales no siendo menos precursoras han quedado históricamente sepultadas, por una parte, bajo la avalancha de referencias a su excepcional participación en la vida cortesana europea y, por la otra, por el monopolio que de tales ideas se atribuye a Bolívar. Ambos prejuicios han condicionado y continúan condicionando la lectura de sus diarios de viaje, así como de los innumerables documentos, cartas y textos contenidos en los archivos organizados y conservados por el mismo Miranda como testigos irrefutables del amor sincero a su patria y de sus esfuerzos constantes por el bien público de sus amados compatriotas.
En tanto hombre de su tiempo, el pensamiento político de Miranda se sitúa enteramente en el marco de las referencias fundamentales de la Ilustración: la preeminencia de las virtudes de la razón, el orden como fuente de bienestar y la fe en el progreso ilimitado del hombre. Referencias que habrá que tener muy en cuenta antes de juzgar ciertas motivaciones de su accionar o aparentes incongruencias en sus propuestas políticas.
Así, por ejemplo, persuadido de que sólo la razón puede conducir a la humanidad hacia la perfección, Miranda va a rechazar toda vía en la cual no sea posible establecer un principio conductor de la acción: “Todo lo que es muy exaltado dura poco o quema y destruye con la violencia”. Fiel a este principio, Miranda establece como base de todos sus planes de gobierno y de sus proyectos constitucionales, la noción de libertad racional. Queriendo significar con ello una libertad subordinada al orden, única garantía de bienestar permanente y de progreso constante en una sociedad. De allí que expresiones tales como libertad sabiamente entendida, gobierno libre y sabio, sabia y juiciosa libertad civil, sean una constante en sus escritos políticos y nos muestren el nexo, para él indisoluble, entre libertad y razón.
De manera concomitante, Miranda condena con vehemencia toda manifestación de anarquía, a la que considera como la expresión máxima de la irracionalidad. En tanto contraria a la razón, la anarquía se constituye igualmente en negadora de libertad, por cuanto bajo su imperio no es posible garantizar derecho individual alguno. De allí que, tratando de encontrar, a la manera de Aristóteles, el justo medio entre los dos excesos que niegan la libertad, la opresión y la anarquía. Miranda encuentra en esta noción de ‘libertad racional’ la posibilidad de hacer «un cambio sin convulsiones», esto es, una revolución sin violencia.
Muy estrechamente ligadas a esta noción de libertad racional, nos encontramos con dos otras ideas que serán igualmente constantes en la formulación de su pensamiento político y que tienden a reforzar la noción de América como unidad continental. La primera, inspirada en Montesquieu, establece que todo proyecto constitucional formulado para la América meridional debe adaptarse a las condiciones particulares del continente y a las necesidades y costumbres de sus habitantes.
La segunda, que es necesario establecer un marco legal único para el conjunto de provincias que conformarían la nueva nación y, a fin de asegurar su eficacia, concentrar el poder ejecutivo en manos de uno o dos individuos. Idea ésta que toma de Rousseau. Los planes de gobierno de Miranda van entonces a tratar de responder a estas dos exigencias, cuyo cumplimiento sería el único capaz de garantizar el establecimiento de la libertad racional en el Continente Colombiano: en tanto sea posible establecer una Constitución que se adapte a las circunstancias del país, ésta podrá ser aceptada por el conjunto de individuos que componen la sociedad y en consecuencia se sentirán libres ; en tanto un gobierno sea estable y sólido, en esa medida éste será capaz de garantizar el orden y de hacer progresar la sociedad. Habiendo establecido estos principios fundamentales, no le queda a Miranda sino encontrar la mejor forma y plan de gobierno para el establecimiento de una sabia y juiciosa libertad civil en las Colonias Hispanoamericanas. Su mayor dificultad radicará sin embargo dada su condición de reo del Estado español en el hecho de no poder aprehender la realidad sobre la cual pretende legislar sino a través de interpretaciones y de informaciones dadas por terceros y de verse obligado, en consecuencia, a permanecer en la teoría.
Pensamiento Político de Simón Rodríguez
Es conveniente resaltar la importancia de leer críticamente al propio Simón Rodríguez, sus biógrafos y otros ensayistas. Por ejemplo, se habla a menudo de la influencia de Rousseau sobre el pensamiento educativo y político de Simón Rodríguez. Los que afirman esto parecen no haber leído ni a Rousseau ni a Rodríguez. Lo anteriormente descrito obliga a una lectura radical, que vaya a las raíces, y que conduzca a identificar las propuestas realmente revolucionarias para su época y su relevancia para la situación actual.
En su “Estado Actual de la Escuela y Nuevo Establecimiento de Ella”, escrito en 1791, Simón Rodríguez presenta detalles acerca de la organización de una Escuela de Primeras Letras para la ciudad de Caracas. Hay algunas ideas en esa propuesta que encuentro sumamente interesantes. Una está relacionada con el tamaño de la escuela y su distribución en la ciudad. Propone Rodríguez que se creen
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