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Pensamiento Politico


Enviado por   •  13 de Octubre de 2012  •  1.457 Palabras (6 Páginas)  •  289 Visitas

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TEORIA DE LAS IDEAS EN EL PENSAMIENTO LATINOAMERICANO:

Una autoevaluación necesaria:

Evaluar la teoría de la dependencia es una tarea compleja si se considera que en el transcurso de su evolución el pensamiento latinoamericano atravesó por distintas etapas históricas hasta que finalmente se impuso en la región el pensamiento conservador neoliberal, por lo menos desde la década de los ochenta hasta nuestros días.

Aparentemente una de las consecuencias de ese desplazamiento del pensamiento crítico por el neoliberalismo fue la de desvirtuar y desfasar el pensamiento latinoamericano y sus principales corrientes teóricas en el análisis, comprensión, explicación y elaboración de propuestas de transformación histórica y de cambio social en la población latinoamericana. Estos esfuerzos negativos, como se expone más adelante, provienen de la influencia de la academia norteamericana y de sus corrientes neopositivistas, posmodernas y funcionalistas que en los últimos años han cobrado auge e interés entre el público de los países subdesarrollados como, por ejemplo, el concepto de choque de civilizaciones del profesor Samuel P. Huntington, miembro del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.

definición de Gonçalves (2002: 134) de //neoliberalismo //como “revitalización de la ideología centrada en una mayor libertad para las fuerzas del mercado, menor intervención estatal, desreglamentación, privatización del patrimonio público, preferencia por la propiedad privada, apertura al exterior, énfasis en la competitividad internacional y menor compromiso con la protección social”.

De manera análoga a lo que aconteció en el curso de la primera década del siglo XX, en el lugar que ocupaban las ciencias sociales y el pensamiento crítico latinoamericanos dentro de los centros académicos y científicos resurgió una suerte de eurocentrismo y norte americanismo anglosajones renovados con pretensiones de “epistemología global”. Lo anterior supone innecesario todo esfuerzo endógeno de elaboración de categorías, conceptos e hipótesis propias con fuerza interpretativa y transformadora, como había ocurrido en la formación histórica de las ideas y del pensamiento en América Latina por lo menos en los últimos doscientos años.

Lo nacional, regional y latinoamericano (dimensiones articuladas dentro del contexto mundial) son hoy pensados y caracterizados con paradigmas y marcos teóricos elaborados en los centros intelectuales dominantes del capitalismo central (para una crítica véase Fernández, 2003-2004: 93-113, donde analiza la corriente pos-colonialista que pretende ignorar la historia social propia del continente). Ideas como “tercera vía”, “democracia” o “gobernabilidad” (gobernante), “choque de civilizaciones” y “trayectorias laborales”, se presentan como las rutas de investigación de todo “análisis científico”, de acuerdo con los cánones elaborados en los centros hegemónicos del capitalismo central.

Los países latinoamericanos permanecen substancial-mente en un marco de atraso económico-social, a pesar de los avances científico-técnicos y de la adopción de perfiles modernistas, y su fisonomía resulta distinta respecto de la forma como se estructuraron históricamente, en especial durante las décadas de los sesenta y setenta del siglo XX, que fue justamente el periodo más fructífero de elaboración de la teoría de la dependencia, hasta su culminación en la formulación (inacabada) de la TMD.

Para evaluar la vigencia de esta teoría en el siglo XXI es necesario partir del análisis de las condiciones históricas en que surgió hace más de treinta años. Porque la génesis de toda teoría o corriente de pensamiento se desenvuelve bajo determinadas condiciones que están imbricadas en la realidad social, económica, política, histórica y cultural de su contemporaneidad.

Por ejemplo, el surgimiento del hegelianismo, en el siglo XIX, fue una respuesta sistemática a las condiciones existentes peculiares de la Europa y la Alemania de esa época. El idealismo alemán es incomprensible sin la irrupción de la Revolución francesa, que trasladó el eje de la explicación y organización del Estado y la sociedad desde las ideas religiosas o metafísicas a una base racional —ya no “externa”— sobre la existencia del mundo y de la historia (Marcuse, 1998).

De la misma forma, no se puede comprender la peculiaridad del pensamiento latinoamericano y de la teoría de la dependencia sin antecedentes históricos tan significativos como el colonialismo, la gesta independentista responsable del proceso de formación de los Estados nacionales (1810-1850), el subdesarrollo y el atraso (1850-2005); condiciones que de manera directa o indirecta van a influir en autores, teorías y corrientes de pensamiento en el transcurso de la historia.

El positivismo que surgió, se desarrolló y entró en crisis entre el último tercio del siglo XIX y el primer decenio del XX en México y en América Latina (véase Zea, 1984) tuvo una expresión completamente distinta a su matriz

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