Pensar Historicamente

LO COMUN Y LO SAGRADO

Este libro comienza diciéndonos acerca de cómo es que la religión era antes, antes se le tenía mucho respeto a la iglesia, se creía que todo lo que pasaba en una región o un pueblo era porque así Dios lo quería y porque era lo que quería para ellos, había naciones enteras por ejemplo en Roma, “el cesar” se creía que era un gobernante, el dirigente del pueblo pero también era el “Dios”, el que decía que se hacía y que no, y así durante cierto tiempo la religión era lo que mandaba a los pueblos, pero tiempo después fue cambiando, ya que la religión se convirtió en la mayoría de los casos solo para mujeres y niños, y cuando algún hombre llegaba a hablar de religión empezaba porque lo habían bautizado de pequeño y lo habían obligado a hacer su primera comunión, y queda comprobado que después de eso, desaparecían completamente de la iglesia, y regresaban solo cuando querían contraer matrimonio con su pareja, como las mujeres eran más apegadas a la iglesia, lo hacían solamente como un requisito para que les dieran el “si” y poder casarse, no tanto por convicción o porque ellos así lo quisieran.

También nos habla acerca de la patria, Vilar se basa mucho en sus recuerdos y vivencias, y sobre esto se basa todo su libro, al hablarnos acerca de la patria, nos menciona ese sentimiento que era “morir por la patria” , en aquellos tiempos su país lo era todo, morir por la patria era un gran privilegio, no se tomaba tanto como un sacrificio, sino como un gran placer y orgullo, poder ofrecer tu vida para tu pueblo, tu nación y tu país, no importaba si tenías que dejar familia, hijos, no importaba nada, solo ese sentimiento de nación, de pertenencia ante tu país; cosa que aquí no se da y fue lo que más me gusto de las experiencia del Vilar, ellos al escuchar el himno nacional de su país, lo cantaban con tanto entusiasmo, con aquel amor y sentimiento al escuchar esas notas pronunciadas por sus labios, ese respeto que se tenía al hablar y pronunciar el término “patria”, y como menciono es impresionante ya que desde pequeños en las escuelas se les inculcaba ese sentimiento de respeto, fidelidad y amor hacia su nación, seria para ellos una gran aventura saber que hay más allá de la vida después de entregar su vida y alma por los “suyos”. Se supone que deberías amar a la patria como amas a tu mama y a tu papa, deberías ser tan bueno porque no se sabía cuándo podrían estar en guerra y necesitar que murieras por tu pueblo, tenían una ideología muy arraigada a la patria y la recompensa de todo tu sacrificio seria la “gloria eterna”.

Al momento de hablarnos tanto de la patria, y de morir por ella, también nos menciona que hubo un punto en el que ya no se moría por el “estado” si no por la “patria”, debemos entender que el estado era el que movilizaba, el que daba a cada uno de las personas en edad militar la orden de “reunirse con su cuerpo” y si no era obedecida esta orden se las verían con el “gendarme” , lo que me hace reflexionar y ponerme a pensar, les inculcaban mucho el amor a la patria y demás, pero en realidad ¿por quién lo hacían? Por el miedo al castigo que recibirían por el gendarme, o de verdad lo hacían ¿por el amor a su nación?

Vilar insiste en dos momentos o también podríamos llamarlos movimientos sociales y mentales. Por un lado, el unanimismo, mediante el cual una idea se impone voluntariamente y de forma absoluta al grupo social, al “alma colectiva,”. Por otro lado, lo que puede denominarse la coyuntura Durkheim, es decir el proceso de construcción de la obra de dicho sociólogo francés (una “revolución copernicana,” dice Vilar), la que pone al derecho la relación entre religión y sociedad, entre lo sagrado y lo común. Lo peculiar de estos dos momentos y movimientos, y es lo que realza su importancia, es que no son coordinados, que no se “conocen” directamente, que son casi inconscientes. Es un rasgo mayor que permite definir, de acuerdo con Vilar, lo que puede denominarse una “coyuntura intelectual.” La comprensión de tal coyuntura es clave, en la víspera de la Gran Guerra.

La religión no es solamente un producto de la sociedad sino que incluso puede y llega a imponerse la religión de lo social, y que se produce entonces la sacralización del grupo y la pertenencia a la sociedad, el individuo se obliga a actuar como ella o quienes la representan (o dicen representarla) se lo piden. Sobre todo en caso de movilización general, cuando el Estado aparece revestido de la representación del grupo, en el contexto de la guerra. En dichas circunstancias, el temor místico a la sociedad y al grupo sacralizados es más grande que el temor físico; el temor a la sociedad es más fuerte que la razón laica; la creencia patriótica es más fuerte que cualquier otra creencia.

HISTORIA E IDENTIDAD. Una experiencia.

CAPITULO 1.

En esta segunda parte empieza relatándonos acerca de las diferentes etapas de su vida, y comienza con una pregunta interesante que le hace la persona que le ayuda a que el libro se publique En su infancia y adolescencia, ¿Cómo tomó Ud. conciencia de este gran Resplandor del Este, de los hechos revolucionarios rusos? A lo cual el responde que solo recuerda perfectamente la Revolución Rusa, la de marzo no la de octubre. Se le vino también a la mente como es que había fallecido a su madre después de haberle diagnosticado una enfermedad y fallece el 1917 y a partir de ahí cambia su vida material frásticamente y debido a ese cambio tan drástico en su vida menciona que llega tarde al lycee y comienza a darse cuenta que por todos los pasillos se hablaba acerca de la revolución que acababa de estallar en Rusia, pero el Zar había sido depuesto y se proclamó la República, estaban seguros de que no dañaría la causa de los aliados. Le sorprendía que no se enterara nada de la Revolución Rusa de Lenin y los bolcheviques.

Para 1918 después del triunfo de

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