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Periodo tardío de Egipto


Enviado por   •  25 de Septiembre de 2014  •  Tesis  •  1.749 Palabras (7 Páginas)  •  154 Visitas

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el reloj de agua ( clepsidra ),Periodo tardío de Egipto

El periodo tardío de Egipto, también conocido como Baja época, comprende la historia del Antiguo Egipto desde la dinastía XXVI, Saíta, en el siglo VII a. C., hasta la conquista de Alejandro Magno (que da inicio al Periodo helenístico de Egipto). La dinastía Saíta está considerada generalmente como inicio del llamado periodo tardío de Egipto.

Índice:

1 Ascensión y reformas de la dinastía Saíta

2 Economía

3 Egipto y Babilonia

4 Egipto y el Imperio persa

5 Reformas en los primeros años de la conquista persa

6 Rebeliones contra el Imperio persa

7 Período de independencia (404-343 a. C.)

8 Cronología del periodo tardío de Egipto

8.1 Cronograma

9 Referencias

10 Bibliografía adicional

11 Enlaces externos

Ascensión y reformas de la dinastía Saíta[editar]

Psamético I: estatua oferente. Louvre.

Tras la conquista asiria de Egipto, al final del Tercer periodo intermedio, el gobierno egipcio fue encomendado a varios gobernadores locales vasallos, hasta que una insurrección fracasada acabó con muchos de ellos. Cuando abandona Egipto el rey asirio Asurbanipal, dejando un país arrasado por la guerra, el poder comenzó a concentrarse en torno a uno de los mandatarios del delta, Psamético I (c. 664-610 a. C.), gobernador de la ciudad de Sais. Su padre, Necao I, también gobernador, había muerto luchando a favor Asurbanipal contra los kushitas. Al principio, el principal enemigo de Psamético fue Tanutamani, que seguía firmemente asentado como rey de Kush y además dominaba la región de Tebas. La expansión, tanto de Psamético como de Tanutamani, fue posible gracias a las rebeliones acaecidas en Babilonia y Elam a las que tuvo que hacer frente con el ejército asirio. Hacia 656 a. C. Psamético expulsó a Tanutamani de Tebas, imponiendo a su hija como Divina Adoratriz de Amón en dicha ciudad.

Psamético, dueño de Egipto, con los reyes asirios cada vez más atareados en sus propios conflictos, inició su programa político que se fundamentó en impulsar el comercio y retornar a los símbolos de periodos pasados para fomentar la unidad nacional. Esto último ya lo había utilizado la dinastía kushita precedente, pero mientras ellos tenían como dios tutelar a Amani (el tebano Amón), Psamético I revitalizó los cultos relacionados con el mito de Osiris. La memoria de los faraones kushitas no fue perseguida hasta mucho tiempo después, durante el reinado de Psamético II (595-589 a. C.), quien realizó varias campañas en Kush. Entre los primeros años de Psamético y estas últimas campañas no se tiene noticia de mayores enfrentamientos.

Menfis también se vio beneficiada; en textos griegos (Heródoto) la encontramos ejerciendo gran influencia y vemos el culto del buey Apis, que practicaban sus sacerdotes, en pleno apogéo. Al dios tebano Amón se lo identificó con el dios libio Aman, que tenía su principal centro en el oráculo del oasis de Siwa, creciendo este último en prestigio. El culto a las divinidades de la capital fue especialmente protegido: fue el caso de la diosa Neit de Sais. En religión, así como en la política, se observa una preponderancia del norte.

Economía[editar]

Lo mismo pasaba en el comercio: mientras que el Alto Egipto quedaba en segundo plano, las ciudades del delta vivían un período de gran prosperidad. Ello atrajo a comerciantes griegos (jonios de las colonias de Asia Menor) y carios, a su vez mercenarios de los mismos orígenes se alistaron en el ejército egipcio ya desde Psamético I. Más adelante, los comerciantes jonios y carios trajeron el uso de la moneda; en Egipto se utilizaban, como valor de cambio, pesos estipulados en metal, y en casos como el ejército se utilizaba como forma de pago la entrega de tierras y la exención de impuestos. Necao II (610-595 a. C.), hijo y sucesor de Psamético I, realizó obras infructuosas para reabrir el canal que conectaba el delta del Nilo con el mar Rojo, probablemente para promover el comercio, o tal vez para poder utilizar la flota del mar Rojo en las guerras que mantenía contra Babilonia, que serán detalladas más tarde. Tanto Necao II como su nieto Apries (589-570 a. C.) mantuvieron relaciones comerciales y estratégicas con la ciudad fenicia de Tiro; según Heródoto, durante el reinado de Neko una expedición fenicia financiada por Egipto circunvaló África. Además se dio impulso a la ruta comercial del mar Rojo, que unía Egipto con Arabia y probablemente la India.

Paralelamente a la corriente comerciantes y mercenarios carios y jonios, desde c. de 630 a. C. colonos griegos dorios se establecieron en la franja costera de Libia, fundando varias ciudades, entre ellas Cirene, la capital de esta confederación de colonias griegas, denominada Cirenaica. La Cirenaica (por el contrario del resto de Libia) era una región destacada por su fertilidad, por lo tanto sus colonos se dedicaban a la agricultura y al comercio. Las colonias griegas se extendieron por casi todo el Mediterráneo, y tenían como objeto descomprimir los problemas sociales de las ciudades de origen, como medio de ascenso político, o para servir de granero de las ciudades-estado griegas e impulsar el comercio.

Egipto y Babilonia:

Esfinge

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