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Plan De San Luis

ANLUY12 de Noviembre de 2014

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PLAN DE SAN LUIS POTOSI

El 5 de octubre de 1910, Francisco I madero proclamó el Plan de San Luis para protestar contra los resultados de las elecciones nacionales en las que Porfirio Díaz se reeligió nuevamente en la Presidencia de la República.

Este manifiesto decretó entre los siguientes puntos:

ART. 3°

3° Para evitar, hasta donde sea posible, los trastornos inherentes a todo movimiento revolucionario, se declaran vigentes, a reserva de reformar oportunamente por los medios constitucionales, aquellas que requieran reformas, todas las leyes promulgadas por la actual administración y sus reglamentos respectivos, a excepción de aquellas que manifiestamente se hallen en pugna con los principios proclamados en este Plan. Igualmente se exceptúan las leyes, fallos de tribunales y decretos que hayan sancionado las cuentas y manejos de fondos de todos los funcionarios de la administración porfirista en todos los ramos; pues tan pronto como la revolución triunfe, se iniciará la formación de comisiones de investigación para dictaminar acerca de las responsabilidades en que hayan podido incurrir los funcionarios de la federación, de los Estados y de los municipios.

En todo caso serán respetados los compromisos contraídos por la administración porfirista con gobiernos y corporaciones extranjeras antes del 20 del entrante.

Abusando de la Ley de Terrenos Baldíos, numerosos propietarios en su mayoría indígenas, han sido despojados de sus terrenos, por acuerdo de la Secretaría de Fomento, o por fallos de los tribunales de la República. Siendo en toda justicia restituir a sus antiguos poseedores los terrenos de que se les despojó de un modo tan arbitrario, se declaran sujetas a revisión tales disposiciones y fallos y se les exigirá a los que los adquirieron de un modo tan inmoral, o a sus herederos, que los restituyan a sus primitivos propietarios, a quienes pagarán también una indemnización por los perjuicios sufridos. Sólo en el caso de que esos terrenos hayan pasado a tercera persona antes de la promulgación de este Plan, los antiguos propietarios recibirán indemnización de aquellos en cuyo beneficio se verificó el despojo.

PLAN DE AYALA

El Plan de Ayala

A fines de 1911 un grupo de revolucionarios encabezados por el general Emiliano Zapata iniciaron una dura travesía desde los cálidos valles de Morelos para dirigirse a las frías montañas de Ayoxustla, en el estado de Puebla.

La intención era alejarse del asedio militar al que eran sometidos para, serenamente, plasmar en un documento los ideales de la revolución campesina que había iniciado en el pueblo de Anenecuilco, Municipio de Villa de Ayala.

La cuestión era de la mayor importancia porque ante el triunfo del movimiento maderista, su demanda sobre la restitución de las tierras usurpadas por las haciendas azucareras, podía desvirtuarse. En palabras de uno de los acompañantes de la caravana, Francisco Mercado, el jefe Zapata “quería que hubiera un plan porque nos tenían por puros bandidos y comevacas y asesinos y que no peleábamos por una bandera…”

De esta manera, se inició la discusión y redacción del Plan Libertador de los hijos del Estado de Morelos, o Plan de Ayala, bajo la dirección del mismo Zapata y de su compadre, el profesor rural Otilio Montaño. El eje de su argumentación era, evidentemente, la urgente resolución del problema agrario que había olvidado cumplir Francisco I. Madero, aún cuando estaba contemplado en el Plan de San Luis.

Es por ello que en los artículos sexto y séptimo del Plan Libertador se establecía que los pueblos entrarían en posesión de los terrenos, montes y aguas que hubieran sido usurpados por los hacendados, científicos o caciques a la “sombra de la tiranía y de la justicia venal”; aunque aquellos propietarios que se consideraran con derechos legítimos sobre sus propiedades, podrían acudir a los tribunales especiales que se establecerían una vez que triunfara la Revolución. Asimismo se hablaba de expropiar tierras, previa indemnización, para que se mejorara “en todo y para todo la falta de prosperidad y bienestar de los mexicano. A juicio de los zapatistas, poniendo en marcha estas medidas la Revolución corregiría el rumbo que se había extraviado con el gobierno de Madero. El plan de Ayala fue firmado el 28 de noviembre de 1911 y desde ese momento se convirtió en la bandera que enarbolarían los zapatistas durante toda la década revolucionaria.

El plan de Ayala no solo recogió las aspiraciones de los campesinos de Morelos (y podría decirse que de todo el país) sino también, colocó a la problemática agraria en el centro del debate nacional. Asimismo, marcó una ruptura, un distanciamiento entre los revolucionarios que habían iniciado la lucha en 1910. Madero fue el primero en sentir, en carne propia, el choque de percepciones sobre el significado de la palabra Revolución.

El zapatista Paulino Martínez definió perfectamente la situación cuando afirmaba que algunos caudillos creyeron que con las “hermosas” palabras de “Sufragio Efectivo, no reelección” y derrocando al “dictador” Porfirio Díaz quedaba todo arreglado. Enorme error.

A su juicio, el plan de Ayala: “es la condenación de la infidencia de un hombre que faltó a sus promesas y el pacto sagrado, la nueva alianza de la Revolución con el pueblo, para devolver a éste sus tierras y sus libertades que le fueron arrebatadas desde hace cuatro siglos, cuando el conquistador hizo pedazos la soberanía azteca…”

Bajo esta óptica los zapatistas -impacientes, rayando prácticamente en la terquedad- resolvieron pelear sin tregua hasta alcanzar su utopía. Enarbolando el plan de Ayala como su más extraordinaria arma, los zapatistas desconocieron a Madero como líder de la Revolución y mantuvieron una lucha independiente del resto de los grupos revolucionarios; sirvió para combatir a Huerta, pero también en su momento para luchar contra la “imposición” que intentaba hacer Venustiano Carranza por medio del Plan de Guadalupe.

El Plan de Ayala se convirtió en el pendón que los conduciría a la victoria, aún en los momentos más difíciles, como cuando el jefe Zapata cayó asesinado en la Hacienda de Chinameca en abril de 1919. Paradójicamente unos meses después llegó el triunfo, de la mano del general Álvaro Obregón y los sonorenses; solo entonces, los zapatistas pudieron iniciar la restitución y dotación de ejidos para los campesinos de Morelos y cumplir con el ideal de lograr la prosperidad y el bienestar de la Patria.

Como afirma el historiador Salvador Rueda, con el Plan de Ayala termina el siglo XIX e inicia el siglo XX porque con él nació el vocabulario político moderno y convirtió al campesinado en interlocutor con el Estado mexicano. Los zapatistas, y con ellos los campesinos de México, se convirtieron en protagonistas de la historia de México.

PLAN DE VERACRUZ

Una vez declarada la Independencia de México, con Agustín de Iturbide encabezando el naciente llamado Imperio Mexicano, Antonio López de Santa Anna, quien para entonces apoyaba al emperador, fue nombrado comandante general de la provincia de Veracruz.

Con el ejercicio del primer Congreso Constituyente, durante el poco tiempo que duró el imperio, algunas de las provincias experimentaron cierta autonomía local, pero al decidir Iturbide disolver el Congreso que le había dado el poder y que en cierta manera garantizaba la soberanía de las provincias y su representación en el gobierno central, muchos dirigentes regionales se manifestaron en contra. Santa Anna como ellos, consideró que Iturbide se había convertido en la continuidad de los principios borbónicos.

Santa Anna con su deseo de formar un nuevo gobierno –republicano-, bajo la consigna “República y Congreso”, inició una sublevación cuyos principios quedaron planteados en el Plan de Veracruz, el cual fue firmado el 6 de diciembre de 1822.

El Plan establecía las acciones que se habrían de seguir para “reintegrar a la Nación en sus naturales e imprescriptibles derechos y verdadera libertad…”, y desconocía el gobierno de Agustín de Iturbide, cuya destitución sucedió hasta marzo de 1823.

La lucha iniciada bajo los preceptos del Plan de Veracruz sentó las bases para la formación de la Primera República Federal de los Estados Unidos Mexicanos ,y con ello, los principios de lo que más adelante sería la soberanía de los estados.

PLAN DE GUADALUPE

El Plan de Guadalupe fue un documento redactado el 23 de marzo del año 1913 por Venustiano Carranza, gobernador de Coahuila, en respuesta al derrocamiento y ejecución de Francisco I. Madero, el entonces presidente de la República de México, luego del fin de la dictadura de Porfirio Diaz"Porfiriato". El Plan de Guadalupe fue proclamado oficialmente tres días después el 26 de marzo en la hacienda de Venustiano Carranza.

Derrocamiento de Francisco I. Madero "Decena Trágica"

El derrocamiento del presidente mexicano Francisco I. Madero fue obra del general Victoriano Huerta, quien fuese el principal general de Madero, quien se había aliado con las fuerzas de la oposición durante laRevolución Mexicana. El documento acusa a Victoriano Huerta de restaurar la dictadura y de cometer traición a la patria por

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